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| martes abril 16, 2024

REE-ROSH JODESH ELUL 5778


B’H

«Ve» dice Moshé al pueblo de Israel, «pongo frente a ti, hoy, bendición y maldición», la bendición que vendrá cuando observen los mandamientos Divinos y la maldición si los abandonan. Estas serán proclamadas en los montes Grizim y Eibal, cuando el pueblo cruce hacia la Tierra Santa.

Un Templo deberá ser establecido en «el lugar que Di-s elegirá para hacer morar Su nombre allí», donde la gente traerá sus sacrificios; está prohibido traer ofrendas a Di-s en cualquier otro lugar. Está permitido degollar animales en otros lugares, no como sacrificios, sino para comer su carne. Sin embargo la sangre, que en el Templo es vertida en el Altar, está prohibida.

Un falso profeta, o una persona que seduce a otros a adorar ídolos, debe ser castigado con la pena de muerte; una ciudad idólatra debe ser destruida. Los signos identificadores de animales y peces casher, así como la lista de aves no casher es repetida.

Un diezmo de todo el producto debe ser comido en Jerusalén, o intercambiado por dinero, con el cual se comprará comida allí. En ciertos años, este diezmo es dado a los pobres. Los primogénitos del ganado bovino y ovino deben ser ofrendados en el Templo, y su carne comida por un cohen (sacerdote).

La mitzvá de caridad obliga al judío a ayudar a un prójimo en necesidad con un regalo o un préstamo. En el año Sabático (que ocurre cada siete años), todos los préstamos deben ser perdonados y todos los sirvientes liberados.

La parashá concluye con las leyes de los tres festivales de peregrinaje, Pesaj, Shavuot y Sucot, cuando todos deben ir a «ver y ser vistos» ante Di-s, en el Santo Templo.

 

LA TZEDAKÁ NO SÓLO ES DAR DINERO

Cuando oímos la palabra tzedaká, inmediatamente pensamos en donativos monetarios para los pobres. Pero tzedaká no es sólo eso. La base de esta mitzvá es “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Es tzedaká cuando vemos a alguien desanimado y nos acercamos para apoyarlo.

Es tezedaká cuando alguien necesita ayuda para algún trámite complicado y lo ayudamos.

Es tzedaká acompañar a los novios en la alegría de su casamiento.

Es tzedaká consolar a los que están de duelo.

Es tzedaká la mano extendida a nuestro prójimo en forma desinteresada, simplemente porque es nuestro prójimo, sin que importe cuales son sus ideas, sin que importe si cumple con la Torá o, por ahora, no lo haga. Parece fácil, pero pueden estar seguros que no lo es. Fácil es tomar una moneda y darla, lo difícil es dejar de lado las diferencias con nuestro prójimo, lo difícil es dejar de lado nuestras ocupaciones y emplear lo más valioso e irrecuperable que tenemos, nuestro tiempo, para ayudar a nuestro prójimo. ¡¡¡Y JUSTAMENTE ESA ES LA VERDADERA TZEDAKÁ!!!

 

EL REY ESTA EN EL CAMPO

Este Shabat comienza el mes de Elul, el último antes de Rosh HaShaná.

Durante 11 meses debemos pedir audiencia para presentarnos ante el Rey, presentar nuestros petitorios firmados, sellados por chambelanes y secretarios.

Pero, de pronto, hay un mes en que el Rey abandona su palacio y se pasea por el campo. Todo el que quiera acercarse con sus pedidos puede hacerlo sin protocolo, sin pasar por mil trámites burocráticos.

El Rey está ahí, esperándonos, llamándonos: “Vengan hijos Míos, vengan, acá estoy, los espero, los busco. No me vean como a un Rey en un palacio lejano, sino como a un Padre que quiere acercarse a Sus hijos”

Si, el Rey está en el campo. Todo el año Lo buscamos, lo esperamos. Pero en Elul es Él Quien nos busca, nos espera. ¡¿QUE ESPERAMOS PARA IR A SU ENCUENTRO?!

 

«Cerrado por inventario», se lee en el cartel. Todos sabemos lo que eso significa. La compañía está observando las existencias, contando cuánta mercadería se vendió y cuánta quedó; qué se perdió y qué se arruinó.

Y, dependiendo de cuándo comienza y termina el año fiscal de la compañía, se efectúa el inventario. Una vez que se ha realizado esto, la información correcta se encontrará disponible al llenar los reportes del banco, la compañía de seguros y el gobierno.

Con el comienzo del mes de Elul, el mes que precede a las Altas Festividades, se inicia la época del inventario de la vida Judía. Y típicamente, el mes contiene varias costumbres que nos infunden un ánimo de introspección y nos sacude de nuestro letargo y complacencia.

El reloj despertador de Elul es el Shofar, que se hace sonar cada mañana con excepción a Erev (el día previo) Rosh-HaShaná. El Profeta Amos dice, «¿Es posible que el Shofar suene en la ciudad y el Pueblo no se estremezca?».

En tiempos remotos, el Shofar llamaba para la guerra. Aparte de su utilización para Rosh HaShaná y al cierre de Iom Kipur, es el sonido que los Judíos han largamente esperado, que anunciará la llegada del Mashíaj. El hecho de que muchos de nosotros no nos estremezcamos al escuchar al Shofar, no denota una falta de fuerza en la influencia del Shofar sobre nosotros, sino, desafortunadamente, nuestra insensibilidad hacia su mensaje: «Despierten, Uds. dormidos de vuestro sueño y de vuestra modorra. Examinen vuestras acciones y retornen».

El Shofar es la «Sirena» del alma, a la que debemos prestar nuestra atención. Las empresas que imprimen los «Shaná Tová» hacen un gran negocio en Elul, sin embargo, la idea de enviar tarjetas por el Año Nuevo Judío, tiene su base en una costumbre y no en lo comercial.

La costumbre Judía es que cuando les escribimos a nuestros amigos o conocidos, les deseamos un «Buen Año», o «que sean inscriptos y, sellados para bien». Estos saludos son para recordarnos, que estos son días de juicio, cuando el cálculo de nuestra Cuenta Celestial se está realizando. Y así como pedimos misericordia por nosotros, debemos también pedir a Di-s que sea generoso y compasivo con nuestros amigos y parientes.

Por último, Elul es la época en que debemos intentar especialmente incrementar e intensificar nuestra observancia de las Mitzvot. Así como cuando hacemos el inventario, examinamos el depósito y miramos cada estante minuciosa y escrupulosamente, exactamente igual debemos hacer con nuestro inventario Judío. Debemos considerar que se ha perdido o arruinado y colocarlo como gasto, así también anotar todas las buenas acciones que tenemos o suponemos tener y qué Mitzvot debemos almacenar o realmacenar para el año entrante. Dichosos seremos, cuando tomemos nuestro inventario Judío y no debamos cerrar el negocio. (www.es.chabad.org)

 

 

 

 
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