Imaginen la situación. Estalla una epidemia mundial, miles de jóvenes israelíes que pasean en el exterior como mochileros-tal cual se acostumbra a menudo cuando terminan su servicio militar obligatorio- se enteran de este desconocido virus Corona y entienden que lo más sabio es volver a casa. Pero Perú, uno de los destinos más comunes de los mochileros, cierra sus fronteras y numerosos cientos de los mochileros no alcanzan a salir del país.
Y allí comienza la corrida para traerlos a casa. Es algo inherente a la sociedad israelí. Rueda de inmediato la cadena de la solidaridad. No fue el Estado el que se organizó para ello, sino la aerolínea nacional El Al, que a pesar de las terribles pérdidas que está sufriendo, como todas las compañías aéreas del mundo, decidió enviar 4 aviones a Perú a traer a los muchachos. El Estado organizó y coordinó lo que llamó de “operativo nacional”, respondiendo a la iniciativa de El AL, y quienes lo hicieron posible fueron varias empresas israelíes y donantes particulares que ayudaron a financiar, teniendo como meta devolver a los chicos a casa.
Uno de ellos es Roí Sayyag, de 22 años, que vive en la localidad comunitaria Kojav Yair. Está paseando desde junio del año pasado. Primero hizo trabajo voluntario con niños en un campamento comunitario en Estados Unidos y luego estuvo en México, Guatemala y Cuba, se le sumó su padre durante 40 días para pasear con él por Argentina y Chile, y Roí continuó solo a Brasil, Colombia y finalmente Perú.
“Me enteré del Corona muy en general, cuando aún estaba sólo en China y en ese momento no pensé que llegaría a todo el mundo”, nos dijo este miércoles 18 de marzo en conversación telefónica desde Cuzco, mientras esperaba el traslado hacia Lima, donde los estaría esperando El Al. “En aquel momento pensamos pobres los chinos y ni me imaginé que esto nos llegaría a todos”.
El nerviosismo principal empezó cuando recibieron las noticias desde Israel según las cuales todo el que llegara del exterior tendría que ir directo a cuarentena. Luego se enteraron que ya había un enfermo en Perú y que el Corona estaba llegando a Sudamérica.
“Hace unos días el Presidente de Perú proclamó que en 24 horas se cerrarían todas las fronteras. Me llegó el anuncio estando en Cuzco. Algunos compañeros de viaje fueron más inteligentes que yo y alcanzaron a viajar antes de todo esto, pero yo me quedé .Y aunque adelanté el vuelo de la fecha originalmente planeada, la nueva fecha era dos días después del cierre decretado, así que mi vuelo a casa se canceló”, nos cuenta desde Perú.
La situación creó gran incertidumbre. “Pensé que nos quedaríamos varados en Perú, había mucha tensión, entre nosotros, nuestros padres, ante todo por el agravamiento de la enfermedad por todos lados y pensar que sería riesgoso quedarnos atascados en un país en el que el sistema de salud pública no me parece que funcione como el israelí. Queríamos volver lo antes posible”.
Y empezó la corrida, que termina en un puente aéreo de cuatro aviones de El Al que van, podríamos decir, al rescate de los israelíes. Cabe destacar la colaboración de las autoridades peruanas en la implementación del operativo del lado local, especialmente el traslado de los jóvenes de distintos lados, como Roí y muchos más desde Cuzco, hacia Lima.También JABAD en Perú ayudó significativamente a organizar el proyecto del lado peruano.
El vuelo desde Cuzco lo están haciendo en un avión de LATAM.
Aquí vemos unos instantes de la organización en Cuzco para llegar a Lima.
“Es muy emocionante”, nos dijo Roí. “En momentos problemáticos, se siente la unidad del pueblo, cuánto unos ayudan a otros. Esto hace sentir muy bien, nos confirma que piensan en nosotros. Estuvimos con turistas europeos y nos decían que de sus países nadie les enviaba ayuda, que no tenían realmente con quién hablar. Y nosotros, con Israel, sí”.
La primera odisea fue llegar a la plaza central de Cuzco, desde donde se los trasladó al aeropuerto para volar a Lima. Una noche de postergación, y finalmente, este jueves de mañana, partieron. Escribimos estas líneas cuando el avión está en vuelo de Cuzco a la capital.
“Toda la información circuló rápidamente por las redes para que todos se enteren de estos vuelos, para que todos puedan llegar a Lima. Podemos tener diferencias en muchas cosas, pero situaciones como estas nos recuerdan que tenemos todos un mismo objetivo y nos une el mismo país”.
El proyecto, coordinado por la Cancillería israelí, fue financiado –según informe del diario económico Globbes- con las donaciones de El Al y de varias compañías como Supersal, Bank Discount, Bank Leumi, HaBank HaBeinleumi, Visa KAL, Strauss, la Asociación sin fines de lucro Tzionut 2000, Bazan, McDonald´s , Harel, Liveu, Zoken representante de Caterpillar, Mellanox, restaurante Daka, Tzim , Paz, Google, Medinol, entre otras empresas, así como donaciones personales de Baruj Ivcher, Arik Ben David y otros que no quisieron revelar su identidad.
Cabe señalar otra singularidad de la situación: los aviones de El Al volaron 17 horas seguidas, sin escala, para llegar lo antes posible a Perú.
http://www.semanariohebreojai.com/articulo/2430
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