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| jueves marzo 28, 2024

Historia De Dos Fracasos

La Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas fracasaron ambas


El 11 de noviembre de 1918 llegaba a su fin aquella carnicería que se llamó Gran Guerra o la Guerra Para Acabar con Todas las Guerras, pero que posteriormente fue conocida simplemente como Primera Guerra Mundial.

Más de 50 naciones y territorios coloniales enfrentados en Europa, 16 millones de muertos, 20 millones de heridos, un continente arrasado, imperios otrora poderosos desaparecidos de la faz de la tierra, nuevas naciones surgiendo de los despojos de esos imperios.

Las viejas reglas de combate habían quedado atrás ante el surgimiento de nuevos métodos para matar: tanques, aviones, gases venenosos.

El mundo estaba conmocionado ante la magnitud de lo ocurrido, es por eso que, tras la firma del Pacto de Versailles, y a consecuencia de éste, el 28 de junio de 1919 es creada la Sociedad de Naciones. Su objetivo era establecer las bases para una paz y convivencia definitiva de todas las naciones.

Si bien en un comienzo se cosecharon algunos pequeños triunfos resolviendo algunos conflictos limítrofes entre naciones miembros de la organización, pronto se hizo evidente que no estaba capacitada para resolver conflictos mayores, sobre todo después de la crisis financiera de 1929 y el ascenso al poder de regímenes totalitarios en Italia, Alemania y Japón. Es así que cuando Italia invade Abisinia (Etiopia), estado miembro de la Sociedad de Naciones, y el emperador Haile Selassie acude a pedir ayuda, lo único que obtiene son declaraciones sin sentido, mientras la maquinaria de guerra italiana arrasaba a su país. En 1931 Japón (que en 1933 abandona la Sociedad de Naciones) invade Manchuria tras un incidente fabricado.

En 1936 con la Guerra Civil Española la Sociedad de Naciones queda paralizada y este conflicto fue, en realidad, el certificado de defunción para ese gran sueño que sólo fue eso, un sueño al que la realidad superó.

En 1939 Alemania invade Polonia, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial. Fueron seis años de muerte y horrores nunca vistos antes. Asesinatos en masa de civiles, campos de concentración, torturas, bombardeos masivos de ciudades indefensas, etc.

El 5 de mayo de 1945 Alemania se rinde y el 14 de agosto hace lo propio el Imperio Japonés. Más de 50 millones de muertos, millones de personas desplazadas, ciudades en ruinas y un mundo encogido de pánico ante esa nueva arma llamada Bomba Atómica, capaz de destruir en un segundo cientos de miles de vidas.

Entonces, a iniciativa de Eleanor Roosvelt, y basada en los acuerdos de Yalta de febrero de 1945 51 naciones se reúnen en San Francisco y dan origen a la Organización de Naciones Unidas. Sus objetivos eran similares a los de la malhadada Sociedad de Naciones.

Pero como ocurrió con la Sociedad de Naciones, los acontecimientos fueron superando a la ONU. Nuevas naciones nacidas del proceso de descolonización, la Guerra Fría que dividió al mundo en dos bloques, los conflictos regionales que crearon millones de refugiados, hambrunas, guerras civiles y conflictos internacionales, el extremismo islámico que siembra el terror, regimenes dictatoriales en América Latina, el régimen teocrático iraní que desata conflictos como el de Yemen o financia a grupos terroristas como Hamas, Hezbollah, Jihad Islami, hutis y Frente Polisario.

Ahora, a fines de 2018 la ONU se encuentra más paralizada que nunca. La Comisión de Derechos Humanos está integrada por dictaduras que se burlan de esos derechos y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948; el Consejo de Seguridad, integrado por 15 estados, de los cuales 5 son permanentes y con derecho a veto (EEUU, Rusia, Francia, Gran Bretaña y China), por ese mismo derecho a veto, muchas veces no puede actuar; la Asamblea General es usada como tribuna por los gobiernos más nefastos, como la teocracia iraní para vomitar sus diatribas y amenazas contra otros países miembros; la agencia para los refugiados se ve superada por los problemas financieros mientras millones de dólares van hacia una agencia especial, la UNRWA, foco de corrupción que en nombre de refugiados ficticios realiza grandes negociados; las fuerzas de paz, que tendrían que velar por el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad se ven imposibilitadas de hacerlo por carecer de armas; la comisión encargada de la protección de la cultura, la UNESCO desconoce los vínculos del pueblo judío con sus sitios religiosos; se permite que un estado observador, que ni siquiera cumple con los requisitos mínimos para ser estado miembro, el “Estado de Palestina” ingresa a todas las comisiones de la ONU, pasando por alto los reglamentos de la organización; en la Asamblea General se presenta a votación una declaración condenando a la organización terrorista Hamas por bombardear ciudades llenas de civiles y esa declaración es rechazada, pero no es rechazada una declaración contra Israel y ahora el Sr. Guterres propone enviar una fuerza internacional para proteger a… ¡¡¡LOS PALESTINOS!!!

En síntesis, algo que nació como una esperanza de paz y armonía entre las naciones se convirtió en otro fracaso, como dice el refrán “El camino del Infierno está pavimentado de buenas intenciones”, y así como la Sociedad de Naciones no pudo o no supo actuar en su momento, la ONU actualmente está demostrando que es digna heredera de su predecesora.

 
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