Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
- Los que se apresuraron a declarar la muerte de los Acuerdos de Oslo cayeron en la trampa de Abbas.
- Las amenazas de Abbas están planeadas principalmente para asustar a la comunidad internacional con el objeto de que presione a Israel a ofrecerle más concesiones a Abbas. Espera que los inexactos titulares relativos a la supuesta abolición de los Acuerdos de Oslo causen pánico en Washington y las capitales europeas, instigando a los líderes del mundo a que le exijan a Israel que le dé a Abbas todo lo que pide.
- Abbas sabe que la abolición de los acuerdos con Israel significaría la disolución de la Autoridad Palestina, y el fin de su carrera política.
- A las decenas de miles de refugiados árabes que ahora buscan asilo en Europa no les importa la «ocupación» ni los asentamientos.
- Irónicamente, Abbas declaró que, «Estamos trabajando en la difusión de la cultura de la paz y la convivencia entre nuestro pueblo y en nuestra región». Pero sus duras palabras contra Israel, además de la continua incitación anti-Israel en los medios de comunicación palestinos, prueban que se está moviendo en la dirección opuesta. Esta forma de incitación destruye cualquier posibilidad de paz.
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Después de semanas de amenazar con dejar caer una bomba durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el 30 de septiembre, el Presidente Mahmoud Abbas de la Autoridad Palestina (AP) demostró una vez más que es un experto en el arte de engañar.
Al final, la bomba que él y sus colaboradores prometieron detonar en la ONU resultó ser una colección de viejas amenazas de abolir acuerdos firmados y una campaña de desprestigio contra Israel.
No hubo nada espectacular o nuevo en el discurso de Abbas. Durante los últimos años, él y algunos de sus colaboradores han hablado abiertamente de la posibilidad de anular los Acuerdos de Oslo si Israel no cumple con sus obligaciones para con el proceso de paz.
En su discurso, Abbas repitió la misma amenaza, aunque algunos analistas políticos y periodistas occidentales lo malinterpretaron como un anuncio de que estaba aboliendo los acuerdos firmados con Israel.
Como uno de los asesores de Abbas, Mahmoud Habbash, aclaró más tarde, «El Presidente Abbas no canceló ningún acuerdo. Sólo hizo una amenaza, que no va a llevarse a cabo mañana».
Ahora bien, es obvio que el hablar de una bomba estaba destinado principalmente a crear tensión y suspenso antes del discurso de Abbas. Esta es una práctica que Abbas y sus colaboradores se han acostumbrado a utilizar durante los últimos años con el fin de llamar la atención tanto como sea posible.
La amenaza de cancelar los Acuerdos de Oslo con Israel no es diferente de otras amenazas que Abbas y sus colaboradores han hecho en los últimos años. ¿Cuántas veces anteriormente Abbas ha amenazado con dimitir a su cargo o suspender la coordinación de seguridad con Israel? Al final, no llevó a cabo ninguna de estas amenazas.
Es poco probable que Abbas, tampoco esta vez, lleve a cabo su última amenaza de cancelar los acuerdos con Israel. Sabe que esa medida significaría la disolución de la Autoridad Palestina y el fin de su carrera política. Pero a Abbas le gustaría que el mundo crea que ya ha cancelado los Acuerdos de Oslo. A juzgar por los inexactos titulares en los medios de comunicación internacionales, parece haber logrado su objetivo.
Ahora bien, muchos en la comunidad internacional están falsamente convencidos de que Abbas ha anulado todos los acuerdos firmados con Israel. Los que se apresuraron a declarar la muerte de los Acuerdos de Oslo cayeron en la trampa de Abbas.
Las amenazas de Abbas están planeadas principalmente para asustar a la comunidad internacional con el objeto de que presione a Israel a ofrecerle más concesiones a Abbas. Espera que los inexactos titulares relativos a la supuesta abolición de los Acuerdos de Oslo causen pánico en Washington y las capitales europeas, instigando a los líderes del mundo a que le exijan a Israel que le dé a Abbas todo lo que pide.
Abbas también tiene la esperanza de que sus recurrentes amenazas pondrán el conflicto palestino-israelí nuevamente en el centro del escenario mundial. Abbas y los palestinos sienten que el mundo ha perdido interés en el conflicto, mayormente debido a las actuales turbulencias en el mundo árabe, la crisis de refugiados en Europa y la creciente amenaza del grupo terrorista Estado Islámico.
Esta preocupación fue expresada por Saeb Erekat, de la OLP, inmediatamente después del discurso del Presidente Barack Obama en la Asamblea General de la ONU, que no incluyó ninguna referencia al conflicto palestino-israelí.
Expresando su «decepción» por el discurso de Obama, Erekat preguntó: «¿Considera el presidente Obama que puede derrotar a ISIS y al terrorismo, o lograr la seguridad y estabilidad en Medio Oriente, ignorando la ocupación israelí, la expansión de los asentamientos y los continuos ataques contra la Mezquita al-Aqsa?»
