Actualmente, las condiciones en la Franja de Gaza se parecen a las que prevalecían antes de las rondas de hostilidades anteriores, sobre todo la Operación Margen Protector, y parece que el camino hacia una nueva ronda de enfrentamientos en Gaza – después de más de tres años de relativa calma – se va acortando. Durante más de un mes, ha habido continuos disparos de cohetes y fuego de mortero desde la Franja de Gaza hacia Israel. La estrategia de respuesta de Israel actualmente parece ineficaz, y Hamás también encuentra difícil detener dicho tiroteo. Si Israel desea evitar la escalada, debe encontrar la manera de tomar medidas inmediatas y enérgicas para reducir las presiones humanitarias y económicas en la Franja de Gaza, sin que se perciba que relaja su actitud hacia el terror, mientras fortalece su poder disuasorio hacia Hamás. También es recomendable que Israel aliste a Egipto y le dé una caja de herramientas que incluya importantes recompensas económicas relacionadas con la infraestructura, diseñadas para tentar a Hamás a realizar un esfuerzo genuino por mantener la calma en el área.
Durante más de un mes, y por primera vez desde el final de la Operación Margen Protector en 2014, ha habido constantes disparos de cohetes y morteros desde la Franja de Gaza hacia Israel. El tiroteo comenzó a fines de octubre de 2017 como una reacción de la Yihad Islámica a la exposición y destrucción de un túnel, causando la muerte de 14 activistas, aumentando luego del reconocimiento por parte de los Estados Unidos de Jerusalén como la capital de Israel. La Jihad Islámica se ha unido a las facciones “recalcitrantes” de la corriente jihadista salafista. Principalmente por consideraciones internas, y contrariamente a su conducta en los últimos años, Hamás inicialmente no mostró determinación para detener el fuego y, de hecho, permitió ese desahogo, aunque no abdicó por completo, para evitar una mayor escalada. Hasta la semana pasada, Israel tuvo una respuesta estándar, guiada por el principio que dice que Hamás es el poder soberano responsable yy por lo tanto debe pagar el precio de sus agresiones. Los puestos de mando, la infraestructura de túneles y las posiciones de la organización fueron atacados para disuadir a los elementos yihadistas salafistas y de la Yihad Islámica de seguir disparando.
La conocida estrategia israelí se basa en una serie de suposiciones de trabajo. La primera es la aceptación de la autoridad de Hamás en la Franja y su designación como la dirección responsable de lo que ocurre allí, sin reconocimiento oficial de ella como un actor legítimo. El segundo es la necesidad de mantener la presión militar, política y económica sobre Hamás, para disuadirla y debilitarla, y para obstaculizar su crecimiento militar. Tercero es la evaluación que la disuasión israelí básica de Hamás desde el verano de 2014 todavía está en vigor y que Hamás teme una nueva escalada. La cuarta suposición es que Hamás se centra actualmente en implementar la reconciliación interna palestina y en promover su legitimidad interna y regional, y por lo tanto, la escalada a una campaña militar con Israel no sirve a sus propósitos. Finalmente, Israel no tiene interés en traducir la tensión existente en un conflicto amplio, ya que no busca un cambio sustancial en la situación en Gaza. En la actualidad, sus objetivos con respecto a Hamás y la Franja son detener el fuego y lograr la calma y la estabilidad.Además, Israel no desea ser percibido como el lado que obstaculiza los esfuerzos internos de reconciliación palestina, que cuentan con el apoyo de Egipto y, al parecer, de la administración Trump.
Sin embargo, la estrategia de respuesta de Israel actualmente parece ineficaz, y a Hamás le resulta difícil detener el tiroteo de cohetes. La tendencia hacia la escalada se intensifica en vista de la decisión de Hamás de cambiar las reglas del juego en la arena palestina, incluso hacia Israel. En los últimos meses, ha habido signos de un cambio en los supuestos subyacentes a la conducta de Hamás. Desde su creación, la organización se ha identificado con el estándar de resistencia, pero en la actualidad se dedica principalmente a promover la reconciliación con Fatah como una oportunidad para librarse de la responsabilidad cívica de lo que sucede en la Franja de Gaza (aunque sin renunciar a ella). Su fuerza militar), y sobre todo la responsabilidad de prevenir acciones de “resistencia” por parte de otros elementos contra Israel. Pero el proceso de reconciliación ha encontrado dificultades porque el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ha retenido la transferencia de los pagos prometidos a Hamás en Gaza, y también es reacio a asumir la responsabilidad cívica de la Franja. La motivación de Hamás para detener los disparos se vio debilitada por las protestas populares que estallaron en la Franja en respuesta al anuncio del presidente Trump sobre Jerusalén. Los líderes de la organización participaron en las manifestaciones a lo largo de la frontera de Gaza y los incidentes provocaron muertes y heridos.
