1. La masacre de Babi Yar fue la mayor masacre nazi de la época.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi y la Unión Soviética firmaron un pacto de no agresión. Los nazis quebraron su pacto el 22 de junio de 1941, cuando lanzaron la Operación Barbarroja, un ataque sorpresa a la Unión Soviética.
Cuando comenzó la operación Barbarroja, la ciudad ucraniana de Kiev contaba con una población de alrededor de 230.000 judíos. Muchos eran refugiados de Polonia que habían huido hacia el este buscando una relativa seguridad. Los hombres judíos de Kiev se unieron de forma masiva al ejército soviético para luchar contra los estragos nazis. Las fuerzas nazis llegaron a Kiev en setiembre de 1941. Para ese momento, casi toda la población judía de Kiev consistía en mujeres, niños, ancianos y enfermos. Sobre esos judíos aterrorizados e indefensos los nazis descargaron su brutal máquina asesina.
Las víctimas antes de ser ejecutadas en Babi Yar, en las afueras de Kiev, setiembre 1941
El 28 de setiembre de 1941, en la víspera de Iom Kipur, llegó un anuncio estremecedor a todos los distritos de Kiev: «Todos los judíos de la ciudad de Kiev y sus alrededores deben presentarse el lunes 29 de setiembre de 1941 (Iom Kipur) a las 8 de la mañana en la esquina de las calles Melnikova y Dokhterivskaya, cerca del cementerio. Traer documentos, dinero y objetos de valor, también ropa abrigada, sábanas, etc. A cualquier judío que no siga esta orden y sea encontrado en otro lado, se le disparará…»
Enfrentando la muerte si no cumplían la orden, y con la esperanza de que tal vez simplemente los transfirieran a otro lado y no los dañaran, los judíos de Kiev hicieron lo que les ordenaron.
Los judíos fueron obligados a acercarse al borde del barranco y a quitarse la ropa, entonces los fusilaron. Sus cuerpos cayeron al precipicio.
Los judíos fueron obligados a ir hacia un costado del pueblo, donde había un profundo barranco natural llamado Babi Yar («Babi» significa abuela y «Yar» barranco. Durante siglos, en esa área escarpada hubo campamentos militares, monasterios y cementerios, incluyendo un cementerio judío).
Una división nazi entera, el Sonderkommando 4a, liderado por el criminal de guerra nazi Coronel Paul Blobel, fue enviado para asesinar a los judíos de Kiev. Los judíos fueron obligados a acercarse al borde del barranco y a quitarse la ropa, entonces los fusilaron. Sus cuerpos cayeron al precipicio. Una fuerte música y los aviones que sobrevolaban la zona ahogaron los gritos de las víctimas. Durante dos días, el 29 y 30 de setiembre de 1941, 33.771 judíos fueron asesinados en Babi Yar. Esa fue la mayor masacre nazi hasta ese punto de la guerra.
2. Hubo testigos
La redada y el asesinato de los judíos de Kiev no tuvo lugar al amparo de la oscuridad. Una residente no judía de Kiev, una maestra llamada L. Nartova, escribió en su diario el 29 de setiembre que vio a decenas de miles de judíos de Kiev que eran detenidos y obligados a marchar hacia el barranco en las afueras de la ciudad:
Salí al balcón. Vi que una multitud de judíos caminaba por la calle, custodiados por cuatro policías. Eran de diferentes edades, pero la mayoría eran ancianos. Caminaban lentamente y con rostros tan lastimosos que era difícil mirarlos. Todos parecían estar enfermos. Por detrás traían a tres mujeres en carretillas. Sus piernas caían hacia afuera y golpeaban el pavimento. Oh, qué horrible es vivir aquí, qué difícil es mirar esta escena.
También hubo presentes periodistas extranjeros que habían sido invitados a Kiev por los oficiales nazis para observar la «destrucción bolchevique» de las tropas soviéticas en Ucrania. De acuerdo con el renombrado historiador judío austríaco Raúl Hilberg, quien documentó meticulosamente los crímenes nazis, los periodistas extranjeros en Babi Yar emitieron un pedido oficial de información. Fueron ignorados. «Cuando (el funcionario local) negó todo, los periodistas le dijeron que de todos modos tenían información bastante exacta sobre lo ocurrido» (Citado en La destrucción de los judíos europeos, por Raúl Hilberg).
3. Sólo 29 judíos sobrevivieron a la masacre
Sólo sobrevivieron 29 judíos. Los recuerdos de estos testigos oculares describen un horror imposible de creer. Un sobreviviente de Babi Yar, Valentín Bubnov, relató la partida de los judíos del centro de la ciudad de Kiev en Iom Kipur y lo que les esperaba en el barranco en Babi Yar:
Multitudes de personas (judías) con los niños durmiendo en sus brazos (ya sea caminando) o en carros, llorando, ayudando de la mano a los ancianos, en corrientes que eran vertidas lenta y tristemente en ese río de la muerte, rodeado por todos lados por barreras anti tanques, alambre de púas, el muro del cementerio judío y los alemanes y los policías locales riéndose a carcajadas.
