Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
- ¿Qué hace que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) ignore tales violaciones de los derechos? La respuesta es simple: la mayoría de los estados miembros del Consejo son ellos mismos los peores violadores de los derechos de sus propios ciudadanos, y tratan de salvarse entre ellos por medio de una conspiración de la corrupción.
- Cuando Hamas llovía cohetes sobre Israel, la mayoría de los miembros de la CDH parecía despreocuparse de que Jerusalén podría tener obligaciones morales y legales de proteger a sus ciudadanos.
- El horror es que tantos países corruptos consienten proteger su propia corrupción. Más repugnante es que los países que pretenden defender la libertad, tales como Estados Unidos, financian casi una cuarta parte del presupuesto de la ONU.
- Es hora de que aquellos que realmente se preocupan por los derechos humanos desmantelen este espectáculo.
Nos guste o no, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) es un gran fracaso. No le importa un comino lo que se supone que debe hacer: promover y proteger los derechos humanos en general, y la libertad de asociación, de reunión, de expresión, de creencias y religión, de preferencia sexual y los derechos de la mujer y los derechos de las minorías raciales y étnicas, en particular.
El historial del CDH muestra que ha pasado por alto violaciones de los derechos en una gran parte del mundo en general y en Medio Oriente en particular. El CDH notoriamente ha estado obsesionado inventando violaciones de derechos por parte de Israel, la única democracia del Medio Oriente, donde las mujeres y las minorías – los sectores más oprimidos en la mayoría de las naciones en el mundo – gozan de igualdad tanto ante la ley como en la práctica. Desde marzo de 2006, cuando la Asamblea General de la ONU creó la CDH, ha condenado a Israel 61 veces, en comparación con sólo 55 condenas a todas las demás naciones del mundo juntas.
¿Cuántas veces el CDH ha condenado a estados como Irán y Arabia Saudita, que oprimen a sus propios ciudadanos – mujeres y minorías, en particular – e inspiran a muchos estados a seguirlos?
¿Qué hace que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) ignore tales violaciones de los derechos? La respuesta es simple: la mayoría de los estados miembros del Consejo son ellos mismos los peores violadores de los derechos de sus propios ciudadanos, y tratan de salvarse entre ellos por medio de una conspiración de la corrupción.
El mandato de los expertos del Comité Asesor del CDH es demasiado restrictivo para ver los abusos contra los derechos de los estados a los que ellos mismos pertenecen. Los expertos tienden a pasar el tiempo discutiendo algunas vagas y altisonantes prioridades, iniciativas, métodos de trabajo, medidas y propuestas de eficiencia procesal, como la creación de un tribunal internacional de derechos humanos para garantizar la seguridad ciudadana y los derechos humanos.
Recientemente, el CDH votó una resolución que condenó a Israel por violaciones de derechos humanos presuntamente cometidos durante los ataques israelíes de 2014 en Gaza. Cuarenta y un países votaron a favor de la resolución. Sólo Estados Unidos votó en contra. India, Kenia, Etiopía, Paraguay y Macedonia se abstuvieron.
El Informe de la Comisión McGowan Davis sobre los ataques israelíes afirma que el ejército israelí atacó deliberadamente zonas civiles y edificios residenciales. El CDH lo llevó a votación y pidió a Israel y a Hamas «que cooperen plenamente con la Corte Penal Internacional» – otro grupo irresponsable, parcial y politizado.
Aunque el Informe McGowan Davis también criticó a Hamas por la violencia contra los ciudadanos israelíes, su efecto neto equivalió a equiparar a Hamas, un actor terrorista sin ley, con Israel, un estado democrático con un sensato sistema judicial.
Ese enfoque de la vida es algo que la mayoría de los estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tienen en común con Hamas. Ninguno de los grupos parece creer en la democracia secular o los derechos humanos. La Carta de Hamas predica la política del odio y violencia contra Israel, pero Hamas ni siquiera perdonó a su propio pueblo, al que utilizó libremente durante la guerra el año pasado como carne de cañón delante de los equipos de televisión internacionales. Cuando se hizo cargo de Gaza, en 2007, Hamas lanzó de los pisos más altos de los edificios de Gaza a muchos de los palestinos más progresistas, y los funcionarios de la Autoridad Palestina (AP) y de Fatah fueron expulsados. Las actividades de Hamas también incluyeron el apoyo del llamado «Eje de la Resistencia»: Irán, Siria, Hezbollah y la Jihad Islámica.
Cuando la Hermandad Musulmana, el movimiento padre de Hamas, llegó al poder en El Cairo, el entonces Presidente Egipcio Mohammed Morsi bendijo a Hamas.
En junio de 2014, los líderes de alto rango de Hamas, Khaled Mashaal, Fauzi Barhum y Mushir al-Masri elogiaron el secuestro y asesinato de los tres adolescentes judíos.
Cuando Hamas llovía cohetes sobre Israel, la mayoría de los miembros de la CDH parecía despreocuparse de que Jerusalén podría tener obligaciones morales y legales de proteger a sus ciudadanos, recurriendo a la «Operación Margen Protector” destinado a contraatacar los más de 11.000 ataques desde Gaza hacia Israel, desde que Israel se retiró totalmente de la Franja de Gaza en 2005.
Dado el patrón de ilegalidad, comportamiento impune (a menudo recompensado) de muchos estados miembros en este momento – como Irán, premiado por violar el Tratado de No Proliferación usando la vía rápida para construir de armas nucleares; Rusia, que invadió Ucrania sin que se la hiciera retroceder; y China, que ha estado construyendo islas militares, con rellenos, a lo largo del Mar del Sur de China, sin ninguna respuesta negativa seria – ¿por qué no deberían los líderes de Hamas emplear una práctica ilegal según la Convención de Ginebra – usando a la población civil de Gaza como rehenes – para protegerse, y hacer pasar a las inminentes víctimas civiles como «crímenes israelíes contra la humanidad»?
Por el contrario, cualquier percibida infracción por parte de Israel, de la naturaleza aún más trivial, es tratada como una catástrofe internacional.
El horror es que tantos países corruptos consienten proteger su propia corrupción.
Más repugnante es que los países que pretenden defender la libertad, tales como Estados Unidos, financian casi una cuarta parte del presupuesto de la ONU.
Es hora de que aquellos que realmente se preocupan por los derechos humanos desmantelen este espectáculo.
*Jagdish N. Singh es un periodista indio senior con sede en Nueva Delhi, India
http://www.gatestoneinstitute.org/6446/dismantle-human-rights-council
El consejo de derechos humanos como toda la organizacion mundial es una mentira total: POBREZA y GUERRAS??? De que estabamos hablando???
Dejen de CHOREAR y de ser tan HIPOCRITAS todos incluido Israel.