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| martes abril 23, 2024

El Odio de Líbano a Israel

Un Síntoma de Disfunción


[Líbano tiene una ley que prohíbe a sus ciudadanos interactuar con ciudadanos israelíes. Cuando Miss Líbano 2014, Saly Greige (segunda desde la izquierda), fue fotografiada junto a Miss Israel, Doron Matalon (izquierda), en el concurso de 2015 de Miss Universo en Miami, el gobierno libanés puso en marcha una investigación sobre lo que se consideró un incidente de importancia nacional.]

 

 

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

La animosidad de Líbano hacia Israel continúa hoy en día, sólo porque le proporciona una conveniente excusa a Hezbollah para mantener un formidable arsenal que se utiliza para controlar Líbano y para ayudar a sus aliados en Siria.

Si Líbano hubiera impedido los ataques terroristas desde su territorio contra Israel, ni una sola bala habría sido intercambiada entre los dos países. Hoy en día, Líbano disfrutaría de relaciones diplomáticas con Israel, y de los beneficios del exitoso comercio.

Líbano tiene muchos problemas, incluyendo divisiones sectarias, influencia iraní, efectos colaterales de la guerra civil de Siria, la debilidad de su ejército, la ineficacia de sus políticos, y la propia existencia de Hezbollah, pero la existencia de Israel, al lado, no es uno de ellos.

La animosidad de Líbano hacia Israel continúa hoy en día sólo porque le proporciona una conveniente excusa a Hezbollah para mantener un formidable arsenal que utiliza para controlar a Líbano y para ayudar a sus aliados en Siria.

Líbano tiene una ley que prohíbe a sus ciudadanos interactuar con ciudadanos israelíes. Como escribió Michael J. Totten:

  • «A los ciudadanos libaneses no se les permite tener ninguna comunicación de cualquier tipo con israelíes en cualquier parte del mundo. Si se encuentran ciudadanos de los dos países, por ejemplo, en una playa en Chipre o en un bar de Nueva York, el libanés se arriesga a ir a prisión sólo por decir hola».

La fuente de noticias libanesa en línea NOW explica esa la ley en detalle. Incluso un ciudadano con doble nacionalidad (de Líbano y Canadá, por ejemplo) podría ser encarcelado por interactuar de la forma más inocua con un israelí.

La delegación de Líbano, por ejemplo, recientemente se negó a compartir un autobús con la delegación israelí en los Juegos Olímpicos de este año en Río, lo que motivó que el ministro israelí de cultura y deportes describiera el incidente como «antisemitismo, puro y simple, y el peor tipo de racismo». El incidente, sin embargo, difícilmente fue sorprendente, teniendo en cuenta la historia de animosidad libanesa hacia Israel.

Sólo uno de los muchos incidentes de mezquindad e intolerancia

El incidente en los Juegos Olímpicos no es, desafortunadamente, único.

También se han visto incidentes en la industria del entretenimiento. En el único intento de Líbano de participar en el concurso de Eurovisión, su competidora Aline Lahoud se vio obligada a retirarse, en 2005, después de que Líbano no permitió que el programa se emitiera porque incluía la actuación de un israelí. A pesar de su enorme popularidad en Líbano, el comediante marroquí-francés judío, Gad Elmaleh, se vio obligado a cancelar sus actuaciones en un festival de Líbano de 2009, debido a lo que Reina Sarkis, una psicoanalista libanesa que vive en Francia, describió como el «terrorismo intelectual» de Hezbollah. En junio de 2010, un boicot contra la banda británica Placebo, que actuaba en Líbano, resultó en una demanda del promotor de conciertos libanés contra los grupos que organizaron el boicot. La popular cantante belga-italiana, Lara Fabian, canceló un concierto en Líbano en 2012, después de que fuera objeto de amenazas por apoyar a Israel.

Estos incidentes han ocurrido en el mundo académico también. En marzo de 2010, el académico palestino Sari Hanafi, un profesor de la Universidad Americana de Beirut, fue agredido verbalmente en la universidad por una multitud de casi 300 personas, por haber trabajado con dos académicos israelíes en un libro, a pesar de que el libro era crítico de Israel.

Incluso Miss Líbano 2014, Saly Greige, estuvo implicada en este tipo de incidentes en 2015, cuando se tomó una foto de ella con Miss Israel, Miss Japón y Miss Eslovenia. El Ministro de Turismo libanés, Michel Pharaon puso en marcha una investigación sobre lo que se consideraba un incidente de importancia nacional. A Greige se le permitió conservar su corona sólo después de que efectuó la inverosímil afirmación de que la imagen fue tomada en contra de su voluntad.

