Se fue el viejo más joven de todos. El que nos demostró más que nadie su fortaleza, y no por ganar una batalla, sino porque supo levantarse, seguir cayendo y volver a levantarse.
Shimon Peres nos iluminó el camino, y gracias a él nos queda claro que un líder no es quien gana, sino quien se mantiene firme en sus convicciones a lo largo del tiempo. Y la gente lo siguió, no porque ganó y las personas se posicionaron en su conveniencia a acudir al auxilio de un triunfador, sino porque lo vieron perder una vez a tras otra, y a pesar de eso priorizar su visión y continuar en pos de la sociedad.
Perdió con la lista de Rafi en las elecciones para la Knesset en 1965, y de este modo el partido dominante, Ajdut Haavoodá, formó la coalición gubernamental, dejándolo afuera. A pesar de eso, pocas semanas antes de la Guerra de los Seis Días, en 1967 Peres impulsó un gobierno de unidad nacional, lográndolo con Moshe Dayan como Ministro de Defensa.
Perdió contra todos los pronósticos en las elecciones internas del partido Rafi en 1969. A pesar de eso, Gad Yakovi, quien obtuvo el primer lugar, le cedió su espacio como Ministro de Aliá y Absorción.
Perdió en las internas de Avodá contra Rabin en 1974. A pesar de eso aceptó ser su Ministro de Defensa, priorizando los interesas del Estado de Israel. En ese cargo, ya en 1975, logró el Acuerdo Interino con Egipto, que sirvió de base para el Acuerdo de Paz entre ambos países, vigente y eficaz hasta hoy en día. Y en esa misma cadencia, en 1976, fue Peres quien convenció a Rabin de realizar la “Operación Ionatan”, en la que rescataron rehenes judíos e israelíes secuestrados en Entebbe, la capital ugandesa.
Perdió nuevamente contra Itzjak Rabin en 1977, en las internas de Avodá, el partido laborista. Pero Rabin se vio obligado a renunciar de Avoda y a tomar licencia como Jefe de Estado, y Peres pasó a ser el número uno del laborismo y Primer Ministro en Ejercicio.
Perdió en las elecciones nacionales de 1977 contra Menajem Begin, posibilitando por primera vez la llegada del Likud al poder en Israel. Peres pasó a ser el líder de la oposición, y como tal promovió las conversaciones de Camp David que derivaron en el Acuerdo de Paz entre Israel y Egipto.
Perdió contra Begin en las elecciones parlamentarias de 1981, incluso cuando las encuestas previas les fueron favorables. Incluso desde la oposición apoyó al gobierno en la principal acción de esa cadencia, que fue la Guerra del Líbano. Lo hizo para mantener la unidad nacional. Pero al darse cuenta que ese conflicto bélico se cobraba más y más vidas de soldados israelíes sin garantizar la seguridad, retiró su apoyo.
Perdió la posibilidad de conformar un gobierno bajo su liderazgo en 1984, y tuvo que compartir un gobierno de unidad nacional con Itzjak Shamir. La cadencia se dividió en dos años bajo el mandato de Peres y otros dos por un gobierno encabezado por Shamir. Peres logró controlar la hiperinflación y además promovió la primera retirada del ejército israelí del Líbano, creando una franja de seguridad que atenuó los ataques hacia la población del norte de Israel. Como el acuerdo la cadencia dividida fue de palabra, para efectivizarlo Peres tuvo que renunciar, y lo hizo cumpliendo su palabra.
Perdió otra vez las elecciones generales en 1988, esta vez contra Shamir y el bloque de derecha. A pesar de la derrota confirmó al gobierno de unidad nacional, siendo Ministro de Economía.
Perdió las internas del partido laborista contra Rabin en 1992, quien lo designó como Canciller, aprovechando esa cartera al máximo para llegar a los acuerdos de Oslo, por los que surgió como entidad la Autoridad Nacional Palestina, lindante con Israel que así consolidaría su carácter de Estado Judío y Democrático, una estación hacia la tan ansiada paz. Allí se acabó con la primera intifada. A Peres no le importó perder las elecciones primarias, se posicionó como ladero de Rabin, a quien reemplazó como Primer Ministro luego de su asesinato en 1995.
Perdió en las elecciones generales contra Biniamin Netaniahu en 1996, en un vuelco inesperado luego de liderar todas las encuestas. La derrota en las urnas no venció a sus ideales, que lo llevaron a abrir el Centro Peres para la Paz, que hasta el día de hoy en un faro en todo tipo proyectos de convivencia, en todos los niveles de la población.
Perdió las elecciones para Presidente de Israel en el año 2000, que es elegido por el parlamento. Allí la mayoría de la Knesset se volcó por Moshé Katzav, que tenía como mayor antecedente haber sido el peor Ministro de Turismo de la historia de Israel, y luego fue condenado por acoso sexual y violación en el ejercicio de su cargo.
Perdió otras internas en Avodá en el 2005, está vez contra Amir Peretz, y otra vez después de liderar las encuestas. Peres renunció al laborismo, pero no para ser el número uno de otro partido, sino para apoyar a Kadima, encabezado por Ariel Sharon, que en ese momento tenía como común denominador a los hombres que integraban el movimiento, la viabilización de un proceso de paz. Siempre firme con sus ideales.
En el 2007 por fin ganó una elección. Por amplia mayoría fue electo Presidente del Estado de Israel. Para llevar adelante su tarea, Peres no necesitó de este triunfo, él ya había ganado, tal como lo expresó en el momento de la jura: “No soñé con ser Presidente. Mi sueño de joven era ser pastor o un poeta de estrellas. Haber sido elegido es un privilegio, y no lo voy a despreciar”.
Fue Peres que enarbolando las banderas del desarrollo y la innovación allanó el campo propicio para el Star Up Nation, desde 1970, año en que cerró el Ministerio de Correos, cambiándole a esa cartera, no solo el nombre, sino el concepto, y así asumió fue el primer Ministro de Comunicaciones del Estado de Israel, un año antes del “QWERTYUIOP”, el primer mensaje genuino de e-mail.
Fue Peres quien inició el proyecto del reactor nuclear en Dimona, porque para garantizar la única democracia en medio oriente, Israel tiene que ser un estado fuerte. Y esa fortaleza le permitió dirigir el rumbo hacia la paz.
Fue Peres que el visionó un nuevo Medio Oriente de paz y desarrollo.
Fue Peres quien se hizo cargo del concepto talmúdico que dice que lo importante no es terminar la obra, sino comenzarla. Y así lo hizo, pensando en el futuro de las generaciones venideras, porque sabe que para llegar a la paz, hay que generar confianza, y la logran solo aquellos que tienen esperanza.
Si hay algo que nos aseguró Shimon Peres, fue eso, nunca perdimos la esperanza.
http://visavis.com.ar/?p=63530-Video: “Estoy con el Estado de Israel en carne y hueso”. La entrevista de Adela Micha.