Moshé Belilty, uno de los cofundadores de Hilico, usa el dispositivo de recolección de agua de lluvia para ayudar a los residentes de Mumbai a cosechar. Foto: Eyal Yassky
Es una triste ironía saber que en ciertas regiones tropicales bendecidas con abundantes lluvias las personas sufran la imposibilidad de contar con agua limpia para afrontar la vida cotidiana.
En los barrios bajos de Mumbai, India, cerca de la mitad del año llueve. Incluso algunas precipitaciones inundan la ciudad de la misma forma que ocurre con los monzones.
Pero lamentablemente los residentes se ven obligados a hacer largas filas para conseguir algo de agua para tomar, cocinar y bañarse. Y si quieren agua mineral, los precios que tienen que pagar son exorbitantes.
Lo mismo puede ocurrir como consecuencia del colapso de la infraestructura luego de un desastre natural como un huracán o un terremoto.
Con esta información a mano, Eyal Yassky, cofundador y CEO de Hilico, una empresa con compromiso social, desarrolló un dispositivo simple y económico de recolección de lluvia para comunidades sin agua potable.
Como fotógrafo profesional, Yassky había viajado por el mundo y documentado diferentes culturas. El énfasis siempre estuvo puesto en la sustentabilidad.
En 2016, el ejecutivo se encontraba tomando fotos de la fabricación artesanal de chocolate en Ecuador cuando hubo un terremoto de 7,8 grados de magnitud.
Gracias a su experiencia como ex militar de las Fuerzas de Defensa de Israel, Yassky había adquirido algunas habilidades de asistencia en desastres.
De este modo, se ofreció como voluntario para ayudar y, casi sin darse cuenta, se convirtió en comandante voluntario organizaciones como IsraAID.
En cada una de sus travesías por comunidades más precarias, Yassky notaba que el problema del agua limpia era principal. «El 90 por ciento de los desastres en todo el mundo son causados por la lluvia y, sin embargo, no usamos la tecnología del agua como recurso», le dijo el emprendedor a ISRAEL21c.
Según él, esto se debe a que la tecnología existente es demasiado costosa o compleja.
Con una idea en mente, Yassky se contactó con su amigo de la infancia Moshé Belilty, que terminaba una licenciatura en ingeniería mecánica en la Academia Afeka en Tel Aviv. «¿Puedes fabricar algo que pueda llevar al campo?» le preguntó a Belilty.
Ambos desarrollaron un dispositivo portátil de recolección de lluvia que pesa menos de un kilo, apenas cuesta unos 350 shekels (100 dólares) y puede recolectar el 90 por ciento del agua que una familia pequeña necesita cada día.
“Un milímetro de lluvia produce un litro completo de agua”, explicó Yassky.
Agua de lluvia filtrada
El invento es parecido a un cometa de viento y está hecho de nylon liviano. «Se siente como si fuera un periódico pero es muy robusto», dijo Yassky.
Su tamaño es de un metro cuadrado y en menos de tres minutos se puede enganchar a postes o árboles porque cuenta con una sola y simple abrazadera.
La lluvia que cae en el dispositivo es canalizada a través de una pequeña unidad de filtración en una bolsa de diez litros. Entre las innovaciones que se le ocurrieron a Belilty estaba la capacidad de encadenar las bolsas a través de una abertura en cada lado. Así, si llueve durante la noche, es posible llenar hasta diez bolsas sin tener que controlar el sistema o cambiar los bidones.
El dispositivo también tiene un mecanismo automatizado anti obstrucción. De este modo, la recolección de agua esperada no se interrumpe.
Para diseñar la solución, Yassky y Belilty usaron lo que llaman «biomimética». «Es un gran nombre para algo simple. Sólo significa imitar a la naturaleza como los aviones imitan el vuelo de las aves”, manifestó Yassky.
Ambos empresarios viajaron a las selvas de América del Sur para, justamente, tratar de copiar a la naturaleza. Y allí descubrieron que las comunidades rurales usan un tipo particular de planta con enormes hojas orientadas a la recolección de agua de lluvia.
Y copiaron el diseño de esas hojas y presentaron una patente.
Premios y reconocimientos
Desde 2018, cuando se fundó Hilico, la compañía ganó varios premios. De hecho
encabezó las finales israelíes de un fondo de riesgo para emprendedores sociales creado por el whisky Chivas Regal y fue la única compañía de Israel en una lista de 17 empresas seleccionadas por el Banco Mundial y la Escuela de Negocios Wharton en su concurso de “Ideas para la Acción” de 2019.
Además, Hilico fue elegida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel para formar parte de una delegación que se presentó en 2019 en el evento “Aprovechando la innovación para el desarrollo sustentable” de las Naciones Unidas.
Yassky afirmó que le pidió a la ONU que asumiera un rol importante en el proyecto. Pero primero tuvo que comenzar una empresa.
Así, Yassky y Belilty pasaron tres meses en un barrio pobre de Mumbai conocido como «Cheetah Camp», donde probaron su dispositivo en asociación con la ONG local Jeevan Dhara. «Fue un gran éxito. Funcionó mejor de lo que esperábamos y la reacción de la gente fue muy sorprendente», narró Yassky.
Una buena noticia es que la asociación de Hilico con la Iniciativa de Energía Renovable Eilat Eilot llevará su dispositivo a una aldea de Kenia sin acceso a la red de aguas del país africano.
Hilico tiene su sede en Tel Aviv y busca nuevas sociedades para ayudar a que el dispositivo sea más asequible para el mundo subdesarrollado.
Poblaciones urbanas sin acceso al agua
La empresa busca vender el producto en Amazon como una solución para que los dueños de vehículos recreativos o mochileros puedan recolectar agua de lluvia durante sus viajes. El dinero recaudado de esas ventas será utilizado para subsidiar precios más bajos para los países con más necesidades.
El principal mercado de Hilico son las poblaciones urbanas que no están conectadas a ninguna red de suministro de agua. «En la actualidad hay 1.000 millones de personas que no tienen acceso al agua potable y, a medida que las personas se mudan de los aldeas a las ciudades, crecen los barrios marginales y el número de damnificados aumenta», explicó Yassky.
Su estimación es real: se considera que alrededor de 70 millones de nuevos residentes pueblan las áreas urbanas del planeta cada año y se prevé que la población urbana del sur de Asia y África subsahariana se duplicará en las próximas dos décadas.
La ONU estima que cada minuto que pasa un niño muere por una infección debido a la mala calidad del agua con que se lo trata. Y medio millón de personas mueren cada año por enfermedades transmitidas por el agua.
Pero, ¿Qué pasa con la otra mitad del año cuando no llueve en Mumbai? «Ese es un gran problema», admitió Yassky y reconoció que Hilico no tiene una solución acabada. De acuerdo con él, intentar abordar todo el problema del agua con un solo producto de uso múltiple es muy costoso para los que viven en barrios marginales.
Una de las posibles soluciones son los equipos de Watergen de Israel que pueden extraer agua del aire. “Es un producto increíble pero la versión más accesible de un generador la Genny es de 5.300 shekels (1.500 dólares) por unidad”, se lamentó el ejecutivo.
De todos modos, Yassky imagina que habrá imitaciones pero le agradece la competencia. “Queremos que haya más dispositivos de recolección de lluvia para las personas que lo necesitan. Y todavía tenemos mucho más para ofrecer”, finalizó.
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