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| jueves diciembre 26, 2024

Palestinos: Más corrupción a medida que Biden reanuda la ayuda financiera


Haciendo caso omiso de la corrupción rampante en la Autoridad Palestina (AP), la administración estadounidense del presidente Joe Biden afirma que se está preparando para reanudar la ayuda financiera incondicional a los palestinos.

“La suspensión de la ayuda al pueblo palestino no ha producido avances políticos ni ha conseguido concesiones por parte de los dirigentes palestinos”, dijo el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, en una rueda de prensa a principios de este mes. “Solo ha perjudicado a palestinos inocentes”.

En 2018, la administración del presidente Donald Trump anunció que no gastaría más de 200 millones de dólares reservados para la ayuda palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza.

La suposición que la renovación de la ayuda financiera llevaría a los líderes palestinos a hacer “concesiones” ha demostrado, en las últimas tres décadas, ser completamente infundada. Cualquiera en el gobierno de Biden que piense que los dirigentes palestinos harían verdaderas “concesiones” a Israel a cambio de cientos de millones de dólares vive en una ilusión.

Desde la firma del Acuerdo de Oslo entre Israel y la OLP en 1993, los palestinos han recibido miles de millones de dólares en ayuda internacional, incluso de Estados Unidos y muchos donantes occidentales.

¿Ha cambiado el dinero la posición de los palestinos en cuestiones cruciales como el estatus de Jerusalem o el “derecho al retorno” de millones de refugiados y sus descendientes a sus antiguos hogares dentro de Israel? No.

El “derecho al retorno” significa inundar Israel con millones de palestinos con la esperanza de convertir a los judíos en una minoría en su propio Estado. Para muchos palestinos, la llamada solución de dos Estados significa establecer dos Estados palestinos: uno en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalem Este, y otro que sustituiría a Israel.

¿El dinero ha frenado la incitación palestina contra Israel? No.

¿Hizo el dinero que Abbas cambiara de opinión sobre su rechazo a Israel como Estado judío? No.

¿El dinero ha hecho que Hamás y otros palestinos reconocieran el derecho de Israel a existir? No.

 

El año pasado, los palestinos rechazaron el plan económico de Trump para Oriente Medio de 50.000 millones de dólares que crearía un fondo de inversión global para mejorar las economías de los Estados palestinos y árabes. Los palestinos lo calificaron de “intento de soborno”.

En 2019, los palestinos boicotearon el taller de “Paz a la Prosperidad” liderado por Estados Unidos en Bahréin, que tenía como objetivo “facilitar las discusiones sobre una visión ambiciosa y alcanzable y un marco para un futuro próspero para el pueblo palestino y la región”.

Nabil Sha’ath, un alto asesor del presidente de la AP, Mahmoud Abbas, afirmó que el taller tenía como objetivo “sobornar” a los palestinos. “No venderemos nuestra causa”, explicó.

Otro alto funcionario palestino, Monir Aljaghoub, dijo: “La causa palestina es una cuestión política y no económica. No necesitamos dinero”.

Los “palestinos inocentes” de los que habla el gobierno de Biden estarían sin duda encantados de recibir ayuda financiera de Estados Unidos o de la Unión Europea. Sin embargo, a estos palestinos les preocupa que sus dirigentes sigan privándoles de la ayuda financiera y que el dinero, siempre fungible, acabe, como siempre, en los bolsillos de los dirigentes palestinos, así como en incentivar el asesinato de los terroristas de “pago por muerte”.

Una reciente encuesta de opinión pública mostró que la mayoría de los palestinos siguen preocupados por la corrupción de sus dirigentes, especialmente de la Autoridad Palestina.

Los palestinos, según la encuesta, incluso esperan un aumento de la corrupción durante 2021.

Los resultados de la encuesta, realizada por la Coalición Palestina para la Rendición de Cuentas y la Integridad (AMAN), deberían hacer sonar la alarma en Washington y otros países occidentales que siguen proporcionando ayuda financiera incondicional a los palestinos.

Los resultados de la encuesta también deben llamar la atención de los contribuyentes occidentales, cuyos dólares y euros seguirán entrando en las arcas de los dirigentes de la AP.

