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| lunes noviembre 18, 2024

Nietzsche tenía razón


 

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Friedrich Nietzsche tenía razón. Dios está muerto.

Lo mataron personas que pensaban que sabían más que Él; personas que creyeron que podían impartir justicia de manera más justa que Él. Personas que argumentaban que Dios era demasiado misericordioso para que se le permitiera continuar sus Divinas acciones; demasiado indulgente con la mayoría de los humanos, que merecen algo peor.

Dios murió a manos de personas que desafiaron Su concepto de vida; personas que sostenían que la vida era un error que debía ser rectificado y la muerte una bendición que debía ser apreciada; personas que determinaron quién iría al infierno y quien iría al paraíso – y cuándo.

Dios murió a manos de personas que transformaron el asesinato en un hecho común y la supervivencia en un pecado; personas para las que la existencia de cualquier ser humano es una herramienta prescindible, un conducto utilizado en un experimento a su merced.

Dios murió a manos de personas que ordenaron la masacre de hombres, mujeres y niños, como si pidieran una taza de café en una cafetería; que empuñaban cuchillos, pistolas, ametralladoras y bombas como si portaran una flor.

Dios murió a manos de personas que se regocijaban ante la visión de la sangre, que alcanzaban sublime inspiración al escuchar la voz angustiada de una sufriente mujer, los últimos estertores de vida de un niño moribundo.

Dios murió a manos de personas que crearon el mundo de nuevo. Por lo tanto, en un principio crearon el infierno en la tierra; luego dijeron: «Hágase la oscuridad», y hubo oscuridad. Vieron que la oscuridad era buena y separaron la oscuridad de la luz, llamando pecado a esta última y bendición a la anterior. No habría día y noche, sólo total y absoluta oscuridad durante todo el día.

Entonces dijeron: «que la tierra produzca cadáveres, y si no puede, proporcionaremos abundantes cantidades; cadáveres portando las semillas para producir más cadáveres».

Entonces dijeron: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Para que pueda gobernar sobre los peces del mar y las aves del cielo, sobre el ganado y todos los animales salvajes, y sobre todas las criaturas que se mueven por el suelo».

Así que crearon criaturas a su propia imagen, tan indiferentes, egoístas y violentas como ellos; un único tipo de varón y una única clase de subhumana hembra. Los bendijeron y les dijeron: «Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y destruidla. Dominad sobre los peces del mar y las aves del cielo y sobre todas las criaturas que se arrastran por el suelo, decapitadlos a voluntad, acuchilladlos con placer, ametralladlos al azar y bombardeadlos para que dejen de existir».

Vieron todo lo que habían destruido, y fue muy bueno. Y se hizo la oscuridad, y hubo más oscuridad – el sexto día.

Dios murió a manos de personas que alteraron conceptos arraigados desde hacía tiempo; nada debía interpretarse de la manera que solía hacerse: Buena era la muerte y mala la vida; masacrar a una familia era sagrado, salvarla era un pecado; regocijarse por la muerte de un transeúnte era encomiable, llorar por eso era objetable; las armas eran el camino a la salvación, no un medio para defenderse; la indiferencia ante el dolor y la angustia era una virtud, no algo que debe evitarse.

Dios murió a manos de personas que se reían ante la visión del duelo. Su risa se escucha como un interminable eco en todas partes.

 

*El Dr. Yoav J. Tenembaum es profesor en el Programa de Estudios de Diplomacia, Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv

Departamento de Ciencias Políticas, Universidad de Tel Aviv

http://www.americanthinker.com/blog/2016/07/nietzsche_was_right.html

 
Comentarios

Me permito disentir, en lo tocante a la supuesta «defuncion » de Di-s acuñada por Nietzsche, considerando que lo que en verdad ha «muerto» es la conciencia que de Di-s fue llamada a tener el álma humana desde su misma Créacion … una pérdida de conciencia que acarrea disolucion en lo que al mantenimiento de valores espirituales, civicos y éticos se trata , reduciendo la dimension espiritual que anida en cada ser, al méro cumplimiento de formas liturigicas própias de religiones, que releguan a Di-s al ambito de lo conceptual, y contribuyen a rebajar el valor sagrado de la vida, a pautas de casuistica y banalidad, alejados por completo de toda grandeza moral en la que hoy nos hayamos …
el proceso de secularizacion y alejamiento de Di-s, enjendra este tipo de situaciones, y es caldo de cultivo para el surgimiento de radicalismos personalistas, de falsos mesianismos, de visionarios e interpretes por cuenta propia, de una Voluntad Divina que manifiestamente desconocen, malbaratan y pervierten, por medio de un obcecamiento cerril, y un totaltarismo inquisitorial…

Nietzsche ya estará arrepentido de haber dicho tal disparate. Si ahora pudiera hablar, diría lo contrario. Si Dios no existiera, ninguno de nosotros existiría. ÉL ES EL CREADOR, QUE EXISTE DESDE LA ETERNIDAD Y EXISTIRÁ SIEMPRE. ¡NO TIENE PRINCIPIO NI FIN! Los que lo matamos en nuestro corazón somos los que Él creó!!

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