Hasta el momento, el daño al Hamás por los disparos controlados hacia los asentamientos fronterizos no ha aumentado, particularmente mientras el liderazgo estime que Israel probablemente mantendrá el modo de respuesta familiar antes detallado. Además, los líderes de Hamás entienden que están perdiendo gradualmente el arma de sus túneles de ataque, lo que fue una ventaja estratégica para ellos, gracias a los esfuerzos de las FDI para detectar y destruir los túneles, mientras construían una enorme barrera subterránea. Al mismo tiempo, Hamás encuentra difícil lanzar un ataque de alta calidad contra Israel desde Judea y Samaria, debido al éxito de los esfuerzos del Shabak y las Fuerzas de Defensa de Israel para frustrar tales ataques, y también debido a la dificultad de reclutar activistas para un ataque así cuando la organización está tratando e imponiendo calma en la Franja de Gaza, que es el área bajo su control.
Otra expresión del cambio en el enfoque del Hamás es la participación en los disparos de la Yihad Islámica, que está bajo la influencia de Teherán y que está equipada con armas iraníes, y es la segunda fuerza más grande en la Franja después de Hamás. Una razón decisiva para la falta de disposición de Hamás a frenar el fuego de la Yihad Islámica es aparentemente su deseo de garantizar el apoyo iraní continuo, con dinero y armas. El año pasado, Yahya Sinwar, líder de Hamás en Gaza, pudo detener el lanzamiento de cohetes de la Yihad Islámica. Por lo tanto, parece que las consideraciones de hoy son diferentes. Sinwar incluso anunció que las armas militares Hamás y Yihad Islámica habían recibido una llamada de Qassem Sulimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, diciéndoles que “Irán enviará toda la asistencia necesaria para defender Jerusalén”.
De hecho, las condiciones en la Franja de Gaza hoy se parecen a las que prevalecían antes de las rondas de hostilidades anteriores, sobre todo la Operación Margen Protector. El empeoramiento de la crisis de infraestructura (la electricidad se suministra por unas pocas horas cada día – a pesar de la eliminación de las sanciones por parte de Mahmoud Abbas sobre el pago a Israel por electricidad, la escasez de agua potable, el tratamiento defectuoso de las aguas residuales) se une a una ola de despidos en el sector privado, un aumento significativo en el número de pequeños y medianos comerciantes que quiebran, y graves daños a la liquidez de los bancos y las instituciones comerciales. Las dificultades económicas de Hamás también son evidentes: el último pago salarial a sus empleados, equivalente al 40 por ciento del salario normal, se transfirió en octubre pasado.
En este contexto, la frecuencia y el alcance de los incidentes y advertencias está aumentando, en el patrón de acción-reacción entre Israel y Hamás, y los riesgos de escalada son cada vez más graves. La escalada tiene su propia dinámica, incluso cuando los intereses de ambas partes son evitar un conflicto. El problema estratégico de Israel es que, por un lado, no está preparada para permitir que los disparos formen parte de la rutina normal de las comunidades lindantes a la Franja, y por otro lado, quiere evitar una confrontación amplia en Gaza, suponiendo que probablemente tendría que conquistar toda la Franja, impulsado por el deseo de corregir las fallas de la confrontación anterior. Además, el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, ha declarado que la próxima ronda de enfrentamientos en Gaza debe ser la última para Hamás: “Entrar con toda su fuerza y no detenerse hasta que el otro lado agite una bandera blanca y llore lo suficiente”. Además del costo de los enfrentamientos, tomar el control de Gaza impondrá altos costos para Israel: Un gobierno directo de unos dos millones de palestinos; exacerbación del problema demográfico de Israel; la carga económica y humanitaria; la necesidad de desplegar las fuerzas de Tzáhal en el área por un largo período; y costos políticos pesados.
