B’H
Números 1:1-4:20
En el Desierto del Sinaí, Di-s ordena realizar un censo de las doce tribus de Israel. Moshe cuenta 603.550 hombres de entre 20 y 60 años; la tribu de Levi es contada aparte, totalizando 22.300 hombres de un mes de edad en adelante. Los Levitas debían servir en el Santuario, reemplazando a los primogénitos, a cuyo número se aproximaban, por haber sido estos últimos descalificados por su participación en la idolatría del Becerro de Oro. Los 273 primogénitos que no tenían un Levita que los reemplace, debían pagar un “rescate” de cinco shekel para ser redimidos del servicio.
Cuando el pueblo levantaba su campamento para viajar, los tres clanes Levitas desmantelaban y transportaban el Santuario, para luego rearmarlo en el centro del próximo campamento. Luego erigían sus propias tiendas a su alrededor: los Kehatitas, quienes cargaban sobre sus hombros los utensilios del Santuario (el arca, la Menorá, etc.) en sus coberturas especialmente diseñadas a tal efecto, acampaban en el sur; los Gershonitas, a cargo de los tapices y cortinas, al oeste; y las familias de Merarí, que transportaban los paneles de las paredes y los pilares, al norte. Frente a la entrada del Santuario, hacia el este, estaban las tiendas de Moshe, Aarón y sus hijos.
Más allá del círculo de los Levitas, las doce tribus acampaban en cuatro grupos de tres tribus cada uno. Hacia el este estaban las tribus de Iehuda (74.600 hombres), Isajar (54.400 hombres) y Zvulún (67.400 hombres); al sur Reubén (46,500 hombres), Shimón (59,300 hombres) y Gad (45,650 hombres); al oeste Efraím (40,500 hombres), Menashe (32,200 hombres) y Biniamin (35,400 hombres); y al norte Dan (62,700 hombres), Asher (41,500 hombres) y Naftalí (53,400 hombres). Esta formación también era mantenida mientras viajaban. Cada tribu tenía su propio nasí (príncipe o líder), y su propia bandera con el color de la tribu y su emblema.
LA FESTIVIDAD OCULTA
El 15 de Nisan es Pesaj, la Fiesta de la Libertad. El 1 de Tishrei es Rosh HaShaná, el Día del Juicio. El 10 de Tishrei es Iom Kipur, el Día del Perdón. El 15 de Tishrei es Sucot, la Fiesta de las Cabañas. ¿Y en qué fecha es Shavuot, el Día de la Entrega de la Torá? Es extraño, el día más importante, quizás, del calendario ¡NO TIENE FECHA FIJA! Solo un indicio, contar 49 días desde el día siguiente de la salida de Egipto y en el día 50 es Shavuot. Y la explicación es simple, todas las festividades son en recuerdo de algo que Di-s hizo o hace por nosotros: sacarnos de Egipto, crear el mundo, perdonar, las Nubes de Gloria. Pero no debemos esperar que la Torá nos sea dada como regalo, debemos esforzarnos por obtenerla, salir de las limitaciones de nuestro Egipto personal y elevarnos espiritualmente. Sólo así podemos decir que nos fue entregada la Torá.
Los Diez Mandamientos
Por Yossy Goldman
A menudo escucho que alguien dice: «bueno, en realidad no soy demasiado religioso, pero sí mantengo los Diez Mandamientos». En esos momentos me vienen ganas de decir: «Realmente, ¿tú sabes que los Diez Mandamientos no son de múltiple opción…?» A veces me pregunto si las personas que hacen esta afirmación saben realmente qué son los Diez Mandamientos. ¿Por qué no hacer un repaso de la lista para que todos tengamos una mejor idea del puntaje que podemos obtener?
1) Yo soy el Señor tu Di-s. En esencia, este es el mandamiento que nos ordena creer en un Di-s. Tengo total confianza que, en lo que respecta a este mandamiento, todos obtendremos buenas calificaciones.
