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| martes diciembre 24, 2024

Un mito: “Los lazos norteamericanos con Israel dañan los intereses de los Estados Unidos en el Medio Oriente musulmán”.


 

(Banderas  en el vecindario de Romema en Jerusalen. Imagen de zeevveez via Wikimedia Commons)

Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat-

Perspectives Paper No. 416

1/03/2017

Traducción para PorIsrael.org : Marcelo Piwnica

RESUMEN EJECUTIVO: Muchos creen que el apoyo financiero y militar de los Estados Unidos  a Israel daña sus intereses especialmente en el Medio Oriente y el norte de África. Una manera de probar esta premisa es explorar si su apoyo a Israel tiene un efecto negativo en sus exportaciones  a los países de la región. No lo tiene. Las exportaciones a la región han crecido. Las fluctuaciones dentro de la tendencia al crecimiento general son fácilmente explicables por los precios del petróleo, la fuente principal de ingresos de estos países consumidores y no por las ‘’ofensas’’ de Israel en contra de Hezbollah y Hamas.

 

En países modernos y avanzados y en donde sus ciudadanos se sienten orgullosos por ser de mentalidad científica y racional, con opiniones y convicciones  todo lo cual es probado teniendo en cuenta los hechos. Una convicción muy extendida entre muchos  funcionarios de departamentos de estado, académicos, profesionales pensantes y miembros informados del publico es que el apoyo  financiero y militar de los Estados Unidos a Israel en las Naciones Unidas daña los intereses norteamericanos, especialmente en el Medio Oriente y el norte de África. En esta región, la mayoría de los estados tienen una visión borrosa y también hostil con referencia a Israel.

Esta es una hipótesis que puede ser probada. Una vía entre muchas es ver el apoyo de los Estados Unidos por Israel, que es muy fuerte en las Naciones Unidas y otros foros internacionales, tiene un efecto negativo sobre las exportaciones de los Estados Unidos a los países de la región.

Esta es una buena prueba porque muchos países demandan que los bienes importados identifiquen sus países de procedencia en el envase. Esto quiere decir que el comprador, sea  un consumidor  privado tenga al poder de decisión de comprar o no comprar el producto. El grado de elección involucrado es amplificado por el hecho de que hay muchos productos similares de casi todos los productos norteamericanos que se exportan a Medio Oriente. Estos productos alternativos son producidos por otros estados, muchos de los cuales votan predominantemente de la misma manera que los estados musulmanes en las Naciones Unidas.

Uno podría esperar que las exportaciones a la región vayan a ser adversamente afectadas  a largo plazo y especialmente durante el tiempo que duran las conflagraciones de Israel y sus enemigos. Este tiempo es fácil de identificar. Incluye a la segunda intifada (2001-2004), el mes entero de junio de 2006 en la conflagración de Israel-Hezbollah, conocido como la segunda guerra libanesa y las tres tiempos de hostilidades entre Israel y Hamas: en diciembre 2008/09, en octubre 2012 y en julio-agosto 2014 (la más larga ‘’guerra’’ en la historia de las guerras árabe-israelíes).Todos estos tiempos de conflicto fueron extensamente comentados en los medios y las últimas cuatro por nuevos medios también. Desde que muchas exportaciones de los Estados Unidos a algunos  países  árabes son relativamente sofisticadas, uno puede asumir  seguramente que los compradores de estos productos forman un público atento a los medios en sus países respectivos. En otras palabras, sus opciones de compra no pueden ser vistas que revelaran su ignorancia durante estos tiempos de violencia.

Sorprendentemente, no es fácil hacer un borrador con los datos. Esto es porque, contrariamente a la percepción popular, el Medio Oriente y el norte de África es un pequeño mercado consumista para los productos hechos en los Estados Unidos y también del resto del mundo. Solo el 5% del total de las exportaciones son adquiridas por esta vasta región de 21 estados. El líder regional de las exportaciones de los Estados Unidos es Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Israel.

Solo el 1% de las inversiones en la economía de los Estados Unidos son hechas por inversores del Medio Oriente. (Fundamentalmente en fondos soberanos de los países árabes productores de petróleo y gas).Los inversores de los Estados Unidos no son fanáticos inversores en el Medio Oriente, el cual atrae solo el 1% de sus inversiones. Los dos beneficiarios líderes son Egipto e Israel, el primero porque es gran mercado consumidor, pero pobre y el segundo porque es un país muy atractivo por sus progresos en alta tecnología (high-tech).

Para investigar si los Estados Unidos sufren por su apoyo a Israel, demos una mirada a los datos de los exportadores de la OPEC (que incluyen una minoría de países no-musulmanes) y por Arabia Saudita. En ningún caso hay alguna indicación que el apoyo de Estados Unidos a Israel tuviera algún efecto en los consumidores musulmanes y árabes.

Para principiantes, el crecimiento de las exportaciones  norteamericanas a la región ha caracterizado los datos. Las exportaciones a Arabia Saudita entre 1999 y 2015 se han ido a más del doble, de U$S 8.300 millones a U$S 19.000 millones. Y para todos los países de la OPEC, se ha triplicado, de U$S 20.600  millones  a  U$S72.300 millones. Los datos del crecimiento para los dos fue más grande que en otras regiones excepto para el Lejano Oriente (principalmente China) donde el crecimiento económico exponencial tuvo lugar y trajo con el una creciente habilidad para comprar productos norteamericanos (y por supuesto importaciones de otros países).

Pudiera ser que el público saudí redujera su demanda de productos norteamericanos durante los brotes de violencia de los israelíes contra los palestinos durante la segunda intifada, o durante los enfrentamientos con Hezbollah y con Hamas. Otra vez hay poca evidencia que ocurriera .En 2001 las exportaciones norteamericanas aumentaron levemente después de una caída en 2000, decreció para 2009 después del enfrentamiento entre Israel y Hamas, creció durante el brote de 2012 y decreció otra vez en 2014. La misma falta de tendencia política es cierta para los países de la OPEC en su conjunto.

No es política, pero los precios del petróleo en el mundo explican estas fluctuaciones anuales. Cuando los precios del petróleo bajaron, así hizo la demanda de productos norteamericanos. En el año 2000.la crisis económica mundial y la baja de los precios del petróleo trajeron la caída. Un aumento en las exportaciones ocurrió al año siguiente cuando la economía y los precios del petróleo volvían a su cauce normal. En 2009, fue la recesión mundial, no un problema entre Israel y Hamas, que influyó en los precios de la energía y la demanda de productos norteamericanos. La brusca caída del precio del petróleo de U$S 110 el barril, a la mitad, vio la compra de productos norteamericanos reducirse en un 25% en Arabia Saudita. La similitud en la tendencia entre Arabia Saudita y los países de la OPEC, pese a la diferente magnitud, demuestra que eran los caprichos de la economía mundial y sus subsecuentes fluctuaciones en los ingresos del petróleo que explican la demanda de productos norteamericanos, no por política y ciertamente no por la relación norteamericana-israelí.

La extensamente sostenida convicción que la relación de los Estados Unidos con Israel daña sus intereses es un mito. Su persistencia esta en premisas que una persona racional y educada no debe albergar.

https://besacenter.org/perspectives-papers/myth-american-ties-israel-harm-us-interests-muslim-middle-east/

 

 

 

 
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