Un artículo en el diario del gobierno saudita Al-Watan, escrito por el columnista del diario Muhammad Al-Sa’idi, afirmó que los judíos promueven deliberadamente la publicación y circulación de literatura antisemita en los países árabes que les describe como ser los que secretamente dirigen el mundo. Todo esto con el fin de convencer a los árabes de su poder y por lo tanto, desmoralizarlos y asustarlos. Cuando la misma literatura aparece en Occidente, este agregó, los judíos luchan para mantener su imagen positiva allí y se presentan a sí mismos como víctimas. Al-Sa’idi afirmó además que la verdadera política exterior de Israel es lo opuesto a lo que presentan sus funcionarios: mantienen estrechos vínculos con sus supuestos enemigos, tales como Irán y Qatar, mientras pretenden ser amigos de países que realmente no tienen vínculos con ellos, como por ejemplo Arabia Saudita.
Lo siguiente son extractos del artículo:
“El libro Peones en el Juego, escrito por William Guy Carr,[1] fue publicado en árabe en varias versiones, una de ellas titulada Los Judíos Están Detrás de Todo Delito… [En este libro, Carr] explica que los desastres que ocurrieron en Europa a comienzos de la era moderna y extendida al resto del mundo fue causada por los judíos, e incluso los desarrollos en la historia occidental que muchos consideran como positivos, tales como la Revolución Francesa, fueron [en realidad malos desarrollos] que los medios de comunicación judíos embellecieron y tergiversaron, presentándolos como logros brillantes mientras ocultaban [sus] hechos sórdidos y resultados aún más sórdidos y todo esto solo para servirle a los intereses globales de los judíos.
“El autor logró, con gran inteligencia y habilidad, vincular a los judíos con todos estos eventos y presentarlos al lector como poseedor de un poder tan notable al cual no se le puede resistir. Esto hizo que algunos observaran que el libro era excelente propaganda para el sionismo global en la década de los años 40[2] y 1950 y no descartaron que el autor se propusiera a esto y que se vio obligado a realizar esta tarea [es decir, escribir el libro] en un momento en que los judíos necesitaban a los pueblos y gobiernos, especialmente a los musulmanes, para que les teman. De hecho, la idea que se presenta en el libro tuvo su efecto, de modo que la mayoría de los estudiosos, intelectuales y líderes que conforman las élites en el mundo árabe creen que los judíos dirigen todo en el mundo y que el mundo es un mero juguete para que Israel juegue…
“Esta noción llevó a una desconcertante [tendencia a] rendirse y a la percepción de que la superioridad y victoria de los judíos están aseguradas antes de que en la práctica hayan ganado la batalla. Esta fue la razón principal de los dos acuerdos de armisticio en la guerra de 1948, acuerdos en donde la entidad sionista nunca se hubiese establecido y los ejércitos árabes hubiesen ganado la guerra. Esta percepción continúa ganando terreno en el mundo árabe y musulmán y los libros occidentales que alientan esta perspectiva son traducidos rápidamente [al árabe], especialmente las [élites] religiosas, lo difundieron muy rápidamente, por el deseo de presentar una imagen negativa del sionismo al mundo y exponer la verdad respecto a [los sionistas]: de que son gente cruel y astuta, ingratos, resentidos, racistas y asesinos.
“Esto ha tenido dos consecuencias, una positiva y la otra negativa. El [resultado] positivo fue crear conciencia del peligro que representan los judíos y la conspiración global contra los árabes y musulmanes. El [resultado] negativo… es el sentido de frustración que ha afligido a los pueblos [árabes y musulmanes], así como también a muchos de sus líderes, estadistas, escritores y comentaristas.