Según la encuesta, el 58% de los palestinos cree que la escala de corrupción en las instituciones de la Autoridad Palestina sigue siendo grande. Este año, la tasa de palestinos que creen que la escala de corrupción es grande se redujo en cinco puntos (58%) en comparación con 2019 (63%). La tasa es más alta en las aldeas (73%), en comparación con el 59% en los campos de refugiados y el 50% en las ciudades. La tasa es del 63% entre los empleados del sector privado, y del 61% entre los empleados del sector público.

La mayoría de los palestinos cree que la corrupción se concentra en los altos cargos del sector público, especialmente en las instituciones públicas ejecutivas (los ministerios, la presidencia y los servicios de seguridad). Los palestinos siguen creyendo que los empleados de alto nivel son los más corruptos entre los palestinos.

Según el 27% de los palestinos, los ministerios y las instituciones públicas son los más corruptos (35% en Cisjordania y 15% en Gaza), seguidos por la presidencia de la AP, con un 23%.

Los servicios de seguridad palestinos ocupan el tercer lugar (19%) como los más susceptibles de corrupción.

“Los delitos de nepotismo, malversación de fondos públicos, abuso de posición, soborno y blanqueo de dinero fueron las formas más comunes de corrupción”, señaló AMAN en su encuesta.

El 69% de los palestinos también se quejó de la corrupción en el poder judicial palestino.

Según la encuesta, el 53% de los palestinos cree que la corrupción aumentó durante 2020. Otro 55% dijo que cree que la corrupción seguirá aumentando en 2021.

La encuesta también reveló que muchos palestinos no confían en los esfuerzos para combatir la corrupción. Los palestinos también dudan de la independencia de la Comisión Anticorrupción Palestina (PACC) y creen que está bajo la influencia de los dirigentes palestinos.

“Un alto índice de ciudadanos está insatisfecho con los esfuerzos de lucha contra la corrupción y no confía en la independencia de la PACC debido a la interferencia e influencia de la Autoridad Ejecutiva en su trabajo”, según AMAN.

“El 85% de los ciudadanos de Cisjordania consideró que la eficacia del PACC en la lucha contra la corrupción era moderada o escasa. El 32% dijo que la razón principal de la ineficacia de la PACC es que los ciudadanos no han visto que los corruptos de alto nivel rindan cuentas seriamente, mientras que el 30% dijo que no es seria a la hora de pedir cuentas a los corruptos”.

Los resultados de la encuesta son significativos por dos razones.

En primer lugar, la encuesta coincidió con el anuncio de la administración Biden de su intención de reanudar la ayuda financiera a los palestinos. El mensaje que los resultados envían a la administración Biden y a otros donantes occidentales: Los fondos que están enviando a los líderes palestinos están siendo robados. Si quieren enviar dinero, deben asegurarse que el dinero no acabe en las cuentas bancarias privadas de los líderes palestinos.

En segundo lugar, los resultados de la encuesta se hicieron públicos cuando los palestinos se preparan para celebrar nuevas elecciones generales en los próximos meses. Si, como muestra el sondeo, la mayoría de los palestinos sigue viendo a sus líderes como corruptos, esto significa que es probable que los rivales de Abbas en Hamás vuelvan a ganar la votación.

En 2006, los candidatos de Hamás se presentaron a las elecciones parlamentarias con una lista denominada Cambio y Reforma.

La lista prometía acabar con la corrupción masiva en la Autoridad Palestina; esa fue una de las dos principales razones por las que Hamás ganó las elecciones parlamentarias. La lista también prometió continuar la “resistencia armada” contra Israel. Esa fue la otra razón, y lo seguirá siendo.

Todo esto significa que, si se celebran las elecciones generales, Hamás está en camino de conseguir otra victoria fácil.

Para evitar este escenario, el gobierno de Biden y los donantes occidentales deben condicionar la ayuda financiera a las reformas y al fin de la corrupción financiera y administrativa en la AP. Si no lo hacen, Hamás se alegrará y se asegurará la victoria en las próximas elecciones parlamentarias.

Bassam Tawil, árabe musulmán, se encuentra en Oriente Medio.

 
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