Con el fallecimiento de Sheldon Adelson, cuyo imperio empresarial se extendía a varios continentes y con una fortuna personal de 35.000 millones de dólares, que lo ubicaba en el puesto 38 de la lista mundial de Forbes, el mundo judío ha perdido a uno de sus más prolíficos patrocinadores.
Adelson tenía 87 años y en ocasiones era un hombre franco y controvertido. Estaba recibiendo tratamiento para un linfoma no Hodgkin.
Filantropía
Aunque los judíos son generosos de forma desproporcionada en las donaciones para caridad, menos del 10 por ciento de las grandes donaciones judías llegan a causas judías o israelíes.
Sheldon Adelson quebró ese molde. Junto con su esposa Miriam, el Fondo de Caridad de la Familia Adelson donó 200 millones de dólares anuales a causas judías e israelíes. Algunos ejemplos:
- $400 millones a Birthright, que envió a 600.000 jóvenes judíos en viajes gratuitos a Israel
- $25 millones a Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Israel
- $50 millones al Campus Educativo Adelson, la mayor escuela judía en Las Vegas
- $20 millones para abrir una nueva facultad de medicina en la Universidad Ariel en Israel
- La Escuela de Emprendimientos Adelson en Hertzlia
Adelson atribuyó este espíritu a la influencia de su padre, quien «siempre mantuvo en casa una alcancía de caridad para los pobres». Él afirmó que la caridad «es mi legado humanitario. Estamos dispuestos a donar miles de millones».
Otra gran porción de las donaciones de Adelson fue para las campañas políticas de los Estados Unidos. Se estima que $340 millones ayudaron a promocionar a los candidatos republicanos en los últimos años, lo que lo convirtió en el mayor donante individual del país.
Adelson también influyó en la política a través de los medios de comunicación que le pertenecían, entre ellos Las Vegas Review-Journal, el diario de mayor circulación en Nevada y uno de los 25 periódicos más importantes de los Estados Unidos. En Israel, después de un intento fallido de comprar un periódico que ya existía, Adelson abrió uno nuevo: Israel Hayom, que hoy es el diario de mayor circulación del país.
Adelson no se avergonzaba de estar a favor de Israel y se mostraba agresivo respecto a los problemas relacionados con Jerusalem, los palestinos e Irán. En el 2013, Adelson sugirió arrojar un misil nuclear al desierto iraní («No hará daño ni a un alma, tal vez a un par de serpientes de cascabel y escorpiones») como un mensaje al régimen radical del ayatolá para que abandone su programa de armas nucleares.
Sheldon y Miriam Adelson en un evento de Birthright con el ex presidente de Israel, Shimon Peres. (Crédito:GPO)
Su trayectoria personal
Sheldon Adelson nació en 1933 en Boston en una familia judía de bajos recursos. Su padre, de ancestros ucranianos y lituanos, manejaba un taxi. Su madre, una inmigrante de Inglaterra (cuyo padre trabajaba en las minas de carbón en Gales), tenía una tienda de tejidos.
Adelson comenzó sus incursiones empresariales muy temprano. A los 12 años le pidió a su tío un préstamo de $200 dólares para sacar una licencia para vender periódicos. A los 16 años le pidió a su tío que le prestara $10.000 para comenzar un negocio de máquinas que expendían golosinas.
En su primer matrimonio, Adelson adoptó tres hijos. Su hijo Mitchell murió de una sobredosis de drogas y eso llevó a Adelson a una cruzada contra la legalización de la marihuana, por considerarla una «puerta al mundo de las drogas», que desemboca en la cocaína y la heroína que cobró la vida de su hijo.
En 1991, Adelson conoció a su segunda esposa, Miriam, en una cita a ciegas. Miriam es hija de inmigrantes polacos, creció en Israel y fue una exitosa jefa de internistas en la sala de emergencias del hospital Rokeaj en Tel Aviv. Ella comparte la oposición de su esposo a las drogas y fundó una clínica para tratar el abuso de sustancias.
Un emprendedor en serie
El gran avance empresarial de Adelson tuvo lugar en 1979, cuando creó COMDEX, la feria de informática de Las Vegas. El momento era adecuado, porque estaba despegando la industria de las computadoras personales (IBM, Apple, Microsoft), y COMDEX se convirtió rápidamente en la feria comercial más grande de Las Vegas. Posteriormente, Adelson la vendió con una ganancia personal de $500 millones.
En 1988, Adelson y sus socios compraron el legendario Casino Sands en Las Vegas, lo que dio comienzo a un largo camino en el desarrollo de complejos turísticos. En 1991, cuando estaba de luna de miel con Miriam en Venecia, Adelson tuvo una idea que luego se materializó en Las Vegas como el casino veneciano de $1.500 millones de dólares y 4.000 habitaciones, con canales, góndolas y gondoleros cantando.
Posteriormente, Adelson construyó el primer casino al estilo de Las Vegas en China, en la isla de Macao, el centro de un masivo mercado de juegos de azar en Asia, con una copia a media escala de la Torre Eiffel. La visión de Adelson continuó expandiéndose y en el 2010 abrió Marina Bay Sands en Singapur, con un costo de 5.500 millones de dólares, el tercer edificio más caro del mundo.
El espectacular edificio de Marina Bay Sands en Singapur es conocido como «el hotel que más aparece en Instagram de todo el mundo»
En el 2014, Adelson fue incluido en la lista de CBNC de «líderes, íconos y rebeldes que transformaron los negocios… que tuvieron la mayor influencia, provocaron los mayores cambios y causaron la mayor disrupción en los negocios durante el último cuarto de siglo».
Adelson explicó su filosofía empresarial: Los negocios son como los autobuses. ¿Estás parado en una esquina y no te gusta adonde va el primer autobús? Espera diez minutos y toma otro. ¿No te gusta ese? Seguirán viniendo otros. Los autobuses, y los negocios, son infinitos».
Una vez, cuando sus acciones comerciales sufrieron una caída del 93 por ciento de su valor, Adelson dijo: «Perdí 25 mil millones de dólares. Comencé de nuevo con cero… No existe el miedo, no para un emprendedor». Él describió a un emprendedor como alguien que posee «coraje, fe en sí mismo y, sobre todo, incluso cuando falla, aprende del fracaso, se levanta y lo vuelve a intentar». (El negocio de Adelson se recuperó en dos años).
A pesar de su gran éxito financiero, Adelson aseguraba que no lo motivaba el dinero. «Yo nunca pensé en volverme rico. Lo que realmente me motivó fue tratar de lograr algo». La donación de 70 millones a Birthright en honor al 70 aniversario del estado de Israel, solidificó su puesto como líder de los filántropos judíos. «Antes de la fundación de Israel, mi padre siempre decía que le gustaría que hubiera un lugar en donde pudiera vivir el pueblo judío. Él siempre quiso ir a Israel. En el momento en que pude enviarlo ya era demasiado anciano y estaba muy enfermo. No quiero que ningún joven llegue a decir que es demasiado anciano o que está demasiado enfermo como para visitar Israel».
A lo largo de los siglos, hubo grandes filántropos como Rothschild y Montefiore que se dedicaron a satisfacer las necesidades más apremiantes del pueblo judío. En nuestra generación, Sheldon Adelson cumplió con orgullo con esa tradición. Que su recuerdo sea para bendición.
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