“El estatus de la propaganda sionista en Europa y de Estados Unidos fue lo contrario de su estatus en el mundo árabe y musulmán: [Occidente] luchó contra los libros que discutían el control judío del mundo, así como también contra los autores y editores de [estos libros]…”
Al-Sa’idi procede luego a enumerar los libros que fueron prohibidos en Occidente pero que circularon libremente en los países árabes, tales como los escritos de Paul Findley (1921), un ex-congresista estadounidense de Illinois, conocido por su oposición al apoyo estadounidense a Israel y su crítica a la percepción del Islam en Occidente. Un motivo central en los libros de Findley fue que Israel controla las Naciones Unidas; Al-Sa’idi escribe que sus libros y otros como ellos desmoralizaron a los árabes en su lucha contra Israel. Citando otro libro antisemita, este sugiere que tenía como destino hacer que los árabes se desesperen por lograr cualquier logro en la ONU y agrega: “La respuesta de los países árabes al efecto psicológico de este libro fue de hecho profunda. En consecuencia, su capacidad para obtener votos [a favor de sus propuestas] fue menor en los años posteriores a la publicación y circulación de este libro entre los estadistas y diplomáticos árabes…
“Estos libros son obviamente hostiles al sionismo, y los países en los que fueron escritos combatieron contra ellos. A pesar de esto, no puedo descartar que su circulación en los países árabes complaciese a los sionistas y quizás incluso fue planeada por ellos en algunas ocasiones. En Europa, los judíos desean difundir el mensaje de que se les ha ofendido y que son débiles mientras que sus enemigos son fuertes. Por eso luchan contra cada voz, no importa cuán débil, eso actúa para exponer su vergüenza y es por eso que han criminalizado el antisemitismo para que cualquiera que diga una mala palabra sobre los judíos, incluso cuando presenten pruebas geográficas e históricas [por sus afirmaciones], sea castigado por ello, tal como ha sido el destino de decenas de escritores y periodistas…
“El odio de los árabes por los judíos, formado a lo largo de los años y no sin razón alguna – [ya que] sus causas se renuevan por sí mismas constantemente – también ha sido aprovechado por los sionistas para promover sus planes políticos, y han compuesto libros y ensayos y [se han pronunciado discursos y conferencias para convencer al mundo de que son víctimas de injusticias y están terriblemente amenazados por los árabes que los rodean. Estos hicieron grandes esfuerzos para presionar a los gobiernos árabes para que cambien su discurso sobre el tema de los judíos y sus relaciones con ellos. Lamentablemente, este esfuerzo sionista no fue confrontado con una [campaña en contra] por parte de los medios de comunicación árabes y la diplomacia, aunque tenemos una gran cantidad de material sobre el [carácter] agresivo del pensum escolar sionista, especialmente en las escuelas religiosas…”
“Los judíos se aprovechan del odio [árabe] por ellos con el fin de ayudar a sus aliados [en el mundo árabe y musulmán] y lastimar a sus oponentes. Una expresión práctica de esto es que los países musulmanes que [en realidad] poseen buenas, e incluso estratégicas relaciones con la entidad sionista les sirven como medio de comunicación y herramienta política a Tel Aviv, que los presenta como enemigos para aumentar la popularidad de [estos países] entre las naciones [árabes]. Por ejemplo, vemos las declaraciones y acciones [hostiles de los sionistas] contra Irán, a pesar de que gobiernos sucesivos del [régimen] ayatolá [de Irán] han tenido fuertes relaciones con Tel Aviv desde el establecimiento de [este régimen]… Más pruebas son más de $300 millones del dinero iraní depositado en los bancos de la entidad sionista… También escuchamos a los sionistas en un tono estridente y dramático contra Turquía, a pesar de las relaciones diplomáticas y comerciales que existen entre Ankara y Tel Aviv… y lo mismo ocurre con Qatar… A la inversa, los medios y políticos sionistas le hablan en voz baja a los países que se aseguran no mantener relaciones con ellos, tales como Arabia Saudita y Sudán, o países cuyas relaciones con ellos están marcadas por muchos desacuerdos, como Egipto. Esto tiene la intención de socavar la fe de las [otras naciones árabes] en estos países.
“La conclusión es que es necesario aumentar la conciencia de las masas respecto a la propaganda sionista, ya que una manipulación precisa a la psicología de masas por parte de los sionistas puede estar causando que realicemos algunos de sus deseos y metas sin siquiera estar conscientes de ello”.
[1] Carr (1895-1958) fue un teórico de la conspiración canadiense nacido en Inglaterra.
[2] El libro Peones en el Juego fue puesto en circulación en 1955.
Que imbeciles!!