Sanaa Mahameed en el lugar de un accidente automovilístico en el norte de Israel. Cortesía de United Hatzalah.
Sanaa Mahameed es parte de los 300 voluntarios musulmanes de United Hatzalah y una de las 320 mujeres en la organización
Sanaa Mahameed, técnica de emergencias médicas, fue la primera que ofreció primeros auxilios a las víctimas de un accidente automovilístico después de que los bomberos las sacaran de los vehículos.
Desafortunadamente, esos accidentes no son raros. Lo que no es común en una situación como la descrita es que la persona que atendió a los heridos sea musulmana. Como religiosa que es, se cubre la cabeza y el cuello con un hijab.
Mahameed, de 30 años, tiene la distinción de ser la primera paramédica voluntaria y musulmana de United Hatzalah, que cuenta con 4.000 voluntarios, de los cuales 300 son musulmanes y 320 mujeres. La organización, con sede en Jerusalén, ofrece asistencia gratis en emergencias en todo Israel.
El portavoz internacional de United Hatzalah, Raphael Poch, dijo que Mahameed es una de las voluntarias más activas en Umm al-Fahm, una ciudad árabe en el distrito de Haifa.
“Sanaa Mahameed es un portento en salvar vidas. Ha pasado la mayor parte de su vida adulta dedicada a otros”, dijo Poch.
Además de su trabajo con United Hatzalah, conduce la ambulancia de otra organización de emergencias médicas, Kahol-Lavan (Azul-Blanco), y trabaja en un centro de salud público en la ciudad donde vive. Con frecuencia presta servicios como paramédica en eventos deportivos estudiantiles y excursiones escolares.
Según cuenta, decidió dedicarse a este tipo de trabajo después de un trágico incidente en su propia familia cuando tenía 16 años.
“Me llamó mi tía una noche y me preguntó si había algún adulto en casa. Le dije que estaba sola. Me di cuenta, por su voz, que parecía asustada y de que había algo de urgencia. Le pedí que me dijera qué pasaba. Me dijo con voz quebrada que su esposo se había sentado en el sofá y que ahora no podía moverse. Tiré el teléfono y corrí a su casa lo más rápido que pude”.
La alarmada adolescente entró a la casa y vio lo que su tía había descrito. “La hija de mi tío estaba de pie junto a él gritándole: ‘¡Papá! ¡Papá! ¡Por favor, despierta!’, así que llamé a una ambulancia que, aunque llegó rápido, ya era demasiado tarde”, dijo.
“Desde ese momento supe que dedicaría mi vida a salvar a otros como técnica de emergencias médicas y a saber cómo ayudarlos sin importar lo que pasara. Y eso es precisamente lo que hice”, agregó. “Empecé a estudiar para ser conductora de ambulancias y tomé cursos sobre cómo responder a desastres a gran escala, como terremotos”.
Algún día le gustaría completar su formación paramédica y pilotear un helicóptero de emergencias médicas.
Mahameed dijo que su religión, el islam, nunca ha sido un problema en su trabajo y que otros voluntarios la respetan, incluidos los que trabajan con ella en Shibli, una de las tres divisiones musulmanas de United Hatzalah.
Y no es la única. La entidad y la Oficina para el Desarrollo de la Periferia, el Negev y Galilea, entrenaron hace poco a 13 beduinas, todas de Shibli y Umm al-Ghanam, para ser paramédicas.
“Una de las razones por las que creemos que este proyecto es importante es porque las nuevas voluntarias pasan tiempo en casa o trabajan durante el día en las ciudades donde viven, mucho más que los hombres”, explicó el fundador y presidente de United Hatzalah, Eli Beer. “Así pues, podrán responder a emergencias mucho más que los hombres. Prestarán servicios en sus propias ciudades y en las ciudades árabes y judías vecinas”.
La organización puso en marcha recientemente una unidad de 19 voluntarios en la región del Monte Hebrón, 14 de los cuales son judías.
sólo en Israel?