El Ministro de Salud de Israel Nitzan Horowitz
El Ministro de Salud de Israel Nitzan Horowitz lanzó este lunes un nuevo proyecto para intensificar la vacunación a nivel nacional y lograr que se inocule la mayor cantidad posible de los 1.080.000 ciudadanos que aún no lo han hecho, a pesar de que la vacuna es accesible gratuitamente y sin distinción ninguna a todos.
Muy simbólicamente, el primer paso fue el anuncio que formuló al respecto en la ciudad árabe israelí Kfar Qassem, ya que un alto porcentaje de la ciudadanía árabe aún no se ha vacunado.
En el marco del redoblado esfuerzo nacional, estaciones móviles de vacunación del Ministerio de Salud y Magen David Adom (el equivalente israelí de la Cruz Roja) llegarán directamente a barrios a lo largo y ancho del país en los que el porcentaje de vacunados con primera y segunda dosis es muy bajo.
El operativo lleva un nombre que es un interesante juego de palabras. Dice «Mivtsá jisún nimrátz», que traducido literalmente significa «operativo de vacunación intensiva», asociado automáticamente a «tipul nimrátz», que es sala de cuidados intensivos.
Según un comunicado oficial del Ministerio, el trabajo se hará en base a una investigación a fondo recién realiza, mapeando las zonas relevantes según las localidades y hasta los barrios más problemáticos en cuanto a cantidad de vacunados.
La investigación se lanzó, recabando datos durante el mes en curso, para saber cómo y dónde intensificar el esfuerzo de esclarecimiento , de acuerdo a la problemática en cada sector.
¿Quiénes no se han vacunado con la primera y segunda dosis aún?
Las tres características principales de los no vacunados son:
-la pertenencia a sectores de bajo nivel socio-económico
– Jóvenes entre 12 y 39 años
– Población sectorial, como árabes y ultraortodoxos (haredim)
El 53% de los no vacunados, son ciudadanos de nivel socio-económico bajo en la población general.
El 31% de los no vacunados son ciudadanos árabes israelíes y el restante 16% son ciudadanos del sector haredi, o sea el ultraortodoxo judío.
Las localidades en las que se registra el mayor nivel de vacunación son Savion, Kfar Shmariahu y Omer, considerados en efecto de alto nivel socio-económico. Aquellas en los que el nivel de vacunación es el más bajo, son las aldeas beduinas Kseife, Hura y Al Qasum en el sur del país. Al respecto es importante señalar que inciden también elementos culturales y de desarrollo social. Días atrás, en una entrevista especial, Haim Rafalowski de Magen David Adom recordó a este portal que precisamente por ese aspecto, los beduinos del sur, considerados una sociedad muy conservadora, se han vacunado mucho menos que los beduinos del norte de Israel.
De acuerdo al análisis de la investigación, hay una correlación directa entre el nivel de vacunación y el nivel socio-económico de la población. Cuanto más bajo es el nivel socio-económico, menos vacunados hay en su seno.
“Yo no voy a renunciar a los grupos que se vacunan menos”, recalcó el Ministro Horowitz. Cabe recordar que la vacuna es absolutamente gratis para todos los ciudadanos de Israel y es accesible a la población entera en todo el país, a cada uno en su caja de seguro médico, sin distinción de ningún tipo entre los diferentes componentes de la sociedad.
“Este hecho es un ejemplo histórico de la importancia esencial que tiene la reducción de las direrencias sociales y la intensificación de la solidaridad social”, declaró el Ministro.
Contrariamente a lo que a veces se tiende a pensar , la explicación central de la gran cantidad de ciudadanos aún no vacunados aunque ya tienen edad de hacerlo-más de un millón-no pasa por la influencia de los opositores a las vacunas sino más que nada por su ubicación en la periferia geográfica y social. Esto, aunque en todo el país hay clínicas a las que cualquiera pueda acceder.
“Yo no voy a renunciar a esta gente”, recalcó el Ministro de Salud. “Traeremos las vacunas hacia ellos, a los barrios, a las calles,a domicilio. No es sencillo, pero en la lucha contra la pandemia, esto puede ser algo que cambie todo y combata la desigualdad”. Horowitz recalcó que “el mapa de la vacunación no es sólo un mapa de salud sino también social, ya que las diferencias sociales crean diferencias en la motivación a vacunarse, lo cual perjudica la salud de toda la población”.
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