Sheikh Raed Salah, líder del Movimiento Islámico Rama Norte, en Nazaret el 17 de noviembre de 2015, el día en que Israel prohibió el movimiento. El Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, los acusó de difundir incitación, tener lazos con Hamas e incitar a ataques contra civiles israelíes. Ammar Awad/Reuters
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio Centro de Religión y Geopolítica.
Las atrocidades y expansión territorial de ISIS han dominado la atención mundial en los últimos dos años. Como resultado, muchas personas en Occidente confunden las decapitaciones de ISIS y la rigurosa implementación de la sharia con el Islam y el islamismo.
Históricamente, sin embargo, en lugar de declarar una guerra sin cuartel, como lo hace ISIS, la mayoría de los movimientos islamistas se han centrado en la educación religiosa y el bienestar social para promover el Islam como un modo de vida completo.
Los movimientos islamistas que han utilizado este enfoque basado en la dawah incluyen a la Hermandad Musulmana de Egipto. Aparte de su brazo armado, Hamas palestino es otro ejemplo. Un grupo menos conocido que hace un trabajo similar es el Movimiento Islámico de Israel, al-haraka al-Islamiya.
El Movimiento Islámico está a menudo en los titulares en Israel, donde el gobierno prohibió la Rama Norte del grupo en noviembre de 2015. Pero, fuera del estado judío, poco se sabe acerca de la organización.
¿Qué es el Movimiento Islámico? ¿Dónde se sitúa cuando se trata de tensiones en torno a la Mezquita al-Aqsa y la actual ola de violencia palestina?
El Movimiento, un grupo islamista, fue fundado en Israel a principios de los años 1970 y forma parte del renacimiento islámico general que se extendió por Medio Oriente después de la guerra árabe-israelí de 1967. Al igual que la Hermandad Musulmana egipcia, aboga por el papel del Islam en la vida pública y trata de promover una identidad islámica separatista entre los árabes israelíes. Al igual que la Hermandad Musulmana (y su rama palestina Hamas en sus primeros años), el Movimiento Islámico es una organización religiosa adherida al Islam sunita; es un grupo político y un proveedor de servicios sociales. Con este último aspecto encabeza el ataque usando la dawah para islamizar a la sociedad.
Pero está en una posición única en comparación con otros movimientos islamistas de Medio Oriente: Opera bajo un gobierno no musulmán y (al menos hasta que la Rama Norte fue prohibida) cumple con la ley israelí. Como tal, es tanto ideológicamente islamista como políticamente pragmático.
Para el Movimiento Islámico, al igual que con otros islamistas, el Islam es una solución política y un modo de vida completo. En el contexto de Israel, sin embargo, el grupo presenta a Israel como una alternativa social y cultural superior a la realidad cotidiana de los musulmanes árabes en el estado judío.
Siguiendo el ejemplo de la Hermandad Musulmana
A diferencia de otros grupos islamistas, como Hamas, el Movimiento Islámico no tiene su propio programa ideológico. En cambio, recurre a las ideas existentes del mundo musulmán sunita. Su lema, «El Islam es la solución» al-Islam al-hal hu, se basa en la ideología de la Hermandad Musulmana.
A diferencia de Hamas, sin embargo, que establece oficialmente su afiliación con la Hermandad Musulmana en su carta, el Movimiento Islámico no tiene tales lazos formales con la Hermandad egipcia.
El movimiento dice que es independiente, mientras que el gobierno israelí y el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, lo acusan de mantener “vínculos estrechos y secretos» con Hamas, y de recibir millones de dólares anuales en fondos de Hamas y de la Hermandad Musulmana.
Tales lazos quizá no sean sorprendentes. Tanto Hamas como el Movimiento Islámico son vástagos de la Hermandad Musulmana que mezclan el islamismo y el nacionalismo palestino. Sheikh Raed Salah, ex alcalde de Umm el-Fahm, una de las mayores ciudades de mayoría árabe de Israel, y líder de la Rama Norte, rechaza las acusaciones. Las ha descrito como «propaganda sin fundamento» e «incitación» contra el movimiento.
Aparte de seguir los principios de la Hermandad Musulmana, el Movimiento Islámico también sigue el modus operandi del grupo. Llama a un cambio gradual de la sociedad desde abajo, en contraposición al modelo jihadista de la revolución violenta.
Con este fin, el Movimiento lleva a cabo amplios programas de bienestar social. Ha establecido guarderías, mezquitas, incluso su propia liga de fútbol en todo el país, posicionándose como una parte clave de la vida pública para muchos ciudadanos árabes.
Los partidarios del Movimiento en Umm el-Fahm lo elogiaron por mejorar los sistemas de agua y alcantarillado y por fundar una red nacional de escuelas islámicas de gran prestigio. A través de estas actividades el Movimiento Islámico ha alcanzado un estimado de 20.000 miembros.
