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| viernes marzo 29, 2024

MIKETZ 5782


B’H

Génesis 41:1-44:17

La prisión de Iosef termina cuando el Faraón sueña con siete vacas gordas que son tragadas por siete vacas flacas, y con siete espigas gordas tragadas por siete espigas delgadas. Iosef interpreta los sueños diciendo que significan que siete años de abundancia serán seguidos de siete años de hambruna, y aconseja al Faraón almacenar grano durante los siete años de abundancia. El Faraón nombra a Iosef como gobernador sobre Egipto. Iosef se casa con Asnat, hija de Potifar, y tienen dos hijos, Menashe y Efraím.

La hambruna se esparce por toda la región, y sólo se puede conseguir comida en Egipto. Diez de los hermanos de Iosef vienen a Egipto para comprar grano; el más joven, Biniamin, se queda en casa, porque Iaakov teme por su seguridad. Iosef reconoce a sus hermanos, pero éstos no lo reconocen a él; él los acusa de espías, insiste en que traigan a Biniamin para probar que ellos son quienes dicen ser, y pone prisionero a Shimón como rehén. Más tarde, los hermanos descubren que el dinero que pagaron por sus provisiones les fue misteriosamente devuelto.

Iaakov accede a enviar a Biniamin sólo después que Iehuda asume una responsabilidad personal y eterna por él. Esta vez Iosef los recibe amablemente, libera a Shimón, y los invita a una elegante comida en su casa. Pero luego introduce su copa de oro, supuestamente imbuida de poderes mágicos, en la bolsa de Biniamin. Cuando los hermanos parten a la mañana siguiente hacia su casa, son perseguidos, revisados y arrestados cuando se descubre la copa. Iosef ofrece liberarlos y retener sólo a Biniamin como su esclavo.

 

El Precio de un Almuerzo Gratuito

El Faraón se despertó, y se dio cuenta que [lo que había visto] era un sueño. Genesis 41:7

El contenido de los sueños del Faraón difería profundamente de los de José. El Faraón soñó con animales y producción pero no con trabajo. Los sueños de José, en cambio, comenzaron con una imagen de trabajo (los hermanos juntando gavillas en el campo).

Esto refleja la diferencia entre cómo D-os le provee sustento a la gente santa y malvada. D-os sustenta a la gente santa directamente, con una recompensa merecida por su trabajo honesto de alinearse a sí mismos con Su voluntad. En cambio, la gente malvada se resiste a la idea de la autodisciplina y el trabajo; por lo tanto D-os sólo los sustenta porque tiene que hacerlo para que sigan existiendo. Además, el sustento recibido sin esfuerzo es una bondad deficiente, dado que la naturaleza humana es tal que no aprecia sinceramente algo ganado sin esfuerzo.

Similarmente, cuando estamos tentados a pensar que podemos tener algo sin trabajar duramente, debemos darnos cuenta que dichas nociones surgen de nuestro lado no santo. También, cualquier cosa que recibimos “gratuitamente” está fallada o no durará.

(Likutei Sijot, vol. 3, págs. 805-810, 820-822) (www.es.chabad.org)

 

La Luminosidad de Ser

Por Yanki Tauber

 

«La luz al final del túnel.» «Tu enciendes mi vida.» «Es un iluminado.»

Si grabaras cada palabra pronunciada en las últimas 24 horas, probablemente encontrarías muchas referencias relacionadas con la luz.

Luz, brillo, fulgor – éstas son las metáforas que utilizamos cuando deseamos hablar sobre la esperanza, la sabiduría y bondad. La llama de la vela, el rayo de luz, el carbón resplandeciente – éstas son las imágenes en las que nosotros reconocemos nuestro anhelo por un mundo mejor, más sabio, más virtuoso, más espiritual.

Nos inspira el hecho de que un cuerpo luminoso como el sol, simplemente siendo lo que es, puede tener semejante efecto profundo en entidades tan lejanas, enriqueciéndolas con luz, calor moderado, energía y vitalidad. Nos inspira el hecho de que una llama diminuta puede desterrar la oscuridad de una habitación. En ese caso, no todo no está perdido. Si nuestras propias almas son «las velas de Di-s» (como Rey Salomón proclama en el Libro de Proverbios), entonces después de todo, no somos tan pequeños. El mundo aun puede transformarse. Todo lo que necesitamos es ser como somos de verdad, actuar con nuestra bondad innata, y la oscuridad se irá lejos.

Una vez por año, celebramos esta verdad. Durante ocho días y noches, celebramos el poder de la luz: en orden ascendente -una pequeña llama la primera tarde, dos llamas la segunda, tres en la tercera – encendemos la menorá de Janucá, recordando esa victoria milagrosa, hace 22 siglos, de la calidad sobre la cantidad, el espíritu sobre la materia, el coraje sobre el poder. Y rezamos por el día en que dichas victorias no sean «milagros» sino, la forma natural en la que Di-s conduce el mundo. (www.es.chabad.org)

 

“La alegría se encuentra un peldaño más arriba del llanto. El llanto abre portones, mientras que la alegría derriba murallas”

 

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