El año 2008 fue un año particularmente importante para las relaciones entre Alemania y el pueblo judío. Ese año la canciller alemana Angela Merkel viajó con varios miembros de su gabinete a Israel para tener una reunión conjunta con el gobierno de Israel. Paralelamente se realizaron varios actos en Alemania que subrayaron la clara condena del pasado nazi y el deseo de destacar públicamente la decisión de mantener una firme amistad con el pueblo que fue la principal víctima del Tercer Reich.
Entre otras iniciativas, el gobierno alemán invitó a una pequeña delegación judía de la diáspora y de Israel a visitar Berlín y conocer todas las diferentes maneras de recordación de los crímenes del nazismo destinadas a dejar en claro al pueblo alemán y al mundo el desastre que fueron para la humanidad los 12 años de dictadura hitlerista.
La delegación judía invitada estuvo integrada por seis activistas destacados de organizaciones judías de los Estados Unidos, cuatro periodistas de Israel (uno de cada uno de los principales diarios, Yediot Ajaronot, Maariv, Haaretz y Jerusalem Post) y dos periodistas de América Latina (el director de Radio Jai de la Argentina y el autor del presente artículo, como periodista “free lance” en varios medios judíos y no judíos). La visita incluyó la asistencia a varios acontecimientos, entre ellos, una reunión europea sobre la enseñanza del Holocausto en el cual el principal referente fue el entonces líder del Partido Social Demócrata y Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania y hoy casi seguro futuro presidente de Alemania, Frank Walter Steinmeier. Pero sin duda, el mayor acontecimiento fue el homenaje en el Parlamento Alemán al Partido Laborista de Israel con la asistencia de varios importantes visitantes israelíes. Después de todo, la social-democracia alemana tiene una larga historia de amistad con Israel. Por otra parte, como lo han señalado tanto amigos como enemigos de la socialdemocracia alemana, ésta tiene raíces judías. Es cierto que los grandes nombres asociados a corrientes diversas en los primeros años de la social-democracia alemana en el siglo XIX son de judíos no-judíos o judíos a pesar suyo, como Ferdinand Lasalle, Karl Kautzky, Eduard Bernstein o Rosa Luxenburgo. Incluso hoy hay quienes insisten en recordar que el antisemita Karl Marx es descendiente de rabinos.
Pero, al margen de las relaciones de los judíos alemanes con la social-democracia no hay duda de que en la mayor parte de los años transcurridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta muy pocos años atrás, ésta fue un baluarte de amistad alemana con Israel y con el pueblo judío en el mundo. No más.
Sin duda, el reciente incidente entre el Primer Ministro israelí Netanyahu y el actual Ministro de Relaciones Exteriores alemán Sigmar Gabriel fue un síntoma de una situación pre-existente y no la causa de las tensiones. Es cierto. La arrogancia es mala consejera. Israel no hubiera perdido gran cosa si Gabriel se entrevistaba con masoquistas israelíes empeñados en denunciar los relativamente escasos excesos del ejército israelí en una región del mundo en la que reina la más completa inhumanidad y barbarie. Pero por otra parte ¿Cuál habría de ser la reacción de los alemanes si un ministro israelí visitante se hubiera obstinado en entrevistarse con alemanes ansiosos de denunciar la influencia de la extrema derecha en el ya no tan nuevo ejército alemán?
Es indudable que la social-democracia filosemita ya no existe más. Hoy una celebración como la del año 2008 no podría repetirse. Hasta qué punto la situación es seria lo demuestra un artículo firmado por Anna Prinzkau publicado en el importante diario alemán “Frankfurter Allegemeine Zeitung” el 30 de mayo pasado bajo el título “Del homenaje de rodillas a numerosos errores” ( El título alemán es “Vom Kniefall zu vielen Versehen” y aparentemente el uso de esta última palabra, que significa error, pero también descuido o inadvertencia tiene una alusión irónica).
De todos modos, el subtítulo es bastante aclaratorio: “En 1970 Willy Brandt se inclina de rodillas para honrar a los judíos asesinados en Europa. En 2017, Frank Walter Steinmeier coloca una corona de flores ante la tumba de Arafat y Sigmar Gabriel reinterpreta. ¿Por qué algunos social-demócratas cometen tales errores cuando se trata de judíos y de Israel? Más adelante, la articulista compara la acusación medieval acerca de los judíos como envenenadores de pozos con la acusación del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ante el Parlamento europeo, de que un grupo de rabinos había exhortado al gobierno israelí a envenenar el agua destinada a los palestinos. Y señala que entre quienes consideró muy “inspirador” este discurso estuvo ni más ni menos que Martin Schultz, flamante nuevo líder y gran esperanza electoral de la social-democracia y hasta hace muy poco considerado un gran amigo de Israel.
Más adelante, la articulista comenta en detalle el gesto de Steinmeier .”El sabe quién era el muerto. ¿Qué es lo que hizo? Es sabido que la carrera de Arafat comenzó con la fundación de “Al Fatah”. Su objetivo era: la total destrucción de Israel. También Arafat fue famoso por ordenar ataques a civiles. El planeó y financió durante décadas el terror. “La revolución nunca dejará sus armas, antes de que Palestina sea liberada”. Prizkau se pregunta si por necesidades diplomáticas, Steinmeir, en una visita a Rusia ¿También colocaría flores ante la tumba de Stalin?
Luego la articulista se refiere a la diferenciación entre judíos e israelíes. Admite que es legítima pero señala que es igualmente legítimo insistir en lo que hay de similar y escribe:
- “Se trata de antisemitismo. Así como el odio a los judíos reinó en la Alemania de Hitler reina hoy en el Medio Oriente. Los terroristas matan en Israel a los judíos no porque quieren tener su estado, sino porque odian a los judíos, mientras los israelíes matan para no ser muertos. Si los palestinos hubieran querido su estado, Arafat no habría rechazado la oferta de Camp David y Abbas no hubiera repetido el rechazo en el 2008.
Pritzkau censura a los medios de prensa alemanes y títulos rutinarios tales como “Soldado israelí mata a palestino”, Que el palestino muerto haya sido el agresor no tiene importancia.
Y el artículo termina con esta conclusión que vale la pena traducir íntegramente:
- “¿ Qué significa esto para Alemania? La respuesta decisiva en el nuevo informe sobre antisemitismo es: “Con la política practicada por Israel es comprensible que haya gente resentida con los judíos. En el año 2014, un 28% de los encuestados estuvo de acuerdo con esta opinión, pero en 2016 el porcentaje aumentó al 40%. Más arriesgado es un juicio aprobado por un 24% de los alemanes “Lo que Israel hace ahora con los palestinos, es esencialmente muy similar a lo que hicieron los nazis en el Tercer Reich con los judíos”. Una vez más, las víctimas son convertidas en verdugos.”
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