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| jueves noviembre 21, 2024

Líderes palestinos amenazan a habitantes árabes de Jerusalén en vísperas de las elecciones municipales de la ciudad


  • Las tendencias de “israelización” a los árabes no serán suficientes para deshacer el tradicional boicot a las elecciones municipales en Jerusalén. Lo que falta en Jerusalén Oriental es un sentimiento entre los residentes palestinos de la ciudad de que se sentirán protegidos contra las amenazas nacionalistas-islamistas de Hamas y Fatah y que su seguridad física estará asegurada.
  • Muchos palestinos habitantes de Jerusalén Oriental buscan formar parte de la institución municipal para poder ejercer de esta manera influencias y canalizar presupuestos dentro del área de servicios e infraestructuras para los barrios árabes.
  • Cartas públicas han circulado en los barrios árabes de la ciudad advirtiendo: “Cualquiera que participe en las elecciones es un traidor que perjudica todos y cada uno de los valores palestinos”.
  • ¿Podrá Israel crear una sensación de seguridad que le permita a los residentes de Jerusalén Oriental participar en las elecciones?

 

Diez semanas antes de las elecciones locales en Jerusalén el 30 de octubre, 2018 las organizaciones terroristas están aumentando su presión sobre los residentes de Jerusalén Oriental para que se mantengan alejados de los centros de votación y sigan con el boicot a las elecciones municipales de Jerusalén al igual que en el pasado. Mientras la presión crece, esta vez las encuestas y algunas voces nuevas y diferentes reflejan el deseo de muchos ciudadanos árabes de Jerusalén Oriental de participar en las elecciones. Estos buscan formar parte de la institución municipal para que puedan ejercer influencias y canalizar presupuestos en las áreas de servicios e infraestructura a los barrios árabes.

Una carta abierta apareció en varios medios de comunicación árabes en la que se les pedía a los árabes de Jerusalén que boicotearan las elecciones municipales de la ciudad. Esta fue traducida por primera vez en la página Facebook “Visión desde Jerusalén Oriental – 0202” bajo el destacado: “Las fuerzas nacionalistas islámicas en Al-Quds la capital ocupada”.

La carta declara: “Consideramos a cualquiera que participe en las elecciones, las apoye o trate con estas como alguien que ha sido aislado de la nación y será visto como uno de los mecanismos de la ocupación y sus ayudantes”. La carta afirma además: “Quien participe en las elecciones es un traidor que perjudica todos los valores palestinos”.

Esta carta pública fue precedida por una decisión religiosa del Muftí de Jerusalén Jeque Muhammad Hussein, quien también afirma que cualquiera que participe en las elecciones es un traidor y que “quien sea que participe en las elecciones locales entre los residentes de Jerusalén se definirá como alguien que ha dejado de pertenecer a su nacionalidad, a la patria y a la religión”. Hace algunas semanas, el Comité Ejecutivo de la OLP tomó la misma postura, advirtiéndole a la población de Jerusalén Oriental a no participar en las elecciones. El comité, encabezado por Mahmoud Abbas, advirtió que “participar en las elecciones pudiera significar un reconocimiento de facto al gobierno y a la soberanía israelí en Jerusalén”.

Candidato Ramadán Dabash en referencia a las amenazas: “¿Soy un traidor? ¡Ellos son los traidores!”

Sin embargo, a pesar de las crecientes tensiones en la calle de Jerusalén Oriental y los intentos de aterrorizar a la población, “Mukhtar” Ramadan Dabash, presidente de la administración de la comunidad en el barrio de Sur Baher en Jerusalén Oriental, ha anunciado su intención de liderar la facción, “Jerusalén para los habitantes de Jerusalén, “eso se aplicará en las elecciones para el Concejo Municipal de Jerusalén”. Dabash también dijo que tenía la intención de hacerlo en colaboración con el empresario palestino Aziz Abu Sarah y el activista izquierdista judío Gershon Baskin.

La iniciativa para los listados judío-árabe, aparentemente se desinfló y Baskin no será incluido en el partido. Las encuestas indicaron que un listado conjunto de este tipo tal vez agregue unos pocos cientos de votos judíos, pero perdería a miles de votantes árabes que se oponen a colaborar con la izquierda judía dentro del marco electoral. Por lo tanto, la lista de Dabash incluirá solo árabes.

El objetivo principal de esta nueva facción es ejercer influencia a través de la representación municipal en la asignación de recursos y presupuestos municipales en las esferas de infraestructura y de servicios. Dabash, por su parte, no se siente disuadido por las decisiones religiosas del muftí o por las amenazas que se le han dirigido a él. Este dejó claro que se opone a la división de Jerusalén. Dijo que si se realizara un referéndum entre los árabes de Jerusalén Oriental, “estos votarían para seguir viviendo en una ciudad unificada, incluso si implica reconocer tanto a sus partes occidental y oriental como la capital de Israel”.

