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| viernes mayo 3, 2024

Palestinos: Abbas «El Judío»


 

[El presidente palestino, Mahmoud Abbas, se da la mano con el Primer Ministro israelí, Binyamin Netanyahu, en el funeral de Shimon Peres, ex presidente de Israel, el 30 de septiembre. Abbas se enfrenta a un aluvión de críticas por asistir al funeral, con miembros de su propio partido llamando a eso «traición». (Fuente de la imagen: Ruptly captura de pantalla de vídeo)]

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

La protesta sin precedentes sobre la participación de Abbas en el funeral de un líder israelí es una prueba más del grado en que se han radicalizado los palestinos.

Esto es lo que sucede cuando, en los medios de comunicación, mezquitas y en la retórica pública, se desata una ola de odio contra Israel y sus líderes. A la luz de este lavado de cerebro, ¿cómo espera que su gente responda cuando, de algún modo, es asociado con un líder israelí?

Si asistir al funeral de un líder israelí, especialmente al de uno que dedicó las últimas dos décadas de su vida a la paz entre Israel y los palestinos, provoca esa condena, es fácil imaginar el resultado si un líder palestino le hace una propuesta de paz a Israel.

Incluso si la condena actual finalmente se apaga, habrá enviado un mensaje a los futuros líderes palestinos: «Ninguna paz con Israel, no en nuestro tiempo, y no en ningún momento».

El Presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, está enfrentando un aluvión de críticas por asistir al funeral del ex Presidente israelí Shimon Peres en Jerusalén. La furia dirigida hacia Abbas no es ninguna sorpresa para aquellos que están familiarizados con la implacable campaña de incitación anti-israelí que se ha venido realizando desde hace muchos años en la sociedad palestina.

Si asistir al funeral de un líder israelí, especialmente al de uno que dedicó las últimas dos décadas de su vida a la paz entre Israel y los palestinos, provoca esa condena, es fácil imaginar el resultado si un líder palestino le hace una propuesta de paz a Israel.

El Presidente Abbas está recibiendo una dosis de su propia medicina. Esto es lo que sucede cuando, en los medios de comunicación, en las mezquitas y en la retórica pública, se desata una ola de odio contra Israel y sus líderes.  Esto es lo que sucede cuando se le informa a su pueblo que los líderes israelíes son «criminales de guerra» que deben ser procesados ante la Corte Penal Internacional. Esto es lo que sucede cuando se inculca que los judíos están profanando con sus «sucios pies» los sitios sagrados islámicos en Jerusalén. Esto es lo que sucede cuando se acusa a Israel de «limpieza étnica», de «ejecuciones extrajudiciales» y de «envenenar» a Yasser Arafat.

A la luz de este lavado de cerebro, ¿cómo espera que su gente responda cuando, de algún modo, es asociado con un líder israelí?

Es difícil de creer que Abbas y sus compinches se sorprendieran por la actual ola de la reprobación. Pero tal vez no se predijo el grado de virulencia.

Abbas la está recibiendo de todas partes. Las denuncias provienen no sólo de sus enemigos políticos de Hamas, la Jihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), sino también de grupos y figuras que pertenecen a su gobernante facción Fatah.

Los palestinos dicen que Abbas, de 81-años de edad, que ahora está en su 11º año de su mandato de cuatro años en el cargo, se enfrenta a su más serio desafío para el liderazgo. Y no hay señales de que las recriminaciones disminuyan. Por el contrario, cada día trae consigo una nueva avalancha de reproches, lo que lleva a los funcionarios de la Autoridad Palestina en Ramallah a emitir una rígida advertencia a aquellos que están explotando la situación para «incitar» contra Abbas. Sin embargo, las amenazas no han logrado disuadir a sus críticos de continuar con sus ataques contra él y pidiéndole que renuncie.

Uno de los que ya han pagado un alto precio por criticar la asistencia de Abbas al funeral de Peres es el Teniente Coronel Osama Mansour, quien tiene un puesto de alto nivel en el aparato de enlace militar de la AP. En una publicación en Facebook, el oficial de la AP condenó enérgicamente el paso dado por  Abbas:

«Si fue su decisión personal participar en el funeral del asesino de nuestros hijos, entonces se equivocó. Y si tomó la decisión sobre la base de lo que le dijeron sus asesores, entonces ellos lo indujeron al error».

Horas después de que la publicación apareciera en Facebook, Mansour fue suspendido de su trabajo. Más tarde, fue detenido por agentes del Servicio De Inteligencia Militar de la AP que allanaron su casa y llevaron a cabo una búsqueda, durante la que destruyeron el mobiliario, según su familia. Un tribunal de la AP ya ha ordenado que Mansour sea remitido en custodia durante quince días.

