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| sábado noviembre 23, 2024

Mirando la mitad llena del vaso, a pesar de la guerra de Iom Kipur , el terrorismo y la adversidad

Con el General retirado Doron Almog


El día más sagrado del calendario judío, Iom Kipur, es también un día de duelo para miles de familias en Israel. Entre ellas, la de Doron Almog, que perdió a su hermano Eran en aquella guerra que sorprendió a Israel en octubre de 1973.

Eran, que cayó muy joven, quedó perpetuado en el hijo que años después tuvieron Doron y su esposa, que nació con serios problemas de salud y desarrollo y falleció ya años atrás. Por él y para él Almog fundó la villa de rehabilitación “Ale Negev-Najalat Eran” para gente con discapacidades serias. Allí se atiede a judíos y árabes, especialmente del sur del país, sirviendo de hogar a quienes, sostiene Doron, merecen vivir dignamente igual que la gente sana.

Al acercarse un nuevo aniversario de la guerra de Iom Kipur, compartimos el análisis de Doron Almog en una de las varias entrevistas que nos ha concedido, su análisis de la lucha por vivir y el recuerdo del golpe que el terrorismo asestó a su familia. Pero también sobre por qué hay que seguir adelante.

P: Doron, usted ha aportado a la sociedad israelí en guerra y en paz, luchando en el campo de batalla y haciéndolo también en otro tipo de lucha, por una sociedad mejor.¿Cómo ve el futuro del país?

R: Yo soy optimista, la verdad, mucho más optimista que otros. Creo que el Estado de Israel es un país maravilloso, mejor que muchos otros países del mundo. Hace posible que muchos jóvenes aprovechen su potencial. Creo que es un país desafiante en el que la vida es una gran experiencia. Y al mismo tiempo, hay aún mucho por hacer para que la sociedad sea mejor. Hay demasiada división interna, demasiadas tensiones y odio gratuito.

Hay fenómenos muy positivos en la sociedad, mucho voluntariado y disposición de los jóvenes a ponerse sobre los hombros emprendimientos significativos en pro de una sociedad mejor, por el prójimo. Recordemos que Ale  Neguev, justamente, es no solamente un lugar en el que viven niños y jóvenes con serios problemas sino también un lugar en el que se puede lograr un enorme “tikun olam”. De aquí salen programas educativos para jardines de infantes  y escuelas. Aquí se puede enseñar cómo aceptar al distinto, cómo influir sobre otros para que sean más capaces de dar amor, más tolerantes, más respetuosos. Hoy en día hay mucha violencia verbal, en la política, en la calle,  y ésta no tiene razón de ser. Y para combatir este problema, tiene que haber más proyectos como Ale Neguev, donde están los más débiles de la sociedad .Y a través del voluntariado en lugares así , tenemos palancas para educar positivamente a la juventud.

Hoy hay aproximadamente medio millón de voluntarios en Israel  y creo que no hay razón para que no lleguemos a dos millones. En todas las escuelas y secundarias debería haber un programa de voluntariado en beneficio de las capas más débiles.Así, se educa a la gente a trabajar en pro de los que no pueden, de los más débiles. En pro de la sociedad.

Doron Almog, cuando aún estaba en el ejército, con su hijo Eran, hoy ya fallecido
Doron Almog, cuando aún estaba en el ejército, con su hijo Eran, hoy ya fallecido

 

DESAFÍOS

P: Usted ha sido General en las Fuerzas de Defensa de Israel. ¿Cómo ve el horizonte, siempre luchando, o la situación cambiará?

R: Es difícil saberlo. Por ahora, vemos a nuestro alrededor el problema del extremismo islámico. No es sólo nuestro problema, esto ocurre en diferentes partes del mundo, no solamente en Oriente Medio. Quiere una sociedad que se maneje exclusivamente por las leyes de la sharía, la ley del Islam. Quieren un mundo totalitario, sin libertades, sin derechos para la mujer, un mundo sin esperanza. Es por eso que nuestra lucha contra nuestros enemigos, hoy,no es solamente nuestra sino de todo el mundo libre.