“¿Soy un traidor? Son ellos traidores”, afirmó recientemente Dabash en una conversación conmigo. “Estas elecciones son un tema municipal. Cincuenta y un años en los que no hemos tenido padre ni madre. Cincuenta y un años en que Hamas y la OLP se sentaron como espectadores y no nos ayudaron, ni en el área de la construcción ni en educación, ni en muchos otros temas municipales”. Este añadió:” El Islam es una religión de vida y no de muerte. El muftí está equivocado cuando dice que somos traidores. Queremos brindarles a los residentes de Jerusalén Oriental la oportunidad de vivir como seres humanos. Quiero tener influencias desde adentro, para obtener más recursos asignados a los residentes árabes”.

Los árabes son el 31% de los votantes

Alrededor de 630.000 habitantes de Jerusalén son elegibles para votar. Unos 200.000 de ellos, el 31% son árabes. (Los árabes constituyen el 41% de todos los residentes de Jerusalén, pero muchos son chicos y adolescentes demasiado jóvenes para votar). En las elecciones municipales del año 2013, votó solo el 1% de los árabes de la ciudad. Dabash estima que al menos el 40% de ellos desea votar, pero no saben qué harán finalmente si dos días antes de las elecciones, como en las campañas electorales anteriores Hamas amenaza con atentados a sus vidas. Según Dabash, “creo que esta vez se entiende mucho mejor que se necesita un cambio. Yo mismo no temo. Uno no puede permanecer en silencio por más tiempo. Uno tiene que ponerse de pie e ir a votar”.

El Dr. David Koren, asesor de asuntos árabes al Alcalde de Jerusalén Nir Barkat, dijo recientemente en una conversación publicada en el diario Israel Hayom que de hecho, “muchos más árabes de Jerusalén Oriental votarán esta vez que en el pasado, pero aún no lo suficiente”. Koren cree que habrá bloques de votantes en lugares tales como Wadi Joz, Beit Safafa y Sur Baher, pero no está convencido de que haya suficiente quórum votante para aprobar la barrera del mínimo de votos.

“Los residentes de Jerusalén Oriental todavía son amenazados e intimidados por el terrorismo y el nacionalismo extremista”, observa Koren. “La capacidad de la Autoridad Palestina de etiquetarlos como ‘agentes y colaboradores sionistas’ aún existe. Y posee un efecto muy disuasivo”.

La impresión de Koren es que “la cantidad de gente valiente que se está liberando de la amenaza va en aumento. Uno también escucha a personas que les dirán, en una conversación a puertas cerradas, que prefieren seguir viviendo en una ciudad bajo soberanía israelí pero con igualdad, algo que nunca dirá afuera. Pero un voto es otro paso hacia adelante y no estoy convencido de que el público en general esté lo suficientemente maduro para ello. Lo que sí es totalmente claro para mí es que, desde el punto de vista de la seguridad, la policía y la institución de seguridad deben darle a la población de Jerusalén Oriental la sensación de que es seguro salir y votar y estoy totalmente convencido, ante las conversaciones que mantuve con los cuerpos policiales, de que están totalmente conscientes del problema”.

“¿Tiene la población judía motivos para temerle a la representación árabe en el Concejo Municipal?”, le fue preguntado a Koren. Este respondió: “Quien quiera ver a Jerusalén dividida en dos municipios diferentes no tiene motivos para apoyarla. Quien realmente comprende lo que implica una ciudad unida debe saber que, como parte de los procesos de “israelización” y el convertirse en ciudadanos que una buena parte de los árabes de Jerusalén Oriental está realizando, en el futuro pasarán a formar parte del juego político y municipal”.

Una desconexión entre la plaza local y nacional

A principios de este año, una amplia encuesta de los árabes de Jerusalén Oriental realizada por el Centro Palestino de Opinión Pública determinó que el 60% piensa que estos deberían participar en las elecciones municipales de Jerusalén a finales de octubre, de que deberían tratar de ejercer influencia desde adentro y que después del prolongado boicot, el momento ha llegado de participar en el “juego municipal”. La encuesta fue encargada por la Universidad Hebrea para evaluar las actitudes árabes luego que el Presidente Trump declarara el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel.

Los resultados de la encuesta no fueron sorpresa. Estos volvieron a demostrar que, junto a las tendencias de islamización y radicalización religiosa en la sociedad de Jerusalén Oriental, la tendencia a la israelización entre muchos árabes de Jerusalén Oriental también continúa y tal vez incluso está ganando fuerza.

