Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Voceros de alto nivel de Hezbollah contactaron recientemente a periodistas de alto nivel del Líbano y a miembros de la prensa extranjera, con una petición inusual: No mencionen a Israel como implicado en el asesinato de Mustafa Badereddine, miembro de alto nivel de Hezbollah.
El editor de un diario de Beirut le dijo a Yedioth Ahronoth el domingo que los periodistas de su diario llamaron a portavoces de Hezbollah justo después de la publicación de la muerte de Baderaddine, pidiéndoles comentarios. La primera declaración de Hezbollah sobre el tema señaló con el dedo a Israel, pero una segunda declaración fue enviada horas después aclarando que el estado judío no tenía ninguna implicación. «No introduzcan el nombre de Israel en el tema», citó el editor a la gente de Hezbollah.
Esto es interesante, porque contrasta con el comportamiento de la organización después de tres casos anteriores de asesinato – los de Imad Mughniyeh, Samir Kuntar y Jihad Mughniyeh (hijo de Imad). Después de estos incidentes, Hezbollah culpó rápidamente a Israel y amenazó con que habrá venganza «en el tiempo y lugar de nuestra elección».
«Nadie compra la atribución (por parte de Hezbollah) de responsabilidad (por el asesinato de Badereddine) a los rebeldes en Siria», dijo el editor, «y la insistencia en limpiar a Israel también suena extraña». El periodista francés George Malbrunot del diario Le Figaro dijo el domingo que «miembros de alto nivel de Hezbollah contactaron a los medios de prensa extranjeros y a periodistas extranjeros con la misma petición: No involucren el nombre de Israel como el que llevó a cabo el asesinato».
Según una estimación, en Beirut, el liderazgo de Hezbollah decidió no abrir un nuevo frente contra Israel, y evitar la posibilidad de ser arrastrado a una posición en la que tenga que prometer su venganza. «Hezbollah está profundamente implicado en una guerra en Siria, que le está demandando un gran esfuerzo y causándole bajas, e Irán cree que los combatientes de Hezbollah no podrán manejar dos frentes», dijeron fuentes de la capital libanesa.
Miembros de la oposición siria afirmaron el domingo que el asesinato fue un trabajo interno de miembros de Hezbollah que se oponen a la participación de la organización en Siria.
Mientras tanto, Hezbollah ha comenzado a tratar la cuestión del heredero de Badreddine. Uno de los principales candidatos en la carrera para reemplazarlo como jefe de las operaciones militares de Hezbollah en Siria es Ibrahim Aqil, un amigo cercano y ayudante del fallecido Imad Mugniyeh (que fue asesinado en Damasco en 2008). Aqil fue el responsable de la coordinación de inteligencia entre Hezbollah y Siria durante la Segunda Guerra del Líbano y, si es designado, trabajará bajo las órdenes de Talal Hamiyah, jefe de operaciones en el exterior de Hezbollah.
Desde que la noticia del asesinato se hizo pública, los líderes libaneses han tenido dificultades para ocultar su alegría por la desgracia ajena en relación a los problemas de Hezbollah. También se burlaron del régimen de Assad por optar guardar silencio sobre el asunto, esperando hasta que Hezbollah hiciera declaraciones oficiales, a pesar de que el asesinato ocurrió en territorio controlado por las fuerzas de Assad. Se esperaba que el Secretario General de Hezbollah, Hassan Nasrallah, se refiriera a las circunstancias de la muerte de Badreddine en un discurso pronunciado el viernes
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