Mark Halawa se convirtió al judaísmo en un tribunal ultraortodoxo independiente en 2013 y ahora vive como un judío observante en Jerusalén. (Amanda Borschel-Dan / El tiempo de Israel)
Hace unos días escribía sobre Valentin Mazlevski, de 40 años, judío convertido al Islam, que fue condenado el lunes 26 de febrero 2018 a 38 meses de prisión por intentar unirse a Estado Islámico en Siria. [1] Mazlevski fue arrestado en febrero del 2017, unas semanas después de un fallido intento suyo de volar hacia Turquía, desde donde planeaba cruzar a Siria para unirse a las filas del Estado Islámico. En 2000, mientras realizaba el servicio militar obligatorio en las Fuerzas de Defensa de Israel, Mazlevski se convirtió al Islam, después de conocer a una chica musulmana árabe-israelí que se convertiría en su esposa y madre de sus cinco hijos.
Y preguntaba ¿Qué tipo de religión es esa que sus nuevos adeptos y conversos, procedentes de otras religiones o credos, se sienten legitimados a asesinar y perpetrar crímenes en nombre de su nueva religión?
¿Acaso se sienten legitimados a asesinar en nombre de su nueva religión los (anteriormente) musulmanes que se convierten al cristianismo o los (anteriormente) cristianos que se convierten al judaísmo, o cualquier otra combinación o los que se convierten al budismo, u otras religiones?
The Times of Israel [2] explicaba el caso contrario, cómo un musulmán kuwaití hizo un hogar judío en Jerusalem. Mark Halawa nació en el seno de una familia de refugiados palestinos en la ciudad de Kuwait, pero a lo largo de su vida ha emprendido un viaje que lo ha llevado por continentes y culturas diversas. Cuando era niño en Kuwait, la normalidad de Mark Halawa incluía llevar orgullosamente su uniforme de niño explorador de la OLP para marchar en los desfiles regularmente programados y virulentamente antisemitas de la tropa. Al asaltar las calles de la ciudad de Kuwait, se alentó a los niños a quemar banderas israelíes y cantar contra los demonios judíos y los infieles que «violan» la santa mezquita de Al-Aqsa. Su padre refugiado palestino, un musulmán secular, era un nacionalista dedicado que había trabajado como ingeniero de agua del gobierno junto con Yasser Arafat en la década de 1960. Él, al igual que gran parte de la diáspora palestina, diezmó de su sueldo importantes contribuciones regulares a la Organización de Liberación de Palestina de Arafat. Su historia familiar comienza dos generaciones antes de su nacimiento, cuando su abuela Rowaida, nacida judía en Jerusalem en 1930 en el Mandato Británico de Palestina, conoció y se enamoró de su abuelo, un soldado del ejército jordano llamado Muhammad al-Masri de Nablus. La familia Halawa huyó de Kuwait después de la invasión del ejército iraquí en el verano de 1990, junto con otros doscientos mil palestinos allí. Como ciudadanos jordanos, hicieron una nueva vida allí y el padre de Halawa estableció un negocio lucrativo al intentar obtener reparaciones del programa Petróleo por Alimentos de la ONU de 1995. Se inscribió en la Universidad de Western Notario. La vida de Mark Halawa cambió para siempre después de un encuentro casual en el que le dijeron: “Por la ley judía, eres judío, igual que por la ley musulmana, eres musulmán.” [3
“De alguna manera, pensé –dice Halawa- : ‘Genial, tengo algo que contarles a mis amigos’. Ahora puedo decir que tengo algo de judío en mí: ¡Mucha profundidad! Pero te vas a la cama, eres un judío; te despiertas y todavía eres un judío. No es fácil decirle a alguien del mundo árabe que es algo que se usó como una maldición”. Pertenecía a un grupo de personas que deseaba la muerte a los judíos para toda la vida’, agrega Halawa
Halawa dice que “creció cuando se le dijo que los israelíes y los judíos eran el tipo de criatura más bajo que existía, que se pusieron en la Tierra solo para matarnos a los árabes. En la clase de matemática, el maestro decía: “Si un cohete mató a X cantidad de judíos, ¿Cuántos matarían seis cohetes?”
Halawa reclamó su identidad judía.
