Como sucede con cada guerra de agresión de Hamas contra Israel, surgen voces en la judería diaspórica anhelantes de hacer saber públicamente sus disidencias con la respuesta militar de Jerusalem. Al parecer preocupadas por la asociación que la sociedad pueda hacer entre su identidad judía y las acciones del estado judío, que ellas reprueban, se aseguran de marcar su propia línea en la arena; y publicitarla. Su postura es invariablemente clara: el espartano Israel no los representa.
Así, durante la última confrontación, el Llamamiento Argentino Judío emitió un comunicado de condena a Israel. Sí, incluyó también un rechazo a la agresión de Hamas y lamentó la muerte de civiles “a ambos lados de la frontera”. Pero el corazón del texto apuntaba contra Israel y, de paso, contra “voces judías argentinas de carácter reaccionario y discurso alineado con la derecha israelí”. Repudiaban las expresiones de antisemitismo que afloraron mundialmente a raíz del conflicto, manifestaban su identificación con los sectores pacifistas israelíes y palestinos “muchas veces silenciados e invisibilizados” y pedían por un cese de hostilidades “desde una profunda identidad judía humanista”.
Lo que llamó mi atención de este comunicado no fue su contenido, más bien típico, sino una agrupación específica que sumó su firma: Judíes Feministas. Intrigado, indagué en internet. El buscador de Google devolvió muy poca información útil. Su página oficial de Facebook no muestra mucho más que su logo institucional -un pañuelo verde con una diminuta Estrella de David negra en el centro- y se ve que cuenta con poco más de cincuenta seguidores. La data más relevante a los efectos de conocer a esta agrupación era una entrevista del año pasado publicada en la revista Mantis, titulada “Reparar el mundo. Entrevista a Judíes Feministas” en la cual la entrevistadora Lucía Lago conversaba con dos referentes del grupo, las hermanas Libertad y Delfina Averbuj. A lo largo del texto se detallaba que el colectivo fue fundado en 2019 y narraba sus orígenes espontáneos en un chat de WhatsApp y algunas reuniones incipientes en el hogar de una rabina reformista. De esa charla surgían algunas definiciones que permitían conocer un poco las ideas que animaban a las Judíes Feministas en torno a su percepción del judaísmo e Israel.
“Entendemos al judaísmo como una cuestión mucho más cultural y no tanto como una cuestión religiosa per se” decía Delfina, “A mí me pasó que me peleé mucho con mi judaísmo… Quise romper con todo eso. Veía que se cerraba, que tenía una visión muy de derecha, y no quise saber nada más”. Con el tiempo, “Fui conociendo otres compañeros y compañeras judíes de izquierda que tenían otra visión más parecida a la mía, y de repente creo que todo eso concluyó en Judíes, con todes estes compañeres que veníamos justamente bastante hartes de toda esta situación”. Así, Judíes Feministas “es el espacio de poder ser vos con tu judaísmo y sentirte cómoda, cómode con eso”.
Las hermanas ofrecían otros pronunciamientos. “Le judíe de izquierda en Argentina tuvo un gran peso en nuestra política… muches de les grandes pensadores de izquierda eran judíes”. Algo que en su mirada también se dio en Israel, “quiénes fueron les primeres ministres en los comienzos. Siempre fue la izquierda la protagonista”. Además: “Les grandes pensadorxs de principios del sionismo eran todes de un carácter de izquierda”. Aunque no haría falta aclararlo, ellas afirmaban: “No concordamos en general con las políticas de gobierno de Netanyahu”. Según la entrevistadora, ello explicaba en parte el surgimiento de Judíes Feministas: la imposibilidad de sentirse identificadas con las instituciones de la comunidad judía, “Por varias cosas, ya sea por machismo o por una visión muy de derecha”. Pero aclaraban “No es que no somos sionistas, simplemente no nos interesa discutir la temática cuando hay otras que capaz nos atraviesan más”.
Aquí uno puede legítimamente preguntarles: ¿entonces, para qué sumar su firma públicamente a un comunicado politizado sobre el conflicto palestino-israelí?
En cierto punto, Libertad planteaba que “La mujer está oprimida, pero dentro de esas opresiones siempre hay más opresiones” y ofrecía una reflexión acerca del movimiento estadounidense Black Lives Matter: “Hay un montón de judíes negres, y constantemente son invisibilizades. Está la visión de le judíe ashkenazí, pero apenas está la visión de les judíes sefaradíes”. Acotaba Delfina: “Y ni hablar de le judíe africane, de Etiopía o de Uganda, o de una familia mixta”. “Y mucho menos le judíe latinoamericane” señalaba Libertad. Al fin de cuentas, sostenía Delfina, “el feminismo no puede ser un privilegio para las mujeres blancas”.
¿Y qué, entonces, sobre la mujer palestina en Gaza? ¿Algo para comentar sobre la Carta de Alá de Hamas que plantea que las mujeres musulmanas son importantes porque “fabrican hombres y juegan un gran papel en la orientación y educación de la [nueva] generación”? ¿Conocen la discriminación política, legal, económica y social de la mujer bajo el gobierno fundamentalista de Hamas? ¿Saben estas feministas que según la ley islámica, la cual Hamas aplica en gran medida, el testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre? ¿O qué las leyes del adulterio discriminan por género, con penas mucho más severas para la mujer infiel que para el hombre infiel? ¿Están familiarizadas con el denominado `código de la modestia´ que Hamas intentó codificar legalmente, que restringe libertades básicas a las mujeres gazatíes? ¿Saben que ellas deben usar el velo incluso en las playas? ¿O que el ´código de la modestia´ les prohíbe conducir motocicletas, fumar en público, dejarse atender por un peluquero masculino e incluso presentar denuncias de incesto? ¿Leyeron el Informe ONU Mujeres (2018) el cual reportó que el 50% de las mujeres palestinas y el 63% de los hombres palestinos estuvieron de acuerdo en que una mujer debe tolerar la violencia para mantener unida a la familia?
Estas judías feministas argentinas son políticamente marginales. Pero ya que decidieron expresar su preocupación por la situación humanitaria en Gaza y por el bien de la coherencia moral, no estaría mal un comunicado próximo sobre el papel del feminismo palestino y el estatus de la mujer en la Franja. Con lenguaje inclusivo, por supuesto.
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