2) No habrá para ti otros dioses delante de Mí. Muy bien, así que no tienes por costumbre hacer una reverencia ante ese busto de Buda que está colocado en el living de tu casa. La pregunta que surge es: en primer lugar, ¿debería estar ahí? Y, ¿no es interesante que en la actualidad estén teniendo lugar esos certámenes de ídolos a lo largo de todo el mundo? Además, por supuesto, están todos esos bien arraigados ídolos contemporáneos que tendemos a comernos con los ojos y venerar; celebridades como Brad Pitt, Madonna o Donald Trump.
3) No tomarás en falso el nombre del Señor. Acá no se trata solamente de dejar de beber o de prestar el juramento en el juzgado. ¿Qué pasa con las palabrotas que usamos en la calle? ¿Cuántas malas palabras de primera calidad hay en tu vocabulario? Y, ¿por qué hay que meter a Di-s en estas expresiones gráficas?
4) Recuerda el día sábado para santificarlo. Es interesante que los Diez Mandamientos figuren dos veces en la Torá. En Éxodo, el cuarto Mandamiento comienza con Zajor.
Guardarás el día sábado para santificarlo. En el libro de Deuteronomio dice: «Observa el Shabat». Y, el mandamiento de «Recordar» se logra a través de actos positivos como el Kidush, el encender las velas, etc. El de «Observar» para guardarlo (Shamor) de toda profanación, es la parte difícil que puede llegar a limitar nuestros estilos de vida. Es aquí que interviene el verdadero compromiso.
5) Honra a tu padre y a tu madre. Muchas personas cumplen, por cierto, de manera ejemplar con esta mitzvá. Admiro a los hijos, hijas, y a menudo parientes políticos, que se ocupan y atienden las necesidades de un anciano padre o pariente político. Ellos cocinan, les siguen la corriente y a menudo aguantan a viejitos irritables, malhumorados. A medida que pasa el tiempo este mandamiento parece ser más difícil de cumplir. A pesar de esto, la Torá no hace distinciones basadas en la edad. Es nuestra responsabilidad cuidar a nuestros padres cuando dependen de nosotros, igual que nos cuidaron cuando dependíamos de ellos.
6) No matarás. Correcto. Acá tenemos otro mandamiento fácil de cumplir. Estoy seguro que ninguno que esté leyendo este artículo mató a alguien. Pero alguna vez pensaste hacerlo, casi llegaste a hacerlo pero, al fin y al cabo, los judíos no somos del tipo asesino. Sin temor a equivocarnos podemos anotarle un punto a un mandamiento más.
7) No cometerás adulterio. Correcto. Por supuesto.
8) No robarás. En rigor, esto se refiere en particular a los secuestros. Sin embargo, se aplica a todo lo que tiene que ver con robar, incluso a los métodos «de guante blanco».
9) No darás falso testimonio contra tu prójimo. ¿Cuán honestos somos? Incluso, sin estar bajo juramento, nuestra palabra debería ser sagrada. Recuerdo una oportunidad en que un viejo rabino fue presentado ante un grupo de estudiantes universitarios simplemente como «un hombre que nunca dijo una mentira». ¿Cuántos de nosotros podría hacer esta afirmación?
10) No codiciarás los bienes de tu prójimo. Éste tampoco es sencillo. El comentario define a este mandato como la prohibición de acosar a alguien, o de manipular la situación, con el fin de adquirir -incluso legalmente- aquello que le pertenece a otra persona. Procúrate algo propio. ¿Por qué tiene que ser su cónyuge, casa o auto?
Bueno, ahora está dicho. ¿Obtuviste el puntaje más alto? ¿Pasaste, o estás en la categoría del cuarenta por ciento o menos? ¿Verdad que vale la pena seguir trabajando el tema de los Diez Mandamientos?
Ojala que todos podamos mejorar nuestro puntaje para algún día, justificadamente, poder afirmar que sí, que realmente observamos los Diez Mandamientos. (www.es.chabad.org)
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