Él explica que la piedad no era originalmente una parte de su vida, de su educación musulmana, por mucho que se sintiera atraído por la condición de pueblo judío y por muy “curioso” que fuera. Inicialmente aprensivo, convencido que los judíos israelíes lo dañarían por ser kuwaití, dice que rápidamente se enamoró del país mientras caminaba por sus calles y veía una gran diversidad y libertad a diferencia de cualquier otro país de Oriente Medio que él conoce. Y así, rápidamente encontró una manera de regresar, y entró a una yeshiva Aish HaTorá en la Ciudad Vieja de Jerusalem a tiempo completo.
Hoy Mark Hawala es un judío ortodoxo, casado con la judía finlandesa Linda Brunnel.
Su padre una vez nacionalista, dice, ahora está completamente desencantado con el legado de Yasser Arafat, de quien dice que usó la OLP como su cortijo personal, y la corrupción posterior de la Autoridad Palestina, citando lo que dijo eran mansiones que Mahmoud Abbas tenía en Jordania y Ontario.
- “Mi padre recibió un pasaporte jordano y plenos derechos de ciudadanía. Pero los burócratas de la ONU y la UNRWA y la llamada OLP engañaron al mundo, convirtiéndonos en refugiados perpetuos. En lugar de reasentarnos, UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) creó hoy seis millones de nosotros, pagando a la OLP varios cientos de dólares al mes en nombre mío y de esos seis millones de personas, mientras que ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) lucha para encontrar fondos y refugio para alimentar refugiados. Tenemos que terminar esta farsa ya”.
Para Halawa, los levantamientos palestinos son todas funciones de la codicia y la degeneración de su liderazgo, citando unos 53 mil millones de dólares USA que la Autoridad Palestina recibió en la ayuda a los refugiados y la falta de instalaciones humanitarias adecuadas.
“¿A donde fue el dinero? Debería ser el lugar más rico de la tierra”, dice. Pero la AP no tiene nada que exportar excepto el terror, dice Halawa.
“Eso es mucho dinero”, dice Halawa. “Por ese dinero, sacrifican a jóvenes y niños”.
Pero, Halawa dice que la subyugación del pueblo palestino va mucho más allá de la Autoridad Palestina. Como prueba, señala la existencia misma de los campos de refugiados desbordados en los países árabes vecinos de Israel. El mundo está tan enfocado en el trato que Israel le da a los palestinos que pasa por alto las atrocidades – pobreza extrema, subyugación, abuso sexual – cometidas contra ellos por los países árab es vecinos de Israel, dice Halawa. En estos campos, e incluso en las grandes ciudades, tienen pocos derechos. Muchos carecen de documentos de viaje, o cualquier esperanza de mejorar su futuro. “No puedes cambiar tu vida. No se te permite vivir fuera del ghetto en el que te metieron”, dice Halawa. Él espera concienciar sobre estas injusticias. Él dice que el único país en el Medio Oriente donde los ciudadanos árabes pueden expresarse libremente y tener un impacto en sus propias vidas es Israel. Y el liderazgo árabe está amenazado por esto, y demoniza al país para manipular a su ciudadanía. “Quiero mostrar la hermosa creatividad de Israel, el pueblo de Israel, cómo viven, cómo se ayudan unos a otros”, dice. En resumen, quiere mostrarle al mundo árabe “su Israel”. “Al ponerme de pie, alentará a otros a pararse y hablar. Ya hay muchos comentarios. Algunos me maldicen, y algunos señalan que lo que él explica es correcto”, dice Halawa.
Mark Halawa no desea en absoluto el mal contra sus antiguos correligionarios musulmanes. El judaísmo no lo permite, y su retorno al judaísmo le ha transformado el odio hacia los judíos en amor a Israel y ha fortalecido su amor y solidaridad con los palestinos a los que quiere liberar de la subyugación a que están sometidos por la Autoridad Palestina y por los países árabes vecinos.
NOTAS
[1] https://www.timesofisrael.com/jewish-convert-to-islam-jailed-over-plan-to-join-is/
[2] https://www.timesofisrael.com/how-a-kuwaiti-muslim-made-a-jewish-home-in-jerusalem/
[3] Se es judío por ser hijo/a de madre judía, y se es musulmán por ser hijo de padre musulmán. La judeidad siempre viene por línea materna –no paterna-, en el Islam, domina el padre.
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