 

Los funcionarios religiosos tampoco son inmunes. En mayo de 2014, el Patriarca Bechara al-Rahi de la Iglesia Maronita enfrentó fuertes críticas de los políticos, y amenazas de portavoces de medios de comunicación de Hezbollah, por su decisión de acompañar al Papa a Jerusalén. Esto ocurrió a pesar del hecho de que a los clérigos maronitas se les permite viajar legalmente a Israel para los deberes del ministerio.

 

Un odio injustificado

Líbano no tiene ninguna justificación válida para su odio hacia Israel. Las pequeñas «Granjas Shabaa», en la frontera con Israel, de sólo 22 kilómetros cuadrados, son citadas a menudo como una razón, pero también Siria reclama ese mismo pedazo de tierra. Además, se informa que Israel está dispuesto a evacuarlas si se pusieran bajo el control de las fuerzas de paz de la ONU. Las «Granjas Shabaa» son una excusa, no una razón.

Líbano ha sufrido importantes pérdidas humanas y materiales, como resultado de sus dos guerras con Israel después de 1949; que sin duda serían motivo para la animosidad hacia Israel, si no fuera que Líbano fue el principal responsable de ambas guerras.

La primera guerra entre Israel y Líbano, entre 1982 y 1985, fue un intento por parte de Israel de detener los ataques contra sus ciudadanos por parte de la OLP de Yasser Arafat (OLP). Si Líbano hubiera controlado mejor la actuación de la OLP en su propio territorio, esa guerra nunca habría ocurrido.

La segunda guerra entre Israel y Líbano, en 2006, fue un intento de Israel de detener los ataques contra sus ciudadanos por parte de la milicia chiíta libanesa, Hezbollah. Si Líbano hubiera desarmado a Hezbollah cuando desarmó a otras milicias después de la guerra civil entre 1975 y 1990, la segunda guerra entre Israel y Líbano tampoco habría ocurrido.

Líbano, que tiene un ejército débil, podría ser considerado como una víctima de circunstancias fuera de su control, pero ese no es el caso. Líbano ha contribuido enormemente a sus circunstancias.

Líbano eligió ser parte de la coalición árabe que rechazó el Plan de Partición de la ONU de 1947 y atacó a Israel en 1948, creando así el problema de los refugiados palestinos. Líbano sigue optando por mantener con derechos limitados a los palestinos en los campos, en lugar de integrarlos en la sociedad libanesa, fomentando así las quejas palestinas y un deseo de «venganza». Líbano también eligió permitir que los palestinos en el país formen sus propias milicias armadas, que fueron un catalizador en la guerra civil libanesa y dieron lugar a ataques de la OLP contra Israel.

Líbano aún tiene que tratar de llegar a una paz permanente con Israel. Israel tenía la esperanza de firmar un tratado de paz con Bashir Gemayel, que fue electo presidente de Líbano en 1982, pero que nunca llegó a ser presidente porque fue asesinado poco después de su elección. Su hermano mayor, Amin Gemayel, que fue electo en su lugar, llegó a un acuerdo limitado con Israel, en mayo de 1983, que estuvo lejos de ser un acuerdo de paz completo y, obviamente, no detuvo los ataques de Hezbollah contra Israel.

Las provocaciones de Líbano

Además de no poner fin a los ataques, los sucesivos gobiernos libaneses incluso han estimulado el odio y la violencia contra Israel.

En mayo de 2008, el recién electo presidente de Líbano, Michel Suleiman, elogió la lucha de Hezbollah contra Israel. En julio de ese mismo año, el gobierno libanés le dio una bienvenida de héroe a Samir Kuntar, el asesino a sangre fría de un padre israelí y de sus tres pequeños hijos. Kuntar fue recibido personalmente por los tres funcionarios más importantes del gobierno libanés: el Presidente Michel Suleiman, el Primer Ministro Fouad Siniora, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri. Kuntar. Se convirtió en un comandante de Hezbollah y más tarde fue muerto en Siria por una operación de las FDI.

Los gobiernos libaneses incluso han llevado a cabo una agresiva política contra Israel. En 2009, el gabinete emitió una declaración política que le reconoce a Hezbollah «el derecho a utilizar armas contra Israel», a pesar de las objeciones de algunos ministros que insistieron en que «el sustancial arsenal de Hezbollah… socava la autoridad del estado».