Al mismo tiempo, Israel debe aspirar a la paz. Siempre. Siempre, siempre. La guerra no es un objetivo en sí mismo sino, a veces, un mal necesario. Hay que usar la fuerza únicamente cuando no hay más remedio. Ese debe ser el principio que rija las decisiones. Y cuando se recurre a la fuerza,hay que usarla en la medida necesaria. O sea que aquí está el desafío de educar a la juventud respecto a cómo se usa la fuerza, que no sea más de lo necesario.También en el campo de batalla hay que seguir actuando como seres humanos.

P: ¿Cree que Israel logra ese equilibrio?

R: Creo que sí. Sin duda. En nuestros hospitales hay palestinos que se internan para recibir tratamiento, también después de los combates. Cuando yo era General y encabecé el Comando Sur, en cada batalla contra terroristas palestinos, di órdenes de evacuar a nuestros hospitales a los que lo necesitaban. Esto se ve también hoy. De sus propios líderes han sido atendidos en nuestros hospitales.

Creo que Israel se rige por valores que no vemos en otros lados. Lo vimos en la liberación de Gilad Shalit años atrás. En otro lado habrían dicho “si quieren, que lo maten”. Nosotros no. Claro que hay quienes pueden reprochar que para recuperarlo, liberamos a mil terroristas. Pero también antes de Gilad Shalit había habido transacciones con la excarcelación de terroristas. También Rabin lo había hecho. Lo que esto deja en claro es que para Israel, la vida tiene un alto valor y que estamos dispuestos a un gran esfuerzo para devolver a nuestros hijos a casa, vivos o muertos. También cuando se quiso devolver a los soldados secuestrados por Hizbala Udi Goldwasser y Eldad Regev  negociamos para recuperar soldados muertos.

P: Para usted esto pasa también por el recuerdo de su hermano Eran, que murió en la guerra de Iom Kipur en 1973.

R: Así es. .  Mi hermano sangró en el campo de hasta que murió, al lado del tanque en llamas. Y llevo dentro mío el juramento que «jamás se deja a un soldado sangrando en el terreno». Y los gritos de Eran, mi hermano, llenan siempre mis sueños, es algo que no puedo controlar. Siempre sueño que intento salvarlo y nunca lo logro. Así que Eran, mi hermano, está siempre conmigo.Y cuando años después nació mi hijo, que hoy ya no está con nosotros, le llamamos Eran.

Hablando de salvación, debemos recordar también operativos que Israel llevó a cabo, como Entebbe. O los operativos especiales para traer a los judíos de Etiopía o de Sudán. En unos y otros he participado. Así son las cosas. Es el único estado judío del mundo y tiene un compromiso para todo judío que se halle en peligro, en cualquier parte del mundo.

P: Entiendo que no está hablando del operativo “Moisés” y “Salomón”…

R: No, claro que no. Mucho antes. Esos fueron como diez años más tarde. Yo me refiero a operativos secretos en los que participé a comienzos de los años 80.Fueron seis años de misiones especiales, entre 1983 y 1988, cerca de diez operativos en total.

P: ¿Qué significó eso para usted?

R: Una gran emoción. Verlos llegar sin nada, prácticamente con harapos rotos, en camino a Israel…Lo más parecido al éxodo de Egipto que puedo concebir, son aquellos operativos.

P: ¿De dónde venían? ¿De las aldeas o también de Addis Abeba?

R: De todos lados. Hicieron un enorme esfuerzo llegando a pie desde Etiopía al desierto de Sudán. Los recogíamos de allí. Agentes del Mossad los ayudaban en todo ese camino, los traían. Nos pasó que hubo partos en el avión, que por supuesto no eran aviones comunes con asientos.

P: ¿Cuáles fueron los momentos más emotivos de su servicio militar de tantos años?

R:  Muchos años después, 20 años más tarde, cuando yo ya era jefe del Comando sur y vi que aquellos judíos que habíamos traído de Etiopía siendo niños o bebés, eran oficiales o soldados en mis unidades,y me encontraba con ellos en la ceremonias en las que recibían condecoraciones.

