El texto que reproducimos a continuación no lo escribimos ahora sino que fue publicado en la página editorial de la edición impresa de Semanario Hebreo el 3 de agosto del 2006, en medio de la guerra en Líbano provocada por un masivo ataque de misiles de Hezbola hacia el norte de Israel y el ataque a una patrulla del ejército que recorría el lado israelí de la frontera. En ese ataque fueron muertos dos soldados, otros resultados heridos, y otros dos secuestrados a Líbano. Dos años más tarde, al devolverse sus cuerpos, quedó claro que el cruento saldo de aquel ataque había sido mucho mayor aún de lo pensado.
Pocos días antes de escribir estas líneas, en un ataque israelí a fuentes de fuego de Hezbola hacia Israel, murieron numerosos civiles en la localidad Kafr Kana. Claro está que los terroristas acusaron a Israel de atacar población civil. Israel, evidentemente, no tenía noción ninguna de la presencia de dichos civiles en el lugar.Al parecer, los terroristas habían concentrado allí a gente con discapacidad que no podían huir, para tener luego imágenes de horror.
Cuesta hasta escribir estas líneas.
Esto es lo que escribimos en su momento. Dado que la crueldad del terrorismo no desaparece en absoluto, nos parece que este texto es relevante también hoy.
Evidentemente, los nombres mencionados, eran de quienes ostentaban distintos cargos en aquel momento
Dos escenas de una caricatura publicada recientemente en la prensa israelí resumen una de las problemáticas más claras en la guerra contra el terrorismo, desde el punto de vista de Israel. De un lado, un individuo -que, a juzgar por la kefia que lo envuelve, se supone que es un terrorista árabe- hace reproches a su compañero, ubicados ambos junto a un lanzador de cohetes. «¡Había allí una familia entera! ¡¿Cómo pudiste errarle?!», pregunta enojado. Del otro, un oficial israelí da una reprimenda a su soldado: «¡Había allí una familia entera! ¡¿Cómo pudiste disparar?!».
Es, claro está, muy simplista, pero plantea claramente el punto central de lo que Israel sostiene en su enfoque: no niega que mueran civiles inocentes cuando sus fuerzas combaten el terrorismo, pero esa no es jamás la intención.
Somos conscientes de que publicar estas líneas pocos días después de la muerte de civiles en la localidad de Kafr Kana, en territorio libanés, puede parecer problemático o casi atrevido. Pero sin olvidar ni por un momento que la muerte de esos civiles, especialmente de los niños, es algo terrible , hay dos cosas que esa tragedia no hace desaparecer: el hecho que Israel se ve obligado a librar una guerra que le ha sido impuesta y el hecho que inclusive si Israel disparó hacia el edificio que se desplomó en Kana, la responsabilidad primordial recae sobre Hizbala, que usa a los civiles cínicamente y luego grita su “horror” por la muerte de los mismos.
En el caso de Kana, hay elementos más espeluznantes todavía.Y los aclaramos, sin pensar ni por un momento que por los crímenes de los terroristas, Israel tiene que desentenderse de los resultados. No, no debe hacerlo.Y tampoco lo hace.
Ante todo, Israel sostiene que no tenía información alguna sobre la presencia de los civiles en el edificio en cuestión. Resulta, por decirlo delicadamente, sorprendente, que en una zona evacuada, en la que durante varios días Israel había lanzado desde el aire volantes advirtiendo a la población salir del lugar porque era zona de disparos que sería atacada , justamente en un solo edificio haya habido tanta gente.
Y en los últimos días, se multiplican las informaciones provenientes desde Líbano, según las cuales todos los muertos eran mujeres y niños con serias deficiencias, incapaces al parecer de salir corriendo. ¿No había hombres? Extraña la concentración de gente indefensa en ese lugar….¿Se habían ido todos los hombres y habían dejado allí a sus mujeres y niños?
Nos llegó del Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, un video impresionante, en el que se ve claramente cómo alguien -evidentemente se trata de miembros de Hizbala- dispara cohetes una y otra vez, desde Kafr Kana, en un espacio abierto casi pegado a las casas del pueblo, y luego huye en dirección a la zona habitada. No sólo eso, sino que entra con el camión con el lanza-cohetes a un garage en la zona de las casas y allí toma refugio, después de haber disparado hacia el norte de Israel.
Los grupos terroristas utilizan intencionalmente a los civiles, actuando de modo que no sólo los expone a riesgos que podrían haber sido evitados, sino que a través de ellos atacan a civiles de Israel. Para este país, cuando mueren civiles del «otro lado», ello siempre es producto de errores fatales, mientras que cuando mueren civiles israelíes, ello se debe a ataques intencionales de los grupos terroristas.
«Es terrible que mueran inocentes y, más aún, que mueran niños, y no es lo que deseamos», dijo la ministra de Educación y Cultura de Israel, Yuli Tamir. «Pero sería importante que el mundo recuerde que los terroristas utilizan a los civiles para esconderse y que disparan contra nuestros jardines de infantes, desde los jardines de infantes y las viviendas de los libaneses».
