Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Una vez más, siento la necesidad de defender mi posición sobre Israel.
No me identifico con el clima político de hoy en Israel, ni con su gobierno. No estoy de acuerdo con la ocupación ni la discriminación. Considero repugnante y ofensivo cualquier tipo de extremismo. Creo que deben asumirse riesgos por la paz, aunque no los irracionales, y que los derechos palestinos deben ser validados. También creo que si puede haber países cristianos, países musulmanes y países de otras religiones, no puede haber nada ofensivo en tener un estado judío. Pero encuentro excesiva la creciente ola de condena anti-israelí, no objetiva, animada ideológicamente y que socava nuestro derecho como judíos de existir en la seguridad de nuestras propias fronteras.
Al igual que en EE.UU. y Europa, en Israel hay extremistas de derecha y de izquierda. Existe discriminación que debe ser combatida, odio irracional, disfunción y burdo materialismo. Estas cosas no necesariamente deslegitiman una entidad nacional.
Considero ofensivos y desequilibrados buena parte de los ataques críticos contra Israel. El odio unilateral es una ofensa a la honestidad intelectual. Como se dice frecuentemente, gran parte del prejuicio viene de dentro. No creo ni por un minuto en impugnar o discutir el genuino dolor que muchos críticos sienten tanto por la ocupación de la Margen Occidental como por el comportamiento a menudo agresivo de los soldados israelíes. Tampoco me gusta usar el tipo de indefinidos y vagos insultos como «auto-odio». Mi tema es equilibrio y objetividad.
The New York Review of Books (no tan descarado como el London Review of Books) publica regularmente artículos de David Shulman, profesor jubilado de la Universidad Hebrea, un conocido activista y crítico de Israel. Los leo porque quiero conocer el otro lado. Mi discusión no es con su cita de ejemplos de mal comportamiento israelí, sino con el hecho de que su dolor y justificable enojo lo llevan a alimentar a la gente con información incorrecta.
En la entrega de este mes, escribe en apoyo de la autoridad palestina: «Nadie ha sido ejecutado en Palestina en los últimos diez años». Esto obviamente no es cierto, y una rápida búsqueda en Internet lo mostrará. Creo que él también piensa que tampoco hay corrupción, o si existe debe ser culpa de Israel.
Y, «el objetivo [de Israel] es la limpieza étnica». ¿Realmente? Tal vez pueda explicar por qué todavía hay árabes israelíes viviendo en Israel y millones de palestinos que aún viven en la Margen Occidental y por qué la Corte Suprema desafía el deseo de Netanyahu de expulsar a ciertas familias de terroristas a Gaza. Si Israel estuviera realmente tratando de limpiar étnicamente, ¿cómo es que todavía están allí después de todo este tiempo? Si Israel es un adversario tan poderoso y malvado, claramente es un limpiador étnico extremadamente incompetente.
Utilizar una expresión tan prejuiciosa como limpieza étnica es una difamación. Todos los gobiernos trasladan a veces a gente de ciertas áreas por seguridad o desarrollo. Esto no es limpieza étnica como tampoco es apartheid confinar a ciudadanos en sus propios barrios hasta que haya una solución pacífica. El único apartheid ideológico es la insistencia de las autoridades palestinas en que no quieren que haya judíos en absoluto en su territorio.
«En septiembre parecía como si Israel estuviera a punto de cambiar el estatus en Haram Al Sharif». «¿A quién le parecía? No hay documentación de ningún «parecía» por parte de Israel. Es cierto que algunos activistas fanáticos trataron de orar en el Monte en desafío a los deseos palestinos, pero no hubo apoyo del gobierno incluso para algo tan inocuo como eso. Fue totalmente un mito suscitado por agitadores pseudo-religiosos para causar problemas.
«Lista negra de libros que serán prohibidos en el plan de estudios». Otra mentira. El ministro ordenó que ciertos libros que pintan a los israelíes con una luz negativa no deben ser subvencionados con fondos del gobierno y deben ser retirados del plan de estudios obligatorio. Ahora, no estoy de acuerdo con esto, pero ciertamente no es lo mismo que prohibir, por ejemplo, en la forma en que Hitler o, de hecho, los papas utilizaban para prohibir la literatura que desaprobaban y quemaban libros. No hubo ninguna prohibición de que los niños leyeran lo que quisieran.
«El perseguidor de millones de palestinos totalmente sin derechos». ¿Realmente? ¿Qué pasa con los millones de palestinos que están bajo control palestino? ¿Quién es responsable si no tienen derechos o si sus líderes, de manera corrupta, hacen mal uso de los fondos y construyen sus propios nidos?
Se queja del trato a los sospechosos en prisiones israelíes. De hecho debería hacerlo. Las prisiones, en cualquier lugar, son instituciones horribles, y el abuso de todo tipo es endémico en todo el mundo. En Israel, la derecha se queja de lo mismo, de que sus miembros detenidos y encarcelados por terrorismo son tratados igual de mal. Mi punto es que ambas partes tienen un reclamo legítimo, pero ¿por qué sólo atacar los abusos de un lado? Ataque a todos.
Luego están los rumores anti-Israel como que judíos y musulmanes no pueden casarse. Es cierto que Israel no tiene matrimonio civil (igual que decenas de otros países). Yo mismo lo deploro, pero si esa es la elección de la mayoría de los israelíes, es su decisión. El único matrimonio para judíos, cristianos y musulmanes en Israel es religioso, un sistema que viene de la época otomana. Si un musulmán y un judío quieren casarse entre ellos, uno de ellos tiene que unirse a la religión del otro. Luego se pueden casar en Israel. De hecho, cada año muchos judíos (principalmente mujeres, curiosamente) contraen matrimonio con árabes musulmanes y cristianos en Israel. Las personas que más sufren son los israelíes seculares que tienen que ir a Chipre para un matrimonio civil (que entonces es reconocido en Israel). Pero ese es un problema político interno que cada país tiene el derecho de decidir por sí mismo.
Se puede argumentar que tales discrepancias o inexactitudes se desvanecen en la insignificancia en comparación con los males de la ocupación, y eso puede ser cierto. Pero la ocupación en sí misma es sólo el resultado de la incapacidad de llegar a un acuerdo, de lo cual ambas partes son, al menos, igualmente culpables (aunque yo creo que los palestinos son más culpables por esperar un mejor trato).
Hay batallas ideológicas. Siempre las ha habido entre diferentes visiones del mundo. El propio Israel siempre ha estado dividido entre religiosos y seculares, izquierda y derecha, y pelean entre sí con todas las herramientas intelectuales y políticas a su disposición. Eso es lo que hace que Israel sea tan grande y tan frustrante. Para aquellos de nosotros que buscamos honesta objetividad, la lucha es la de mantener el equilibrio y el término medio. Por eso me niego a permitir ser empujado hacia ninguno de los extremos.
http://www.algemeiner.com/2016/03/25/why-i-dont-criticize-israel-more/
Ya es difícil ser judío en este mundo hostil y antisemita donde impera el odio irracional hacia una pequeña nación que intenta sobrevivir y , para el «colmo», existen discrepancias ideológicas, políticas y religiosas que perjudican enormemente a la unidad del pueblo judío… Qué lástima!!!