Una vez más, en 2014, el gobierno de Líbano emitió una declaración política afirmando que «los ciudadanos libaneses tienen derecho a resistir la ocupación israelí y repeler cualquier ataque israelí».

La retórica anti-Israel también impregna a los funcionarios públicos no electos. En 2013, mientras se discutía la afluencia de refugiados sirios en Líbano, provocada por el asesino régimen sirio y por los terroristas de ISIS, Abbas Ibrahim, director general del Departamento de Seguridad General de Líbano, insistió en que «el único enemigo de Líbano es Israel».

Incluso algunos políticos cristianos se involucran en este lenguaje de odio. En 2015, Emile Lahoud, un ex presidente de Líbano, apareció en la TV Press iraní, donde declaró: «Todos nuestros problemas provienen de Israel a través de EE.UU.». El día anterior, Michel Aoun, un ex Comandante del Ejército libanés, declaró en el mismo programa su apoyo a Hezbollah, denominando a Israel el «enemigo».

Un Líbano dividido sin autonomía real

A pesar del apoyo oficial de Líbano a Hezbollah, muchos políticos libaneses quisieran a Hezbollah desarmado, y lo han estado diciendo durante mucho tiempo. Sin embargo, generalmente, también reafirman el derecho de Hezbollah de luchar contra Israel, socavando así su propio mensaje.

Antes de convertirse en primer ministro de Líbano en 2009, después del asesinato de su padre, Saad Hariri expresó su preocupación por el arsenal de Hezbollah. En la época se sospechaba que su padre, Rafik Hariri, había sido asesinado por Hezbollah, una sospecha confirmada posteriormente por un tribunal respaldado por la ONU. El mandato del joven Hariri terminó en enero de 2011, debido a la presión de Hezbollah. En marzo de 2011, decenas de miles de manifestantes libaneses exigieron que se desarme a Hezbollah, coreando, «El pueblo quiere que se depongan las armas», pero en junio se anunció un nuevo gobierno dominado por Hezbollah.

Políticos libaneses discutieron nuevamente, en 2012, el arsenal de Hezbollah, porque algunos sentían que «muchos libaneses sospechaban cada vez más de las armas de Hezbollah».

En marzo de 2013, y nuevamente en junio de 2013, Ziad Al-Kadri, un parlamentario joven del partido sunita de Hariri, criticó a Hezbollah, acusándolo de «tratar de hacer de Líbano un campo quebrado para ajustar cuentas regionales».

En agosto de 2013, el líder cristiano libanés Samir Geagea, jefe de las Fuerzas Libanesas (la organización una vez dirigida por Bashir Gemayel), reaccionó contra un discurso anti-israelí del líder de Hezbollah, acusándolo de «arrastrar al país a la guerra contra los deseos de su líderes».

Desde febrero de 2014, Líbano ha tenido un gobierno de unidad nacional que incluye a miembros de Hezbollah y a miembros del partido de Hariri, pero en enero de 2016, el entonces Ministro de Justicia, Ashraf Rifi, un miembro del partido de Hariri, renunció. Esto ocurrió después de la cancelación de un acuerdo por valor de $4 mil millones en apoyo del ejército libanés. La medida saudita fue resultado de la falta de apoyo de Líbano a Arabia Saudita contra Irán, el patrocinador de Hezbollah. Rifi dijo que Hezbollah «es un partido armado que está dominando las decisiones del gobierno».

En febrero de 2016, Saad Hariri, que ya no reside en Líbano, acusó a Hezbollah de querer transformar a Líbano en una «provincia iraní». El estatus de Líbano como carne de cañón de Irán fue confirmado en julio, cuando Hossein Salami, el segundo al mando del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), dijo: «En Líbano, más de 100.000 misiles Qasem están listos para su lanzamiento… listos para barrer para siempre un malévolo punto negro de la geografía política».

La falta de autonomía de Líbano también fue confirmada por Marwan Hamade, un ex ministro del gabinete libanés, y un aliado de Rafik Hariri, quien dijo que Líbano ha querido negociar la paz con Israel, pero que todo diálogo fue bloqueado por Siria. Hamade dijo que: «Si bien Hariri y su bloque deseaban normalizar y desmilitarizar a Líbano después de la retirada de 2000 de Israel del sur del Líbano, Hezbollah y Siria querían lo contrario».