El gobierno israelí señaló que no habría disparado contra el edificio, de haber sabido que allí había civiles.» «Esa no es nuestra forma de actuar», afirmaron fuentes oficiales. Voceros militares dijeron que aunque ello contradecía el efecto de sorpresa en cualquier operativo, el ejército había advertido desde hacía varios días a la población de que abandonara sus casas y aldeas en dirección al norte del río Litani, a fin de no estar en medio del fuego que se abriría contra el lugar, debido a que desde allí se dispara hacia Israel.
Desde el aire, fueron lanzados numerosos volantes con la advertencia explícita, en árabe, acompañada de un dibujo en el que un individuo que parece representar al jefe de Hezbollah se esconde detrás de civiles atados, imposibilitados de moverse.
El periódico australiano “Herald Sun” publicó un artículo en el que revela fotografías elocuentes que alguien logró sacar de Líbano y que dejan en claro nuevamente cómo Hizbala ataca mezclándose entre la población civil. Las imágenes muestran a los miembros de Hizbala, vestidos de civil-con lo cual se mezclan luego fácilmente entre la población-, utilizando zonas habitadas como escenario de disparo de cohetes . Estas fotos, según cuenta el rotativo australiano, fueron tomadas en la zona cristiana de Wadi Chahrur al este de Beirut. Imaginamos la alegría de Hizbala si en una respuesta israelí que trate de neutralizar el fuego, mueren cristianos, cuyas imágenes puede luego Beirut mostrar , con falso espanto, al exterior.
“Falso espanto” ,escribimos recién. El espanto es verdadero, y no falso, cuando miramos-nosotros, no Hizbala, ya que a ellos no les importa- el daño sufrido por Líbano y el sufrimiento de los civiles.
Pero más allá de recordar que Israel se vio empujado a esta guerra, es imperioso recordar que hay sufrimiento también del lado israelí, sin que lo haya buscado. La enorme diferencia entre la cantidad de muertos en Líbano y en Israel, no se debe a que Hizbala no haya querido matar civiles, ya que bien sabemos que los buscan a ellos, intencionalmente. La gente se resguarda, hay desplazados israelíes que buscaron refugio más al sur. Es , como nos dijo anteayer el Dr. Shajar (Ricardo) Raviv, traumatólogo de origen argentino del hospital de Naharia, casi un milagro.”Con cada uno de los cohetes que Hizbala disparó, podría haber matado a centenares de personas o más, pero tuvimos suerte. Cada uno, podría haber sido una catástrofe y ellos los disparaban con esa intención”. Nos lo contaba mientras recorríamos el piso 4 del hospital, Departamento de Oftalmología, varias de cuyas piezas quedaron destruidas días atrás por una katiusha. Días antes, por orden del Director del hospital, el Profesor Shaul Shasha, todo había bajado a la parte subterránea construida para cualquier eventualidad. La katiusha, que destruyó habitaciones, paredes, camas, no mató a nadie. Pero su intención, era clarísima.Y así, dos mil veces.
El individuo que logró sacar las fotos fuera de Líbano-y pidió mantenerse en el anonimato, por razones obvias- declaró que hasta el disparo de los cohetes, no había habido ningún ataque israelí en esa zona .Después de los cohetes, el lugar quedó totalmente destruido por aviones israelíes.
Claro, uno puede preguntarse si por unos cohetes, tienen que destruir una calle o un barrio entero. Pero también cabe preguntarse, qué alternativas tiene un país cuya población civil es atacada .¿Acaso alguien concibe que la opción realista sería ofrecer negociaciones a Hizbala? ¿O pedirles por favor que paren, para que no mueran civiles de ningún lado?
En una pieza escrita por el Asesor legal de la Cancillería israelí, Daniel Taub, el autor sostiene que el Derecho Internacional reconoce que un hecho trágico en conflictos armados, es que civiles corren riesgo de morir o resultar heridos, también en el curso de acciones militares legales.
Pero quizás uno de los puntos más claves en la discusión actual a raíz de la guerra Israel-Hizbalá, es el tema de la proporcionalidad y el argumento de que al reaccionar «desmesuradamente», Israel ha afectado innecesariamente a la población civil. Más allá de recordar que aeropuertos, vías de comunicación y sitios usados como depósitos de armas o espacios para lanzar ataques, son siempre considerados blancos legítimos, Daniel Taub sostiene que las cosas deben ser vistas en un marco amplio. El asesor legal del Ministerio de RREE de Israel cita a Rosalyn Higgins, Presidenta de la Corte Internacional de Justicia: la proprocionalidad no puede ser en relación a ningún ataque específico previo, sino en relación al legítimo objetivo general de poner fin a la agresión. En otras palabras: el derecho a la autodefensa no se refiere sólo a pasos a dar para impedir una amenaza inmediata, sino para impedir también los futuros.
En este sentido, afirma Israel, el tema va mucho más allá del secuestro de dos soldados israelíes y la muerte de otros ocho en la frontera entre Israel y Líbano-del lado israelí de la misma- por parte de Hizbalá, hace ya más de tres semanas. También va más allá de los casi 2000 misiles disparados ya contra Israel. Los operativos israelíes deben tomar en cuenta los 12.000 misiles o más que tiene Hizbalá en su poder y todos los que Irán y Siria, pueden seguir proporcionándole.
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