El mankai, también conocida como lenteja de agua, es una planta verde acuática rica en hierro, vitamina B12, vitaminas y minerales. Foto: Schachar Fleishman
Una dieta verde mediterránea compuesta de vegetales, nueces y batidos logra reducir la tasa de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) a la mitad.
Así lo demostraron investigadores israelíes del Centro de Investigación Nuclear del Néguev y de la Universidad Ben Gurion de Israel que realizaron una prueba de 18 meses con 294 trabajadores de 50 años que padecían obesidad abdominal.
Las personas fueron divididas en tres grupos: uno recibió un régimen dietético saludable, otro la dieta mediterránea clásica y el tercero una dieta mediterránea verde. Y todos recibieron una membresía gratuita en un gimnasio.
Los trabajadores se sometieron a resonancias magnéticas para medir su exceso de contenido graso antes y después de la prueba.
Si bien los resultados mostraron que todas las dietas condujeron a la reducción de la grasa hepática, al comienzo del estudio la prevalencia de NAFLD cayó del 62 al 31,5 % en el grupo de la dieta mediterránea verde, al 47,9 en el segundo y al 54,8 en el grupo de régimen dietético saludable.
La NAFLD afecta del 25 al 30 % de las personas de EEUU y Europa, y si bien algo de grasa en el hígado es normal, el exceso produce resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y riesgo cardiovascular.
Debido a que no existen fármacos para tratar el hígado graso, la única intervención es la pérdida de peso y la reducción del consumo de alcohol.
La dieta mediterránea verde prescrita a los investigadores nucleares era rica en verduras e incluía menos carnes procesadas y rojas pero sí incluía la ingesta diaria de 28 gramos de nueces y estaba enriquecida con componentes verdes que incluían de tres a cuatro tazas de té verde todos los días y 100 gramos diarios de cubitos congelados del superalimento mankai y un batido verde.
El mankai, también conocida como lenteja de agua, es una planta verde acuática rica en hierro, vitamina B12, vitaminas y minerales.
El verano pasado se realizó un estudio similar en la Universidad Ben Gurion y se encontró un rol positivo de la dieta mediterránea en la pérdida de peso.
“La posibilidad de abordar esta enfermedad hepática común con una intervención específica en el estilo de vida podría promover a una estrategia nutricional más eficaz. Esta prueba clínica demuestra que hemos hallado una herramienta eficaz para la NAFLD que va más allá de la pérdida de peso”, indicó la investigadora Anat Yaskolka-Meir de la universidad.
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