Los nuevos empastes dentales hechos a base de resina y mejorados con ensambladuras antibacterianas desarrollados en la Universidad de Tel Aviv ayudan a dificultar el crecimiento bacteriano en los arreglos de dientes.
Esta es la principal causa de las caries recurrentes que pueden conducir al tratamiento del conducto radicular y las extracciones dentales. «La resistencia a los antibióticos es hoy uno de los problemas de atención médica más imperiosos para la sociedad y el desarrollo de nuevos productos terapéuticos antimicrobianos y materiales biomédicos representa una necesidad urgente sin satisfacer», afirmó la doctora Lihi Adler-Abramovich, investigadora principal del proyecto de la Universidad de Tel Aviv.
Cuando las bacterias se acumulan en la superficie del diente disuelven los tejidos duros de las piezas dentales y las caries recurrentes -también conocidas como “secundarias”- son el resultado de la producción de ácido por parte de las bacterias causantes de caries que residen en los arreglos.
Adler-Abramovich agregó que el material mejorado que acaban de desarrollar es superior tanto a las resinas compuestas -que se ven bien pero que no tienen ningún efecto sanitario- como a las amalgamas antibacterianas compuestas por aleaciones metálicas, que tienen problemas de toxicidad y falta de adherencia.
El nuevo material no solo es estéticamente adecuado sino que también es rígido y no permite el desarrollo de bacterias
Los investigadores israelíes fueron los primeros en descubrir la actividad bacteriana del bloque de construcción de autoensamblaje. Debido a esto idearon un método para incorporar los nano-ensamblajes dentro de compuestos dentales destinados al arreglo de caries.
«La naturaleza mínima del bloque de construcción antibacteriano, junto con su alta pureza, bajo costo, facilidad de incrustación dentro de los materiales a base de resina y biocompatibilidad, permiten la fácil ampliación de este enfoque hacia el desarrollo de un compuesto de resina antibacteriana mejorada y disponible para reparaciones clínicas», explicó Adler-Abramovich.
Los investigadores evalúan también las capacidades antibacterianas de bloques mínimos extra de construcción de autoensamblaje y desarrollan métodos para incorporarlos en materiales biomédicos como vendajes para heridas e ingeniería de tejidos.
“El nuevo material no solo es estéticamente adecuado sino que también es rígido y no permite el desarrollo de bacterias gracias a la incorporación de nano-ensamblajes antibacterianos», explicó Lee Schnaider, una estudiante de doctorado y participante del proyecto.
El estudio fue publicado recientemente en Applied Materials and Interfaces.
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