Más adelante, se desató el infierno… Los condenados fueron obligados a quitarse la ropa y les robaron sus objetos de valor. Sus documentos fueron destruidos en el acto y en grupos de 30 a 40 personas eran empujados a una estrecha cresta sobre la empinada montaña. Los niños eran arrojados vivos. Muchas personas enloquecieron y su cabello encaneció instantáneamente. Los gemidos y los llantos no cesaron durante tres días. Las ametralladoras no guardaron silencio durante tres días seguidos. Los cuerpos caían al fondo del barranco. Al final del día, los cuerpos eran cubiertos de tierra. Los verdugos no lograron asesinar a todas las personas en un día, por lo que los sobrevivientes (temporales) permanecieron tras un alambre de púas durante la noche y fueron ejecutados el día siguiente.
Con mis propios ojos vi ese horror.
Otra sobreviviente fue una actriz judía llamada Dina Pronicheva. A ella le dispararon y cayó al barranco, pero luego logró arrastrarse, salir, y evadir a los soldados nazis que montaban guardia afuera del pozo, disparando a cualquier sobreviviente que tratara de escaparse. Ella recordó:
Cada vez veía un nuevo grupo de hombres y mujeres, ancianos y niños que eran obligados a quitarse la ropa. Todos eran llevados hacia un pozo abierto donde les disparaban. Entonces traían otro grupo… Con mis propios ojos vi ese horror. Aunque yo no estaba cerca del pozo, escuchaba los espantosos gritos de pánico y las voces suaves de los niños clamando «Mamá, mamá…».
4. Finalmente 100.000 judíos y otras personas fueron asesinados en Babi Yar.
Durante más de dos largos años los nazis asesinaron personas en Babi Yar, arrojando sus cuerpos hacia el barranco. Los judíos eran llevados desde otras partes a Babi Yar para ser asesinados. Otros grupos de personas también fueron asesinadas en Babi Yar, incluyendo pacientes de un hospital psiquiátrico vecino, prisioneros de guerra soviéticos y civiles ucranianos. Los historiadores estiman que 100.000 personas fueron asesinadas en Babi Yar, 60.000 eran judíos. A los últimos prisioneros asesinados en el sitio les dispararon unas pocas semanas antes de que las tropas soviéticas tomaran el control del área el 6 de noviembre de 1943.
Los historiadores estiman que 100.000 personas fueron asesinadas en Babi Yar, 60.000 eran judíos.
5. Los crímenes de Babi Yar fueron cubiertos y olvidados.
Cuando el ejército soviético avanzó hacia Kiev en 1943, los nazis trataron de ocultar la evidencia de lo que había ocurrido en Babi Yar. Los prisioneros de los campos de concentración locales fueron obligados a llevar lápidas de un cementerio judío vecino hacia el barranco, donde las usaron para construir enormes piras. Los prisioneros fueron obligados a exhumar los cuerpos de miles y miles de personas y apilarlos sobre las piras.
El monumento en Babi Yar
Los oficiales nazis rociaron las piras con gasolina y les prendieron fuego. Las enormes llamas que quemaron la evidencia de las masacres fueron visibles en todo Kiev. Cuando los cuerpos fueron quemados, los prisioneros que habían sido obligados a efectuar ese trabajo macabro fueron fusilados y sus cuerpos y toda la evidencia de lo que había sucedido fue quemado y reducido a cenizas. Sólo 15 de esos prisioneros lograron sobrevivir y contar al mundo lo que habían hecho y lo que habían visto.
En los años posteriores al Holocausto, Babi Yar fue abandonado y los crímenes que allí ocurrieron fueron olvidados. En 1948, un judío soviético llamado Boris Brayin escribió sobre su visita al sitio:
Ese lugar, donde unas 100.000 personas fueron brutalmente asesinadas, está en un estado lamentable. Las vacas pastan allí, mientras puedes ver en medio los huesos dispersos. La bella cripta sobre Babi Yar se convirtió en un baño…
En 1961, el poeta ruso Yevgeny Yevtushenko escribió un famoso poema llamado Babi Yar, que comienza con las inquietantes palabras: «No hay ningún monumento sobre Babi Yar. Sólo un empinado acantilado como la lápida más ruda. Temo…»
La Unión Soviética erigió un monumento en Babi Yar en 1976, pero no especificó que la mayor cantidad de víctimas fueron judíos, sino que se refirieron sólo de forma genérica a las «víctimas civiles». Gran parte del barranco fue llenado con tierra. Después de que Ucrania declarara su independencia de la Unión Soviética en 1991, se erigió en el lugar un monumento con la forma de una menorá judía para el quincuagésimo aniversario de la masacre.
Al visitar Kiev en el 2016, la periodista Linda Kinstler describió un sitio prácticamente carente de conciencia histórica: «Hoy, Babi Yar es un popular lugar de encuentro local, con un campo de futbol improvisado y un parque infantil. Cuando visité el campo en una tarde soleada de verano, dos jóvenes ucranianos estaban sentados al borde del barranco fumando, con las piernas colgando sobre una pareja que estaba haciendo picnic, recostada abajo, en el valle…». Pocas de las personas con las que se encontró entendían la magnitud de lo que ocurrió en ese lugar.
El gobierno ucraniano planea abrir un complejo de recuerdo de Babi Yar que incluirá un museo, un centro de investigación y un monumento. El plan es inaugurarlo en el 2025 o 2026. En el 2021, parte del proyecto ya abrió: una estructura que se ve como una parte de una tradicional sinagoga europea, que ofrece a los visitantes una oportunidad de reconocer a los hombres, mujeres y niños judíos que fueron espantosamente asesinados en el lugar, y tal vez también inspire a algunos visitantes a rezar.
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