Waldo Wolff, diputado, argentino, judío, no perdió a nadie en el atentado en la AMIA en lo personal, pero el dolor lo siente hasta hoy. Por todas sus identidades, que son una. Por la impunidad.
Hace unos meses presentó su libro sobre el asesinato del Fiscal de la causa AMiA Alberto Nisman, como denuncia, por lo cual fue amenazado.
Wolff tiene más de 30 años de trayectoria en la dirigencia institucional. Se define como un demócrata republicano. Integra múltiples comisiones en la Cámara Baja. Se destaca la presidencia en la Comisión Bicameral de Fiscalización de Órganos y Actividades de Seguridad Interior. Además, preside el International Council of Jewish Parlamentarians for Latin America y el Grupo de Amistad Parlamentario con Armenia.
P: Waldo, te agradezco mucho que hayas aceptado esta entrevista, aunque sea por el triste motivo del 25° aniversario del atentado contra la AMIA. ¿Cómo vivís esta fecha, en tu calidad de judío argentino? No sé si sentís que cada una de estas dos partes de tu identidad encara distinto el tema.
R: Esta fecha es triste desde cualquier perspectiva. El atentado fue a la Argentina, a una de las instituciones de la comunidad judía. No me desdoblo, me duelen las muertes, los años, los familiares, las injusticias. No son las partes de mi identidad las que encaran distinto, son posiciones que están por fuera de mí.
P: El ser diputado, miembro del Congreso y por ende testigo directo del acontecer político diario en Argentina ¿te agrega una dimensión especial al analizar el significado de esta fecha? Es que tenés enfrente tuyo casi diariamente a gente que es parte de aquellos que quisieron impedir la investigación del atentado y con ello aportaron a la impunidad.
R: Todos los que quisieron impedir la investigación están en la vereda de enfrente de mis posiciones. Yo sigo reclamando por la memoria, la verdad y la justicia, incluso por el juzgamiento en ausencia.
Soy un ciudadano tan indignado como otros, desde mis roles no veo cosas que antes no veía. Y siempre exijo a las instituciones con todo lo que soy.
P: ¿Cómo resumir qué pasa hoy con la causa AMIA?
R: Tras el juicio oral, hubo recientemente absueltos y condenados. Yo sigo reclamando por la responsabilidad de los gobiernos sobre los cuales han ocurrido los atentados. Es el Poder ejecutivo de coyuntura el que debe resolver la escena del crimen. Y quien debió realizar debidamente la instrucción.
Ningún gobierno está exento de que pueda sucederle, lo que sí debería poder garantizar es que va a capturar a los autores y los va a someter al debido proceso.
P: ¿Qué se hizo desde el asesinato de Alberto Nisman?
R: Es una investigación muy delicada y habrá que dejar que los fiscales a cargo sigan buscando. Se siguen encontrando cajas con material y habrá que ver si agregan algo.
Hay todavía mucho por hacer.
P: Años atrás entrevisté a Nisman y me dijo que las víctimas podrán descansar en paz recién cuando los responsables estén tras las rejas. ¿Ves un escenario en el que eso sea posible?
R: El escenario es complejo y pasaron muchos años, pero soy un hombre apegado a las instituciones y convencido de que siempre hay que seguir luchando por buscar la verdad. A mí nunca me van a encontrar rendido. En principio, es un avance la inclusión de Hezbollah en el listado de organizaciones terroristas.
P: 25 años después…¿qué te parece le ha hecho aquella tragedia a la Argentina?
R: Primero trajo dolor y confusión. Dolor por las pérdidas, por los familiares que conviven con ausencias, por el hecho violento en sí.
Confusión porque no aparecían esclarecimientos.
Por otra parte, ha dividido a los familiares de las víctimas de modo tal que no hace más que reproducir una innecesaria grieta.
P: ¿Temes que alguien esté preparando otro atentado, que alguien considere que en Argentina se puede?
R: Esperemos que no. Ningún país está completamente seguro. Ojalá que no tengamos que comprobar nada.
P: ¿Qué recuerdas de aquel 18 de julio, de dónde estabas, qué hiciste, qué te pasó por la mente?
R: Fue inevitable la sorpresa y la conmoción. Por mis tareas y supongo también por mis modos el teléfono sonaba incesantemente. Yo hice lo que siempre hago: fui a levantar escombros.
P: ¿Perdiste allí a alguien Waldo? Te lo pregunto sabiendo que en gran medida, todos los judíos argentinos habrán sentido casi una pérdida personal por esos 85 muertos y 300 heridos.
R: No directa, pero sí han perdido a los suyos gente querida. He conocido y conversado con muchos familiares a quienes hoy, después de 25 años, los considero cercanos.
P: ¿Algo más que quieras agregar?
R: Que sigamos reclamando, que un cuarto de siglo con memoria nos da las fuerzas para buscar y perseguir a la verdad y a la justicia.
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