Cada vez que John Kerry hace un comentario sobre la situación del Oriente Medio, en especial sobre Israel y los palestinos, la boca se le frunce más y la mandíbula, de por sí un poco salida o prognata, se le baja. Es un caso de pinochismo facial debido a sus recurrentes mentiras. La última de las cuales es que los palestinos jóvenes asesinan por culpa de los asentamientos. Macabro comentario, sobre todo en lo que se refiere a los asesinatos llevados a cabo en el norte. Kerry ignora los duros conflictos entre judíos y árabes de Hebrón en las primeras décadas del siglo pasado y la continua tendencia de los palestinos a resbalar en la sangre derramada, propia y ajena. Si Israel estuviese en Gaza, Gaza sería entonces el problema, pero el caso es que Sharon promovió una retirada que algunos ven hoy, retrospectivamente, como un fracaso.
No importa a qué parte del país se refiera John Kerry, porque lo cierto es que su falta de información al respecto es notoria. Habla, como se dice, pour la galerie. Y para que la opinión musulmana sepa que a los norteamericanos, mejor dicho a él mismo, le importa la situación de renovada violencia en la zona. Ahora, y debido a la intervención rusa en Siria, sabemos que no es así. Obama pasará a la historia como el Bueno Desastroso, uno de los peores presidentes que ha tenido América del norte. Ayer la decisión rusa, hoy el ingreso de tropas iraníes. Y Kerry callado, tal vez le convenga.
El señor John Kerry debería pensar mejor lo que dice, ya que en ese lodazal que es la mayor parte del Oriente Medio, hay todavía un sitio en donde el agua es más clara. Que se lo pregunten a los israelíes, son unos genios en eso de aprovechar el precioso líquido.
SALMO 91: 7-14
Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará.
No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.
Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por ti protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegara a tu hogar.
Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna.
Aplastaras al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes!
Yo lo librare porque él se acoge a mí; lo protegeré porque reconoce mi nombre.