A la par, la escalada tiene el potencial de causar un gran daño para el Hamás, particularmente el fin de su control sobre Gaza. Incluso Egipto podría sufrir, y por lo tanto, El Cairo está tratando de contener tanto a Hamás como a Israel, reviviendo el proceso de reconciliación entre Hamás y Fatah. Sin embargo, el entusiasmo egipcio ha disminuido en vista de la creciente dificultad de regular las relaciones entre los campos rivales palestinos, y en vista de la opción cada vez menor de una iniciativa política entre Israel y la Autoridad Palestina mediada por la administración Trump. Por lo tanto, parece que el camino hacia una nueva ronda de combates en Gaza – después de más de tres años de relativa tranquilidad – se está acortando. La evidencia de esto fue el cambio en el formato de la respuesta israelí luego del tiroteo de la Yihad Islámica. En la noche del 4 de enero de 2018, Israel atacó un túnel de la Yihad Islámica. Atacar las infraestructuras y los túneles de la Yihad Islámica significa eliminar la responsabilidad de Hamás e implica el reconocimiento de su incapacidad para controlar la situación como el poder soberano en la región.
Si Israel desea evitar una nueva escalada, debe encontrar la manera de tomar medidas inmediatas y enérgicas para reducir las presiones humanitarias y económicas en la Franja de Gaza, sin que se perciba que relaja su actitud hacia el terror, y mientras fortalece su poder disuasorio hacia Hamás. Tiene una serie de opciones:
1) Israel puede transmitir un mensaje a Hamás que está preparada para retrasar su respuesta por un tiempo definido, para permitir que Hamás refrene a los elementos responsables del tiroteo y para cortar la cadena de acción-reacción, mientras aclara que si Hamás no muestra determinación de detener el disparo, la respuesta será grave.
2) Puede intensificar la respuesta militar para causar daños graves a Hamás, como un ataque diurno en una instalación de Hamás poblada u otros activos valiosos, con el fin de impulsarlo a cambiar sus patrones de acción. Existe una posibilidad razonable que una respuesta de este tipo, a diferencia de los asesinatos selectivos contra altos miembros de la organización, no conduzca aún a una confrontación militar más amplia.
3) Israel puede desafiar a Hamás en una dimensión política, reconociéndola públicamente como la principal fuente de poder y el domicilio de responsabilidad en la Franja. A cambio de tranquilidad y estabilidad, a Hamás se le ofrecerá ayuda esencial que la Autoridad Palestina niega, en particular la electricidad y el agua. Se puede establecer una ruta de suministro desde el puerto de Ashdod hasta la Franja, y se permitirá a los trabajadores ingresar a Israel para trabajar en áreas cercanas a Gaza. La importancia de tal movimiento, que reflejaría un cambio sustancial en la política israelí hacia Hamás y Gaza, es la aceptación de una entidad semi-política hostil, armada y no desmilitarizada en la Franja, y el fin de la opción de iniciar una proceso político en el futuro cercano, debido a la tensión que causaría un cambio de dirección entre Israel y la Autoridad Palestina.
4) Otra opción, que es preferida y recomendada, es reclutar a Egipto para mediar. Israel debe darle a Cairo una caja de herramientas que incluirá importantes recompensas económicas relacionadas con la infraestructura, diseñadas para tentar a Hamás a hacer un esfuerzo genuino por mantener la calma del área. Si Hamás se niega a cooperar con la oferta egipcia, un ataque severo será más legítimo. Para hacer esta oferta más atractiva, Israel debe demostrar que está preparada para la posibilidad de una confrontación militar que podría conducir a la conquista de la Franja de Gaza. Se estima que una demostración de tal disposición ayudaría a calmar la situación, al menos a corto plazo, e incluso alentaría la continuación de los procesos internos de reconciliación palestina. Incluso si este proceso no tiene éxito, Israel no será percibida como responsable del fracaso. Involucrar a Egipto en los esfuerzos por restablecer la calma servirá al interés egipcio de seguir siendo un elemento importante en los asuntos palestinos y ser un activo para la administración estadounidense en la promoción del proceso de paz, y así ayudará a bloquear la influencia de Irán, Turquía y Qatar.
Traducido por Hatzad Hasheni
Israel no tiene porque mejorar la situación en Gaza y en Egipto. reciben muchísimo dinero ya. Israel debería notificar 3 veces x día al mundo. y a la onu y a todos los países
x Facebook x diarios etc. de lo que ocurre. Israel no informa bien al mundo y debería hacerlo. no entiendo xq falla en relaciones Exteriores cuando en lo demás está super