La suspensión y posterior detención del oficial provocó una nueva ola de furia contra Abbas y sus fuerzas de seguridad. Palestinos salieron a las redes sociales para protestar por la represión al oficial, saludándolo como un héroe y denunciando a Abbas como un «perro» y «colaborador»  israelí. Algunos sugirieron que el oficial era digno de ser nombrado como ministro en el Gabinete de la AP por sus valientes declaraciones.

Pero la medida contra el oficial superior no impidió que muchos leales a Abbas se expresaran en su contra por asistir al funeral de Peres.

El «Movimiento Juvenil» de Fatah. conocido en árabe como Al-Shabiba, emitió un comunicado pidiéndole a Abbas «pedir disculpas» a los palestinos por haber cometido un «grave error». Según el comunicado la participación de Abbas en el funeral fue «humillante y degradante» para los palestinos y una forma de «traición». El grupo señaló que la medida de Abbas violaba los reglamentos de Fatah, que contemplan la «liberación completa de Palestina y la eliminación de la ocupación israelí, económica, política, militar y cultural». Dirigiéndose a Abbas, el grupo declaró:

«Señor Presidente del Estado de Palestina, Mahmoud Abbas. Usted ha cometido un crimen contra nuestro pueblo, al equiparar al verdugo con la víctima. No permitiremos que la traición se convierta en un punto de vista».

Varios funcionarios de alto rango de Fatah trataron de distanciarse de la decisión de Abbas de asistir al funeral de Peres, alegando que no habían sido consultados de antemano.

Uno de ellos, Tawfik Tirawi, quien anteriormente se desempeñó como comandante general del Servicio de Inteligencia de la Autoridad Palestina en la Margen Occidental, anunció que se oponía personalmente al gesto de Abbas. Aclaró que Abbas no recabó la opinión del liderazgo de Fatah antes de ir a los funerales:

«Si me hubieran consultado personalmente como miembro del Comité Central de Fatah, habría dejado en claro que estoy en contra de la participación, en principio, porque se trata de un funeral de un sionista que se revolcó, de la cabeza a los pies, en la sangre de nuestra gente y de otros árabes».

Tirawi siguió describiendo a Peres como el «ingeniero del proyecto nuclear israelí, que está diseñado para frustrar cualquier plan para recuperar nuestra tierra».

Las generalizadas protestas contra la decisión de Abbas de participar en el funeral de Peres tomaron un giro violento el 3 de octubre, cuando policías de la AP utilizaron la fuerza para dispersar una manifestación pacífica en Ramallah. Organizada por el FPLP, la protesta fue una muestra más de los fuertes sentimientos que muchos palestinos albergan no sólo contra Abbas, sino también contra Israel.

El abogado palestino Muhanad Karajeh, que trabaja para una organización de derechos humanos con sede en Ramallah, informó que los organizadores le pidieron estar presente para documentar el evento. El abogado declaró que fue severamente golpeado por agentes de seguridad de la AP durante la protesta. «Me golpearon repetidamente en la cara y en diferentes partes del cuerpo», relató. «Conozco personalmente a algunos de los oficiales. Rasgaron mi traje aunque les dije que soy abogado. Me humillaron y me maldijeron, a mí y a mi profesión».

En un acto desesperado para contrarrestar las extensas protestas, asistentes de Abbas organizaron marchas improvisadas en apoyo del presidente de la Autoridad Palestina. El liderazgo de la AP citó a activistas matones de Fatah para que salgan a la calle cada vez que se sienta el calor. Llevando fotos de Abbas y banderas amarillas de Fatah, decenas de miembros de Fatah se manifestaron en las calles de Ramallah, en una demostración de fuerza y como un mensaje de advertencia a aquellos que censuran a Abbas. «Respaldamos a nuestro liderazgo histórico y al Presidente Abbas», declaró el activista de Fatah Osama Qawassmeh. «Fatah es una línea roja y se enfrenta a una conspiración».

En las redes sociales, los ataques a Abbas fueron bastante despiadados. Activistas palestinos circularon caricaturas ridiculizando a Abbas. Una de ellas representó a Abbas como rabino en uniforme militar israelí y con un solideo judío llorando junto a la tumba de Peres. Otra caricatura representó a un árabe colocando una corona en una caja junto a la foto de Peres.

En Twitter, activistas lanzaron etiquetas, «Ofrecer Condolencias por el Fallecimiento de Peres es Traición» y «Normalización es Traición».

