Recordando el atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.
Las fotos del lugar del atentado, que nos fueron proporcionadas por el entonces Embajador de Israel en Argentina Itzjak Shefi, fueron tomadas por un fotógrafo de la revista GENTE.
La imponente explosión que destruyó la Embajada de Israel en Buenos Aires el 17 de marzo de 1992, cobró la vida de 29 personas y dejó a casi 300 heridos. Entre los muertos había tres israelíes (el número dos David Ben Refael, el jefe de seguridad Eli Ben Zeev y Eliora Carmon, esposa del Cónsul Dani, que resultó herido). También perdieron la vida seis funcionarios locales de la embajada. El resto de las víctimas mortales eran argentinos que no tenían relación ninguna con la sede diplomática israelí, más allá del hecho que vivían cerca o que pasaron junto a la misma en el nefasto momento del cruento atentado.
Las imágenes hablan por si solas.
LOS MUERTOS ISRAELÍES
EL TERRORISMO, COMO SUELE SUCEDER, GOLPEA SIN DISTINCIÓN. ESTO QUEDÓ CLARO TAMBIÉN EN AQUEL ATENTADO CONTRA LA EMBAJADA DE ISRAEL.
LA ESCUELA
Los niños de la escuela Josefa Capdevila de Gutiérrez, cercana a la Embajada, también sufrieron la explosión. A las 14.45 , cuando la detonación de la bomba, se detuvo uno de sus relojes…y también se detuvieron los corazones de padres que corrieron enloquecidos a buscar a sus hijos. Las túnicas de algunos quedaron con la marca del terror.
LA IGLESIA
Muy cerca estaba la Iglesia Mater Admirabilis, que quedó de hecho destruida. Monseñor Mólaga, su párroco, sufrió el atentado por partida doble, ya que su padre era uno de los ancianos del geriátrico afectado seriamente por la explosión.
No sólo Israel recuerda. El atentado fue contra Israel y contra Argentina.
Bendita sea la memoria de los muertos.
http://www.semanariohebreojai.com/articulo/522
Un escalofrio recorre aún hoy mi cuerpo, al contemplar estas dramáticas imagenes, recuerdo de aquel siniestro atentado atribuido a Iran …unas escenas de muerte y dolor, que se repiten en cada acto terrorista, causando identica indignacion y deseos de justicia …
El deber de memória colectiva, nos debe comprometer a todos frente al terror, y frente a aquellos que lo alientan, lo amparan, lo justifican o simplemente, no luchan contra él …