P: Qué emocionante…

R: O, tan diferente, cuando morían en combate. Recuerdo a Gadi Marsha, que era teniente en mi unidad. Lo habíamos traído en un operativo secreto en 1979 y murió como oficial en una embocada de  terroristas de la unidad de rastreadores.Y yo tuve que despedirlo frente a su tumba. Pero también hay momentos distintos, como verlos convertidos en médicos o en oficiales sobresalientes. Esos fueron momentos de profunda emoción.

 

EL TERRORISMO, UN DOLOR PERSONAL

P: Doron, su familia ha tenido que lidiar directamente con el terrorismo, varios de sus parientes fueron asesinados en el atentado terrorista en el restaurant Maxim de Haifa, una explosión suicida el 4 de octubre del 2003.

R: Así es…algo que duele hasta hoy. En el momento de la explosión en “Maxim” estaban allí nueve miembros de mi familia. Allí estaba Zeev Almog, primo de mi papá, de 71 años, muy cercano a mí. Yo estudié en Haifa y él era comandante de un submarino, el “Leviatan”, hermano mellizo del desaparecido “Dakar”. Yo había cambiado mi apellido a Almog por él. Originalmente era Avrutzki  y este primo fue el primero que en cambiarlo. Fue asesinado junto a su esposa Ruti que era sobreviviente de la Shoa , junto al hijo de ambos Moshik ,mi primo, que tenía 43 años y dos nietos, Asaf  de 10 años y  Tomer de 9.  Asaf era hijo de Moshik y Tomer hijo de su hermana Galit, que quedó seriamente herida…Estuvo internada un año en rehabilitación y pudo salir. Está en silla de ruedas, le quedaron incrustados en todo el cuerpo  tornillos que los terroristas habían colocado en la carga explosiva para potenciar su efecto letal. También Orly sufrió heridas , en su caso de mediana entidad

P: Una familia entera …..

R: Así es. Galit y su esposo adoptaron luego  una niña de Ucrania, que se llama Maia. Y uno de los momentos más emotivos de la familia fue  cuando el hijo de Galit, que por casualidad no estaba con el resto de la familia en el atentado, finalizó el curso de pilotos de aviones F 16.Y allí estuvimos todos en la ceremonia, Galit en la silla de ruedas con la pequeña hija adoptada tras haber perdido al otro hijo en la explosión, y cuando el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea habló, se refirió a Omri, flamante piloto, cuya familia había sido golpeada por el terrorismo y lidiaba con ello con gran entereza.

P: Recuerdo que había allí también un niño de la familia que quedó ciego.

R: Así es, Oran, el hijo de Moshik, que perdió en el atentado a sus abuelos, su  papá Moshik y a su hermano Tomer. Su mamá, Orly, sufrió heridas relativamente leves.

P: Se suele hablar mucho de los que se van, pero está también la otra dimensión, los que quedan y lidian con el golpe del terrorismo. Y entiendo que Oren lo hizo con un espíritu especial, llegando inclusive a logros poco comunes en deportes a pesar de su ceguera.

R: Así es. Ante todo hay que recordar que a pesar de su ceguera, se enroló a las Fuerzas de Defensa de Israel. Es parte de la asociación Etgarim, que significa Desafíos,y que justamente proporciona un marco apropiado para este tipo de cosas. Estudió todo de memoria y sigue adelante. Es un chico optimista. Tenía 10 años  cuando fue el atentado. Es realmente un muchacho encantador. Los tres primeros años fueron sumamente difíciles, pero salió adelante. Es que hay que tener en la vida una actitud optimista, mirar la mitad llena del vaso y no limitarse a sufrir por el dolor. Hay que seguir adelante intentando hacer el bien. Es una opción mucho mejor que mirar la mitad vacía.

P: Muchas gracias Doron.

R: A ti.

 

http://www.semanariohebreojai.com/articulo/1599

 
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