El movimiento se unió en torno a la necesidad de islamizar la identidad colectiva musulmana en Israel, pero está dividido en lo que respecta al estado. Este conflicto llevó a una división formal a mediados de la década de 1990, después de que Israel y los palestinos firmaron los Acuerdos de Oslo.
Una facción, conocida como la Rama Sur, le dio un reconocimiento de facto a Israel, al participar en las elecciones a la Kneset de 1996 como la Lista Árabe Unida. Obtuvo cuatro escaños en la Kneset. La Rama Norte, por su parte, instó a los partidarios a boicotear la votación.
Las últimas elecciones de Israel en 2015 resaltaron las actuales diferencias de funcionamiento (si no ideológicas) entre las dos ramas. Mientras la Sección Sur decidió unir fuerzas con otros partidos árabes bajo la Lista Conjunta, una alianza política de cuatro partidos dominados por árabes, con el fin de ganar poder político, Salah afirmó que «el impacto de la participación en elecciones a la Kneset ha creado una especie de ilusión, y esta ilusión ha dicho que podemos enfrentar todas las cuestiones relativas a la vida de los árabes en la Kneset. Si hubiéramos buscado una alternativa a esta ilusión, estableciendo instituciones de la sociedad civil que atiendan las necesidades y los derechos de nuestro pueblo, habríamos podido tener más éxito”.
El énfasis en las «instituciones de la sociedad civil» pone de relieve la estrategia preferida de la Rama Norte del dawah por sobre la participación formal en la política israelí. Si bien las elecciones del año pasado pusieron de relieve las diferencias de estrategia entre las dos ramas, algunos estudiosos afirman que no hay diferencia ideológica entre ellas.
Los mismos jefes de la Rama Sur parecen estar de acuerdo con esta evaluación, cuando han declarado que el establecimiento de la Lista Conjunta no significa que no haya más diferencias ideológicas entre los partidos.
‘Redimir la mezquita al-Aqsa con sangre’
En los últimos meses, la Rama Norte estuvo una vez más en las noticias cuando las tensiones estallaron alrededor de la mezquita al-Aqsa en Jerusalén y el gobierno israelí prohibió la rama. Salah había instado a los partidarios a «redimir la mezquita al-Aqsa con sangre» en medio de supuestos intentos de Israel de cambiar el status quo en el Monte del Templo, algo que los funcionarios israelíes han negado.
La franca oposición de Salah al gobierno y su politizada defensa de al-Aqsa lo posicionó como el «defensor de al-Aqsa» en el mundo musulmán. Sus actividades incluyen la organización de un festival anual en Umm al-Fahm titulado «Al-Aqsa está en Peligro».
Como parte de esta campaña, Salah también organizó grupos de activistas islamistas, los Murabitun y Murabitat, para vigilar y acosar a judíos y otros no musulmanes que visitan el Monte del Templo. Funcionarios de seguridad israelíes acusaron a estos grupos por «inflamar las tensiones» ahí en los últimos meses, afirmando que «estas actividades han provocado un aumento significativo de las tensiones en el Monte del Templo».
El gobierno de Netanyahu prohibió a la Rama Norte después de los recientes comentarios de Salah. Acusó al grupo de difundir incitación, socavando al Estado de Israel, y de tener lazos con Hamas. También responsabilizó al grupo por la actual ola de ataques palestinos contra civiles israelíes.
Netanyahu anunció la medida poco después de los ataques de ISIS en París, presentándolo como parte de la lucha global contra el terrorismo islamista. En respuesta a esta medida, Salah afirmó «que el Movimiento Islámico perdurará y continuará con su misión, defendiendo todos los principios inalienables para los que fue creado, encabezados por los temas de Jerusalén y al-Aqsa. Trataré, por todos los medios legítimos, a nivel local e internacional, levantar esta injusticia».
Muchos judíos israelíes acogieron la medida con satisfacción, viéndola como una medida necesaria contra la incitación palestina y el terrorismo. Pero para muchos árabes israelíes, la prohibición fue vista como una persecución política en lugar de una acción contra una organización extremista.
Este sentimiento podía ser evidente en la gran manifestación que se celebró en Umm al-Fahm después de la prohibición, en la que miles de árabes israelíes se manifestaron en contra de la decisión del gobierno.
Algunos analistas temen que la medida radicalice aún más a ciertos elementos dentro de la comunidad árabe israelí y empuje a más gente en apoyo a grupos extremistas como ISIS. Otros temen que podría tensar aún más las relaciones, ya tensas, entre judíos y árabes en Israel.
Adam Hoffman es un miembro investigador Neubauer en el programa de Terrorismo y Conflictos de Baja Intensidad en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) en Tel Aviv y un estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
http://europe.newsweek.com/who-are-islamists-living-heart-israel-443212
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