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| miércoles diciembre 11, 2024

«Abbas tiene 700 presos políticos palestinos, y Hamás 1.200»

El activista palestino por los derechos humanos Bassem Eid denuncia la política de la Unión Europea en Oriente Próximo


Bassem Eid es una de las voces más incómodas para la Autoridad Nacional Palestina por una razón obvia: él es también palestino, y lleva muchos años denunciando los abusos contra los derechos humanos por parte de las autoridades árabes en los territorios ocupados. Bassem Eid nació en un campo de refugiados de Jerusalén este hace 59 años, y lleva muchos investigando y denunciando los abusos por parte de Arafat y de sus sucesores. Ha sido, lógicamente, acusado de «traidor» y «mercenario» al servicio de los intereses sionistas, pero él no parece inmutarse. «Vivo en Jericó, bajo la Autoridad Palestina, y no tengo protección especial», advierte para sorpresa de muchos. «Estoy en cierto modo bajo la protección de Estados Unidos desde que Warren Christopher me sacó de una cárcel de Arafat, y mi notoriedad pública disuade al Gobierno palestino de actuar contra mí».

¿Qué pretende con sus denuncias constantes de corrupción en la elite política palestina?

Dar voz a mis conciudadanos que no pueden expresar sus denuncias, porque no tienen la protección de que disfruto yo.

¿Cuál es su queja principal?

La represión de los palestinos que no piensan como los que gobiernan. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene 700 presos de conciencia en sus cárceles, y el gobierno de Gaza alrededor de 1.200 presos, tal como figura en el informe que presenté el año pasado al Parlamento británico. Además de la privación de libertad, las autoridades palestinas recurren de modo habitual a la tortura. Son situaciones que se desconocen en Europa, porque los medios de comunicación solo se refieren a los abusos contra los derechos humanos de los palestinos cometidos por Israel, y prefieren no mirar los que cometen el presidente Abbas y Hamás en Gaza. ¿Por qué? ¿A qué se debe esa falta de equilibrio si, al fin y al cabo, las víctimas en ambos casos son los mismos, los palestinos?

Quizá no se fían de usted y de sus métodos de investigación porque piensan que está financiado por el gobierno israelí…

No es el caso. Al principio tenía mi propia Ong de derechos humanos, y los europeos financiaron mi trabajo de campo. Pero ahora desconfían porque critico a quienes ellos apoyan. La política neutral de la Unión Europea hacia el conflicto israelo-palestino terminó, a mi juicio, hace ahora siete años, cuando la UE se centró solo en los abusos de Israel. Todo conflicto tiene dos partes, y ocuparse solo de una no conduce a nada positivo.

Pone en la misma balanza a la ANP de Abbas y a Hamás, que está considerada como un movimiento terrorista. ¿Por qué?

Hamás mantiene como rehenes a dos millones de palestinos en la Franja de Gaza. Pero Abbas es también el responsable último de los abusos que se cometen en Cisjordania.

Si tanto la ANP de Abbas como Hamás tienen la misma política de violaciones de los derechos humanos, ¿por qué siguen enfrentados entre ellos?

Porque en términos ideológicos son antitéticos. En Gaza se siguen las instrucciones y los intereses de Irán, y en Cisjordania Mahmud Abbas actúa siguiendo las directrices políticas de la Unión Europea.

¿En qué consisten sus acusaciones de corrupción contra la ANP?

Europa, que envía grandes cantidades de ayuda económica a Abbas, se niega a pedirle cuentas de cómo lo gasta. Yo creo que gran cantidad de ese dinero ha sido mal utilizado por el presidente Abbas personalmente.

¿Tiene pruebas?

Le doy una. Desde octubre de 2015 hasta la actualidad oímos hablar de la «intifada de los cuchillos», los atentados cometidos por radicales palestinos contra israelíes. Cuando un palestino apuñala y mata a un israelí, Abbas invita a su familia a Ramala, le felicita, declara al terrorista «mártir«, y da un donativo de hasta 4.000 dólares a los parientes; un dinero que procede por cierto de la Unión Europea.

El conflicto israelo-palestino, el llamado «proceso de paz de Oriente Próximo», lleva años arrinconado y eclipsado por otros conflictos más graves, en particular las guerras de Siria, Irak, Yemen y Libia. ¿Es esta situación una mala noticia para el pueblo palestino y una buena noticia para Israel?

No se trata solo de las guerras sino también del avance del problema del terrorismo. En este marco considero que Israel y los territorios palestinos son, en este momento, los lugares más seguros de Oriente Próximo. Como árabe y como musulmán, no me gustaría estar en los países que usted ha mencionado. A veces creo que es mejor haber dejado de ser prioritarios en la agenda de la comunidad internacional; cuando eso ocurría, las potencias internacionales hicieron mucho daño a judíos y palestinos: se convirtieron en parte del conflicto, en vez de ser parte de la solución.

 
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