Los resultados de la encuesta también indican la fuerza de la realidad para los judíos y árabes tras 50 años juntos en una sola ciudad sin fronteras. Hoy día, muchos en la comunidad árabe buscan la paridad de los servicios e infraestructuras entre las partes oriental y occidental de la ciudad asegurando influencias dentro del Concejo Municipal. Los resultados de la encuesta sugieren que este interés es más fuerte que el interés en la narrativa nacional palestina sobre Jerusalén impulsada por la Autoridad Palestina y Hamas. Esas dos entidades, cada una a su manera, consideran que cualquier cooperación con Israel y muy particularmente en Jerusalén es una “traición” contra el “objetivo supremo” de “establecer Jerusalén como la capital del estado palestino”.

La encuesta muestra aparentemente que una parte considerable de los residentes de Jerusalén Oriental se encuentra preparada para dejar de lado el “objetivo supremo” del liderazgo palestino. En cambio, estos desean distinguir entre la arena local, municipal y los objetivos nacionales palestinos, que por ahora parecen ser inalcanzables. La encuesta también sugiere que muchos más residentes de Jerusalén Oriental entienden ahora que obtener una mayor participación en los presupuestos municipales, que han estado fluyendo principalmente hacia Jerusalén Oriental durante muchos años, requiere de influencias políticas en el Concejo Municipal.

Buscando boletas electorales y no balas

Y sin embargo, solo unos meses antes de las elecciones del 30 de octubre, 2018 la atmósfera en algunas partes de la calle en Jerusalén Oriental es de temer y no está claro si dichas tendencias, que han ido en aumento durante ya varios años, se traducirán el día de las elecciones en donde los árabes de Jerusalén Oriental se dirigirán a los centros de votación. Eso también parece depender de la actividad de las filiales de seguridad israelíes y de si pueden darle a los residentes de Jerusalén Oriental una sensación de seguridad. Parte de la respuesta se encuentra en dispersar suficientemente los centros de votación. En las elecciones anteriores, solo se proveyeron 13 puntos de votación en la parte oriental de la ciudad, haciéndolo mucho más difícil para los pocos residentes que deseaban votar.

En anteriores campañas electorales municipales, las organizaciones terroristas pudieron torpedear cualquier participación significativa de los árabes de Jerusalén Oriental y de los partidos árabes con la excepción de las elecciones de 1969. Solo un pequeño porcentaje de aquellos elegibles para votar pudo llegar a los lugares de votación y el terrorismo triunfó. A lo largo de los años, estas cifras escuetas transmitieron un mensaje nacional palestino de no reconocer formalmente al gobierno israelí ni tampoco la unificación de la ciudad.

Israel, por su parte, no logró crear una sensación de seguridad que hubiese permitido que más residentes de Jerusalén Oriental participaran en las elecciones. La amenaza a su seguridad era demasiado tangible. Todavía se recuerda en Jerusalén Oriental que en el pasado la población árabe deseosa de participar en las elecciones locales y las muy conocidas figuras que deseaban postularse a un cargo en el Concejo Municipal fueron amenazados y en ocasiones incluso sometidos a la violencia y al terrorismo de Hamas y Fatah. Por ejemplo, Hanna Siniora, ex-editora del diario Al-Fajir y queriendo postularse para el Concejo Municipal, 2 de sus automóviles fueron incendiados. Las iniciativas locales en Beit Safafa y en Sur Baher tuvieron un destino similar.

¿Podrá Israel esta vez, crear una atmósfera diferente junto a condiciones diferentes? Por el momento, la imagen aún no se ve muy clara, pero las amenazas terroristas no son buen augurio en lo absoluto. Las tendencias a la israelización por sí mismas no cambiarán el mapa electoral en la zona oriental de la ciudad. Lo que en realidad falta es la sensación entre los residentes de que estos están protegidos contra las amenazas de los grupos terroristas y de que su seguridad física esté asegurada. Sin embargo, los sentimientos de seguridad son mucho más difíciles de impartir.

 

***Nadav Shragai es investigador sénior en el Centro de Jerusalén para Asuntos Públicos. Se desempeñó como periodista y comentarista en el diario Ha’aretz entre 1983 y el 2009, actualmente es periodista y comentarista en el diario Israel Hayom y ha documentado la disputa sobre Jerusalén durante más de 30 años. Sus libros incluyen: Jerusalén: Ilusiones de División (Centro de Jerusalén para Asuntos Públicos, 2015); La Difamación “Al-Aksa se Encuentra en Peligro”: La Historia de una Mentira (Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén, 2012); el libro electrónico sobre Jerusalén: Corrigiendo el Discurso Internacional: Cuan Equivocado está Occidente con el Tema de Jerusalén (Centro Jerusalén para Asuntos Públicos, 2012); En la Encrucijada: La Historia de la Tumba de Raquel (Puertas para los Estudios sobre Jerusalén, 2005); El Conflicto del Monte del Templo (Keter, 1995); y el ensayo: “Jerusalén no es el Problema, es la Solución”, en el Sr. Primer Ministro: Jerusalén, Moshe Amirav, edición (Instituto Carmel y Florsheimer, 2005).

 

 
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