Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
La academia occidental, una vez más, pone al dinero uber alles.
François, el profesor de literatura protagonista de la sensacional última novela de Michel Houellebecq, «Sumisión», se ve obligado a convertirse al Islam para continuar su carrera académica en la Sorbona, cuyo rector, Robert Rediger, es un ferviente musulmán.
De hecho, la Sorbona, no sólo en la novela, está subvencionada por Arabia Saudita. Un caso en el que la ficción es anterior a la realidad.
Hace unos días, el presidente de la Sorbona, Philippe Boutry, firmó un acuerdo con el fiscal general del estado de Qatar. Dentro de los próximos tres años, la monarquía islámica financiará los estudios de cientos de inmigrantes sirios en la joya académica parisina. La Sorbona ha aceptado 600.000 euros anuales durante tres años.
En 2015, el Café de Flore, la meca de los intelectuales franceses, se arrodilla delante de fanáticos barbudos, al igual que hace treinta años se arrodilló ante Stalin. La intelectualidad francesa siempre se arrodilla ante el ganador, o ante el que ve como el futuro ganador.
En el RU, el Islam también está comprando la academia británica. Desde 1995 ocho universidades, incluyendo Oxford y Cambridge, han aceptado más de 233,5 millones de libras esterlinas de fuentes sauditas y musulmanas. La suma total equivale a la mayor fuente de financiación externa para universidades del RU.
En EE.UU. ocurre lo mismo. 20 millones de dólares fueron donados al Centro de Estudios de Medio Oriente en la Universidad de Arkansas; 5 millones de dólares al Centro de Estudios de Medio Oriente en Berkeley en California; 11 millones a la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York y medio millón de dólares a la Universidad de Texas (la séptima universidad, en orden de tamaño, en Estados Unidos); 1 millón a Princeton; 5 millones de dólares a la Universidad Rutgers.
La Unión Soviética, durante la Guerra Fría, invirtió mucho menos en sus operaciones de propaganda en occidente.
Y hay otra diferencia importante. La intelectualidad occidental luchó contra los esfuerzos comunistas para subvertir a la democracia occidental. Sus actuales herederos relativistas están ofreciendo apaciguamiento ante la agenda del Islam. La gloriosa academia francesa se está convirtiendo en un campo de refugiados islámico.
Mientras tanto, el profesor de filosofía francés real, utilizado por Houellebecq como modelo para su personaje Robert Rediger, todavía se esconde por haber criticado al Islam. Es mi amigo Robert Redeker.
http://www.israelnationalnews.com/Articles/Article.aspx/17580#.Vgbgpsvtmko
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