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| lunes diciembre 23, 2024

La salsa secreta de Israel


Días pasados tuve la oportunidad de viajar a Israel con la delegación de Endeavor Argentina e IDB Group. A través de los años, este país se ha convertido en referente a nivel mundial en materia de innovación.

Por cierto, este logro no surge de la casualidad, sino que es consecuencia de un trabajo consistente de largo plazo sobre diferentes aspectos que combinados dan como resultado la situación actual.

Servicio militar. Todos los jóvenes (hombres y mujeres), luego de terminar el secundario, pasan por el ejército entre dos y tres años. Ello permite desarrollar capacidades fundamentales para el resto de su vida adulta, tanto en aspectos técnicos como en blandos, como liderazgo, toma de decisiones, resolución de problemas. En definitiva, antes de ingresar a la universidad, los jóvenes logran un alto nivel de madurez.

Universidades. La integración con el sector empresario y la innovación aplicada es una realidad constante.

Tolerancia al fracaso. La cultura de tolerancia al fracaso es totalmente natural en la sociedad.

Inversores. Concentra la mayor cantidad de inversión en capital de riesgo per capita del mundo.

Centros de investigación de corporaciones globales. Hay mas de 300 centros de investigación e innovación de empresas globales que se instalan en Israel para captar los mejores avances.

Desarrollo económico. La existencia de un entorno macroeconómico y jurídico adecuado. El producto interno bruto (PIB) per capita es tres veces más alto que el de Argentina. Hay pleno empleo, cero inflación, seguridad jurídica y justicia independiente, eficiente y rápida.

Todo estos son los principales factores que, combinados, hacen que Israel sea el país con más startups per capita del mundo y con más inversión venture capital, y el segundo (luego de Estados Unidos) con empresas listadas en el Nasdaq.

Pero todos estos elementos se combinan sobre una base que, para mí, es la secret sauce, de acuerdo con lo que pude observar in situ: la cultura israelí.

El pueblo judío presenta una identidad muy fuerte, en la que uno de los principales valores está basado en la existencia de un propósito colectivo que va más a allá de los intereses personales de cada uno. Tienen un sentido de la responsabilidad colectiva como pueblo que me sorprendió de sobremanera.

Defienden, ante todo, su identidad, religión y bases espirituales, y creo que ello es la base de una cultura de trabajo caracterizada por la superación constante, el interés por cambiar el mundo, la perseverancia y la no resignación ante las dificultades.

Hay que tener en cuenta que en sus 70 años de historia como Estado han tenido casi una guerra por década y eso los ha llevado a tener que unirse indefectiblemente contra la adversidad.

¿Cuán replicable es esta situación a la nuestra? Creo que lo más difícil de alcanzar es el aspecto cultural de base más fundamental, el valor del colectivo antes que el valor individual. Para cambiar este último aspecto no hay otra alterativa que invertir en educación y, aún así, nos llevará varios años ver algún impacto.

Tenemos que desarrollar una identidad como país que esté más cerca de los valores fundamentales para que podamos crecer como sociedad, convencidos de que, si todos aportamos nuestro pequeño esfuerzo y trabajo, nos beneficiaremos de un ecosistema mejor.

Es fundamental comenzar ya mismo con las bases necesarias para ese cambio. Eso sí, es probable que nadie que trabaje hoy en pos de ese cambio vea los efectos inmediatos ni podrá adjudicarse el logro.

¿Tendremos entonces, como sociedad, el valor, la inteligencia y la generosidad para realizar este cambio?

*Luis Bermejo. CEO de Alaya Capital Partners

 
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