Las víctimas del atentado en Halamish: Yosef Salomon (70) y sus hijos Jaia y Elad, acuchillados en su casa.
Entre detectores de metales y cámaras de seguridad, entre la ira musulmana por su sensibilidad supuestamente afectada y los gritos de «Con alma y fuego te redimiremos Al Aksa»-que oímos personalmente y vimos vociferar junto a la Puerta de los Leones en la Ciudad Vieja de Jerusalem- hay algunos elementos de la realidad de los últimos días que tenemos la sensación que quedaron un tanto tragados en el olvido de la opinión pública mundial. Esto no es tanto una acusación como un recordatorio. Es que en medio de tanto grito sobre «Al Aksa en peligro», quizás el ruido distrajo a algunos y logró hacer olvidar que quedaron cosas importantes fuera de la mirilla. Y quisiéramos iluminarlas. Es que tan oscuras son que es imperioso mostrarlas a la luz.
- * El viernes 21 de julio, de noche, en medio de la cena de shabat, un terrorista entró armado con un cuchillo a la casa de la familia Salomon en el asentamiento Neve Tzuf-Halamish y asesinó a puñaladas al dueño de casa, de 70 años, y sus dos hijos, hiriendo a su esposa. Su nuera logró reaccionar rápidamente y subió al segundo piso de la casa con sus hijos, cinco niños que de no ser por su celeridad, se habrían sumado a las víctimas. Sostuvo la puerta mientras llamaba a gritos a la policía a avisar que hay un terrorista en el salón. Ese comedor , las escaleras, la cocina, repletos de sangre, se convirtieron en un testimonio terrible de la matanza.
Las fotos han circulado en las redes sociales. Nos cuesta reproducirlas.
- * El terrorista, Omar el-Abed, de 19 años, de la aldea aledaña, había salido de su casa cargado con el cuchillo y un libro del Corán. No está claro si fue de su última lectura de algún capítulo selecto, que se inspiró para su post en Facebook anunciando de hecho que va a «vengar Al Aksa» y a cobrar el precio a «los simios y cerdos» , un término que aparece en el Corán en referencia a los judíos.
Lo peor -aparte del asesinato, claro está- es que el infame asesino sobrevivió para contar el cuento y sonreir desde el hospital israelí al que se lo llevó para curarle la herida antes de entregarlo a los servicios de seguridad. Un vecino de los Salomon, que estaba en su día libre del ejército, oyó los gritos desde la casa y lo neutralizó de un disparo, a través de la ventana.
Cuando surgieron comentarios en la opinión pública israelí sobre lo justo que habría sido que el terrorista muera en lugar de quedar vivo y ser salvado en un hospital israelí, la madre del soldado que lo neutralizó declaró desde el asentamiento: «Un soldado aprende a quitar del medio la amenaza, no a ejecutar a quien ya no supone peligro. No somos monstruos».No está de más recordarlo, cuando hay quienes ven en los terroristas «luchadores por la libertad» y en la población judía de los asentamientos casi demonio
- * Aunque es más que evidente, no está de más refrescar la información: la crisis «de los detectores» no se inició por un paso unilateral dado por Israel, sino por el asesinato de dos policías en el Monte del Templo, con armas de fuego escondidas en la propia mezquita de Al Aksa. Más allá de la legítima discusión ,especialmente en el plano interno, sobre cómo manejó Israel el tema, el hecho es que quien violó la santidad de las mezquitas fueron los asesinos.
¿No deberían ser los musulmanes los primeros en protestar contra ello?
O sea…Que protesten contra los detectores si los consideran un error…¿Pero sólo contra ellos? ¿Y las armas? ¿Y asesinar en el monte sagrado?
- * La Autoridad Palestina no es quien inició la escalada actual y por cierto no envió a los tres asesinos de los policías. Pero se sube al carro de forma peligrosa. Y el Presidente Mahmud Abbas actúa con la total irresponsabilidad de quien incita y transmite a su pueblo mensajes peligrosos.
Abbas y el liderazgo palestino aprueban de hecho los enfrentamientos violentos, sabiendo de antemano que terminarán con muertos, y hasta han vuelto a llamar a un nuevo «día de ira» contra Israel este viernes, a pesar de que ni los detectores ni las cámaras siguen ahí.
«Los apoyamos en lo que han hecho y en lo que están haciendo. Estamos con ustedes en lo que siguen haciendo», declaró públicamente Abbas, dirigiéndose a la juventud palestina. Y agregó felicitaciones a los palestinos «por cuidar vuestra mezquita de Al Aksa, vuestra tierra, vuestra dignidad, vuestro pueblo , vuestra religión y los lugares sagrados».
- * De fondo, claro está, hay una legitimidad del asesinato, del odio, de la violencia.
No, no la comparten todos los palestinos. Estamos seguros que no. Pero el que se ose con tanta facilidad justificar públicamente asesinatos, declararlos motivo de orgullo, muestra que algo está mal en la sociedad palestina.
El padre del terrorista de Halamish declaró que su hijo «es un hombre honorable, no un hombre que lleva a cabo operaciones». Operaciones, aclaremos, es el término con el que los palestinos se refieren a atentados. «Esto pasó por la ocupación y por lo que ha hecho a la mezquita de Al Aksa».
Digamos que realmente están ofendidos y no simplemente llenos de odio…Digamos que realmente creen todas las difamaciones y mentiras sobre los «peligros» en Al Aksa…¿cómo son capaces, aún así, de justificar una matanza como la del viernes pasado en la casa de la familia Salomon?
Pero claro…es una pregunta retórica.
Cuando hace unos años judíos extremistas tiraron una botella incendiaria en la aldea Duma y mataron al pequeño Muhamad Dawabshe, hiriendo gravemente a sus padres que fallecieron luego , los israelíes buscaban las palabras más terminantes en su léxico para condenarlo. Derecha e izquierda se fusionaron en las condenas. A nadie normal se le ocurría pensar que algo así, sea cual sea la discusión de por medio, puede justificarse.
Pero esta semana, ha sido impresionante escuchar numerosas entrevistas realizadas tanto con figuras palestinas como con diputados árabes israelíes, y ver cómo lo máximo que logran sacar de sus bocas es un apretado «estamos contra todo tipo de violencia, venga de donde venga».
¿Tan difícil decir «condenamos ese vil asesinato de inocentes, nada lo justifica, eso ni aporta a los palestinos ni los dignifica»?
¿Tan difícil es?
Parece que sí…
Pobre Israel, sí, que tiene que lidiar con esta situación.
Pero ante todo, pobres ellos…los asesinos y los que los apoyan, justifican y elogian.
Tienen el veneno adentro. Y eso termina matando.
Es correcto. Hay que repetirlo hasta el cansancio