El martirio palestino y el culto a la personalidad

Las principales calles de los territorios palestinos están empapeladas como si de tapiz se tratara con fotografías de aquellos que han fallecido en enfrentamientos contra Israel o como víctimas colaterales de las guerras entre ambos bandos.

Estos caídos son considerados “mártires” en la lucha contra la “ocupación sionista”, y que sus imágenes se distribuyan en las principales calles y avenidas de los territorios genera una impresión en el colectivo de una labor encomiable en aras de una acción sagrada, y lo es. Liberar la tierra sagrada islámica es parte de la Yihad que garantiza un acceso especial al paraíso.

Aunque parece un tema secundario, resulta importante la exaltación a figuras que han muerto de forma laboriosa atentando contra israelíes al punto que parques, plazas, calles y demás lugares son bautizados con el nombre de este “noble guerrero”. Cuando se le da un nombre, obliga en ocasiones a que se estudie la historia detrás y que se memorice la “hazaña” lograda para obtener semejante galardón.

También hay un culto a la personalidad más amplio en la figura de sus líderes. Personajes como Ahmed Yassin fundador de la agrupación Hamas, Abd Al Aziz Awda de la Yihad Islámica o Yasser Arafat (El Rais) de la Organización para la Liberación de Palestina, son algunos de los personajes destacados a los cuales se hace mención y cuyas fotografías también adornan eventos organizados para exaltar la guerra de liberación que llevan a cabo.

De Yasser Arafat destaca que se tomó como costumbre que todo líder político que visita los territorios palestinos, obligatoriamente es llevado a visitar la tumba de este personaje fallecido en el 2004, conservando así viva su labor de lucha por la causa de su pueblo, aunque hubieran fuertes críticas de sectores que le acusaban de ser un corrupto.

Si bien no todos los palestinos abogan por un martirio desde una visión de la cosmovisión islámica, es un hecho que el acto de inmolarse en sí proviene de una raíz religiosa. Esto fortalece la idea que aún hoy es casi imposible separar la religión de la vida cotidiana porque sus conceptos y preceptos continúan rigiendo en la vida de los ciudadanos palestinos, y musulmanes en la mayoría de los países islámicos; para no decir que la totalidad.
“No penséis acerca de aquellos que fueron sacrificados luchando en el Camino de Allah que están muertos. ¡No!, ellos están vivos, y encuentran su sustento con su Señor” (Sura 3:169)

El anterior texto tomado de la Sura Al Imran es un pequeño ejemplo de la santidad con la que el mártir es denominado dentro de la religión islámica, y en la práctica en territorios palestinos esta exaltación a la figura es evidente en los ejemplos citados anteriormente y se ven en otros momentos, como los textos dedicados, las honras fúnebres masivas con expresiones en honor al buen shahid (mártir).

Esto se adhiere en el inconsciente, con esta mentalidad son formadas las nuevas generaciones, anhelando poder elevarse a lo sublime, que sus imágenes sean elevadas por todo lo alto y que sean recordados por su labor sagrada, por la liberación de la tierra sagrada del Islam y en contra de aquellos que la han mancillado, además que existe para los familiares del mártir una remuneración económica vitalicia y un estatus muy alto dentro de la umma islamiya (comunidad islámica) gracias a sus valientes guerreros.