Los problemas reales del Líbano

El distanciamiento entre las facciones pro-Hezbollah y las facciones anti-Hezbollah está creciendo y está despedazando a Líbano. El Parlamento de Líbano ha sido incapaz de ponerse de acuerdo sobre un nuevo presidente después de que el mandato de Michel Suleiman expiró en mayo de 2014. Dado que los tres cargos más importantes en la política libanesa están constitucionalmente divididos entre un presidente cristiano, un primer ministro sunita, y un presidente parlamentario chiíta, el estancamiento significa que por más de dos años, los cristianos no han tenido ningún representante en ese nivel.

Sin embargo, la disfunción política de Líbano va mucho más allá de una crisis constitucional, ya que afecta la vida diaria del pueblo libanés. The New York Times informó

«Con un nuevo gobierno dominado por aliados de Hezbollah… la censura ha ido en aumento…  los musulmanes sunitas de Líbano – tradicionalmente moderados – han sido cada vez más desafiados por los extremistas, incluidos los mullahs salafistas, en Sidón, y Al Qaeda en la ciudad norteña de Trípoli… grupos cristianos también se han sumado a la convocatoria por la censura».

Esto ha llevado a que «un desfile de artistas abandonaran el país». La disfunción afecta incluso a la salud pública; la basura no ha sido recogida en Líbano durante casi un año, desde julio de 2015 hasta marzo de 2016, cuando una solución temporal fue finalmente implementada.

En mayo de 2016, el popular periodista libanés Nadim Koteich reveló su apoyo a la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel, tuiteando que a la ciudad siria de Alepo, destruida por la guerra, le habría ido mejor bajo ocupación israelí.  El osado tuit de Koteich (posteriormente suprimido) demuestra que, a pesar del control absoluto de Hezbollah en la política libanesa, la irracional posición anti-israelí de Líbano se opone a muchos de sus habitantes.

Es muy probable que algunos de los nueve atletas de la delegación olímpica libanesa no sean antisemitas y habrían incluso interactuado con los atletas israelíes. Sin embargo, también conocen el poder de Hezbollah y las consecuencias de desafiar su autoridad.

Las dificultades de Líbano son mucho mayores que la cuestión de si sus atletas deben evitar a los israelíes. La ocupación por parte de Israel de un pedazo de tierra en disputa, las «Granjas Shabaa», es decir el 0,2% del tamaño de Líbano, difícilmente justifica la existencia de una milicia independiente que es más poderosa que el ejército libanés y que tiene una indebida y desproporcionada influencia sobre el país.

Si los países árabes, entre ellos Líbano, no hubieran atacado al nuevo estado judío independiente en 1948, y si Líbano hubiera impedido los ataques terroristas desde su territorio contra Israel, ni una sola bala habría sido intercambiada entre los dos países. Hoy en día, Líbano estaría disfrutando de relaciones diplomáticas con Israel, y de los beneficios de un exitoso comercio.

Fred Maroun, un árabe de izquierda con sede en Canadá, ha sido autor de artículos de opinión para New Canadian Media, entre otras publicaciones. Desde 1961 hasta 1984 vivió en Líbano.

https://www.gatestoneinstitute.org/8952/lebanon-israel

 

 

 

 
Comentarios

«En mayo de 2016, el popular periodista libanés Nadim Koteich reveló su apoyo a la anexión de los Altos del Golán por parte de Israel, tuiteando que a la ciudad siria de Alepo, destruida por la guerra, le habría ido mejor bajo ocupación israelí. El osado tuit de Koteich (posteriormente suprimido) demuestra que, a pesar del control absoluto de Hezbollah en la política libanesa, la irracional posición anti-israelí de Líbano se opone a muchos de sus habitantes.» Haber si razonamos, ya hubo un dirigente Israeli que dijo si le hace,mos la guerra a los EE.UU y la ganamos nos orimos de habmbre y si la perdemos no nosfaltara de nada. Si ese periodista no se da cuenta de esta verdad esta ciego o es muy corto.

Libano se está auto destruyendo. Un país dominado por fanáticos como Hezbollah ya está perdido. Israel tiene una visión más amplia del mundo a nivel ciencia, tecnología y negocios.

Pobre Libaneses estan en manos de terroristas que a la larga se perjudican sin conseguir salir adelante, pero lamentablemente o son ignorantes o envidiosos por lo que nunca viviran en paz mientras no dejen de lado el odio que en definitiva los esta matando de apoco

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