Hamas no se mantuvo en silencio acerca de la «traición» de Abbas. Mahmoud Zahar, uno de los líderes del movimiento islamista en la Franja de Gaza, opinó que, de acuerdo con las enseñanzas islámicas, Abbas califica como un judío. «Esperamos que se unirá a Peres en el infierno», dijo Zahar. «Abbas es un producto israelí. El hombre que dice representar a todo el pueblo palestino se ha levantado contra todos los palestinos y los árabes».

Un gran grupo de académicos, periodistas y activistas políticos, palestinos y árabes, firmaron una petición pidiéndole a Abbas que se disculpe por asistir al funeral de Peres, caracterizando la medida como un «error histórico y político». Al menos 150 palestinos y árabes firmaron la petición, que enfatizó que la decisión de Abbas fue un «shock» para los palestinos.

Las protestas, mientras tanto, se extendieron a los campos de refugiados palestinos en la Margen Occidental, la Franja de Gaza y los países árabes vecinos. En el campo de refugiados Balata, cerca de la ciudad de Nablus de la Margen Occidental, miles de palestinos corearon consignas pidiendo la remoción de Abbas del poder. La protesta se produjo durante un funeral de un palestino que había sido muerto a tiros una semana antes por policías de la Autoridad Palestina.

La protesta sin precedentes sobre la participación de Abbas en el funeral de un líder israelí es una prueba más del grado en que se han radicalizado los palestinos. La frustración con Abbas y sus políticas no es nueva. Cada vez más palestinos han expresado, en los últimos años, furia por su «indulgente» política hacia Israel. Un particular hueso atragantado en la garganta es la continuada coordinación de seguridad entre las fuerzas de seguridad de la AP e Israel. Perciben a esta cooperación con los israelíes como «traicionera». Muchos palestinos también están molestos con Abbas por su negativa a compartir el poder y allanar el camino para el surgimiento de nuevos líderes.

La culpa de la radicalización de la población palestina recae directamente sobre Abbas y el resto de la AP. Si se promueven los boicots contra Israel, es de esperar ser atacado cuando se rompe el boicot asociándose con cualquier israelí, vivo o muerto. Las protestas tienden a disminuir, pero incluso si la condena actual finalmente se apaga, habrá enviado un mensaje a los futuros líderes palestinos: «Ninguna paz con Israel, no en nuestro tiempo, y no en ningún momento».

 

Khaled Abu Toameh, un galardonado periodista, se basa en Jerusalén

 

 

https://www.gatestoneinstitute.org/9086/abbas-peres-funeral

 

 
Comentarios

La presencia de Abbas en el funeral de Shimon Peres, obedece tan solo al «marketing» del que acostumbra a rodeárse este personaje, con el fin de cultivar su imagen de «moderado y dialogante» ante una Comunidad internacional, que tantos parabienes y estipéndios le proporciona, y no a un cambio substancial por su parte,respecto a la linea de radicalidad que caracteriza al gobierno que preside, a la cual no es evidentemente ajeno …
Mantener ese doble discurso, esa calculada ambiguedad, le ha permitido hasta ahora cosechar réditos y aguantar el tipo … la pregunta es ¿hasta cuando podrá seguir ejerciendo de «funambulista» sin caer el vacio? … las criticas de las que es objeto por parte de miembros de su própio partido, evidencian una fractura interna, y una amplia contestacion respecto a su figura, tanto por parte de Fatáh, como naturalmente tambien de Hamas, que ostenta el poder en la franja de Gaza …
El verdadero róstro de Abbas, es no lo dudemos, el que ofrece a diario frente a su auditório, el de un individuo que incentiva el ódio hacia Israel, alentando a la comision de atentados contra ciudadanos israelies, y ése es a la postre el que debe ser tenido en cuenta, a la hora de calibrar su gestion, y los nulos resquicios que ésta deja al gobierno israeli, para entablar conversaciones que desemboquen en hipotéticos acuerdos entre las partes…
Abbas es un trilero de la supervivencia politica, como lo fue su antecesor en el cargo, el infausto Arafat, con varias vidas de repuesto … nada en el inspira la menor confianza, y si en cambio abierta repúlsa …
por ahora le vá quedando «cuerda» de la que tirar, pero ésta dá señales de poder rompérsele entre las manos, a medida que el equilibrio que pretende en apariencia mantener, se haga insostenible, y que los halcones que esperan su caida, entren en juego en la linea succesoria, para aplicar sin complejos ni medias tintas, una «politica» de guerra abierta contra Israel … temámonos pues lo peor …

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