Por supuesto, no existe una relación directa entre la «ocupación» israelí y los asentamientos con la creciente amenaza del Islam radical o la agitación en el mundo árabe. El Estado islámico no decapita musulmanes y no musulmanes a causa de los asentamientos o la «ocupación». El Estado islámico no está cometiendo todas estas atrocidades porque quiere «liberar a Palestina». Su principal objetivo es conquistar el mundo después de matar a todos los «infieles» con el fin de establecer un califato gobernado por la sharia. El Estado Islámico mataría a Erekat y a Abbas – y a muchos otros musulmanes – en su camino para lograr su objetivo. A los ojos del Estado Islámico, gente como Erekat y Abbas son una quinta columna y traidores.
Pero en lugar de apoyar la guerra mundial contra el Estado islámico y el Islam radical, Abbas y Erekat quieren que la comunidad internacional mire hacia otro lado y dedique todas sus energías y atención al conflicto palestino-israelí. A las decenas de miles de refugiados árabes que ahora buscan asilo en varios países europeos no les importa la «ocupación» ni los asentamientos. Estas personas han perdido todo lo que poseían y su único sueño es o bien regresar seguros a sus hogares y tierras o iniciar una nueva vida en Europa y EE.UU.
Abbas quería la atención mundial en la estela de la preocupación de la comunidad internacional con la crisis de los refugiados y la amenaza del Islam radical. Por ahora, parece haber logrado su objetivo, en gran parte gracias a la incorrecta interpretación, por parte de la comunidad internacional, de su discurso en las Naciones Unidas.
Pero mientras todo el mundo está ocupado hablando de la bomba de Abbas, sólo unos pocos se han dado cuenta de que su discurso consistió principalmente en retórica anti-Israel que probablemente agrave las tensiones entre los palestinos e Israel. Abbas utilizó el podio de la Asamblea General de la ONU para hacer graves acusaciones contra Israel acerca de «apartheid», los asentamientos y las tensiones en el Monte del Templo. Su fogosa retórica, que ha sido parcialmente bien recibida por Hamas y otros grupos palestinos radicales, es probable que exacerbe las tensiones entre israelíes y palestinos y anime a más palestinos a participar en actos de violencia.
Es esta forma de incitación la que destruye cualquier posibilidad de paz entre Israel y los palestinos. Este es el tipo de retórica que incita a jóvenes palestinos a salir a las calles y lanzar piedras y bombas incendiarias contra los civiles y policías israelíes. Aun así, los medios de comunicación internacionales, en general, decidieron ignorar esta parte destructiva del discurso de Abbas.
Irónicamente, Abbas declaró en su discurso que, «Estamos trabajando en la difusión de la cultura de la paz y la convivencia entre nuestro pueblo y en nuestra región». Pero sus duras palabras contra Israel, además de la continua incitación anti-Israel en los medios de comunicación palestinos, prueban que se está moviendo en la dirección opuesta. Mientras Abbas pronunciaba su discurso en la Asamblea General de la ONU, algunos de sus partidarios en Ramallah amenazaban y expulsaban a periodistas judíos israelíes que fueron a entrevistar a los palestinos. Esto ciertamente no es una manera de difundir una «cultura de la paz y convivencia».
Todo lo tocante a un supuesto «pueblo palestino» releva de la mas pura invencion, todo fálso y hueco, si nos atenemos a criterios históricos, y a reinvidicaciones que no hallan en éstos, su legitimacion ni razon de ser … Apropiarse de un territorio y de los recursos que en el existen, por medio del falseamiento deliberado y contumaz de los hechos, ha venido siendo la práctica habitual utilizada por parte de la AP, anteriormente la OLP, y tanto ayer como hoy Fatah …
Usurpar una identidad de la que se carece, con el fin de suplantar a aquellos que teniendola en forma milenaria y reconocible (los judios) se hacen acreedores a ocupar el espacio que hoy ocupan, y del que se les pretenden expulsar, desde el instante mismo en que las Naciones unidas votaron por mayoria su derecho inalienable a hacerlo … Valerse de las mas búrdas artimañas propagandisticas, tendentes a reescribir los términos de una historia que nunca exitió como tal, les ha reportado cierto réditos internacionales, en forma de reconocimiento y financiacion, en identica medida que ha contribuido a envilecer a ojos de la opinion pública, la imagen de Israel, y a fragilizar su posicion … sin embargo, ni «ésto» ni «aquello» puede lograr por si mismo cambiar las coordenadas establecidas, ni tampoco convertir en «victimas » a los falseadores, en detrimento de un pueblo (éste «si») avalado por mas de 4000 años de una historia comun, recogida en Escritos bíblicos, tratados antropólogicos, literatura contemporanea, y hasta poesia …