En este artículo se abordarán elementos importantes sobre la región que
son importantes de destacar para el año 2022, comenzando con la crisis política y social
del Líbano. Acá es importante señalar que este país está en uno de los momentos más
delicados en cuanto a su historia de las últimas décadas, quizás desde la Guerra Civil y
hasta el momento de la invasión y control israelí hasta el año 2000.
Su situación interna con una lucha sectaria, división política y una condición
económica paupérrima, hace que estén en una inestabilidad que podría empujarlos
nuevamente a un enfrentamiento entre facciones. Su crisis ha venido creciendo en los
últimos años y ahora se ha terminado de impulsar la situación negativa; una lira libanesa
devaluada, problemas con el Fondo Monetario Internacional, más lo mencionado en sus
divisiones políticas y religiosas.
Un país que ha sido empobrecido por políticos corruptos vinculados con actores
externos que han generado algún tipo de presión, como lo son la República Islámica de
Irán a través de la agrupación islamista Hezbolá, el Reino de Arabia Saudita entre otros
que han hecho y deshecho a gusto en el pequeño territorio de 10.452 Km2.
Se debe recordar además que a la situación política y social se le sumó la
explosión en el puerto de Beirut en el año 2020, que llegó a cobrarse la vida de más de
doscientas personas y generó profundos daños a la infraestructura de esta ciudad que es
central en la economía libanesa.
También el tema del PIB, que ha tenido una caída de un 40% hasta el año 2018,
y el crecimiento la inflación hasta el 200% en los últimos dos años. Siendo todo esto la
fórmula de una tormenta perfecta que eventualmente podría llegar a explotar y gestar
una crisis mayor en el territorio libanés, algo que se quiere evitar, pero que
definitivamente va encaminado a profundizarse conforme avanza el tiempo sin
resolverse adecuadamente.
Otro aspecto que seguirá siendo noticia no solo en el año 2022 sino hasta que se
llegue a un cambio definitivo, es el asunto relacionado con el conflicto entre palestinos
e israelíes, tema que no avanza, que mantiene su condición de imposible de resolver y
que se ha transformado profundamente con la llegada de nuevos actores, así como por
los cambios en la dinámica de este.
El cambio de mando en el gobierno israelí, anteriormente dirigido por
Netanyahu y hoy en manos de Naftalí Bennett, podría mantener la situación sin muchas
modificaciones y sin un avance importante en las negociaciones.
Quizás lo más trascendental en estos momentos es la escalada de violencia que
se viene gestando e incrementando desde los territorios de Judea y Samaria
(Cisjordania) contra israelíes que viven en los asentamientos, así como también los
ataques en otras ciudades gobernadas por Israel como Jerusalem y Haifa a manos de
terroristas impulsados por las agrupaciones islamistas palestinas del Hamas y la Yihad
Islámica.
Esta escalada es lo más significativo hasta ahora y tal vez la importancia del
crecimiento en la división interna palestina, tanto en la Franja de Gaza con el Hamas,
que cada vez se hace más fuerte políticamente hablando y que también está ganando
fuerza en los territorios dominados por Fatah donde el tema del liderazgo de Mahmud
Abbas, se ve cada vez más minado, muy desgastado y quien eventualmente será
sustituido, ya sea por un tema de la edad o por ser desacreditado a nivel interno.
Dentro de poco habrá mucha influencia externa para imponer un líder según los
intereses que tengan los actores importantes de la zona, de ocurrir la salida de Abbas en
el 2022 se incrementarían las luchas palestinas por hacerse con el poder de los
territorios que desde hace casi 20 años no logran tener un proceso electoral que los lleve
a decidir sobre sus líderes y, por el contrario, Abu Mazen y sus aliados han preferido
callar las voces opositoras a sus intereses y poder.
Otro tema, es lo relacionado con la crisis humanitaria de Yemen, que no da
pasos hacia atrás, sino que se mantiene dentro de esta misma condición lamentable,
principalmente para la población del país. Días atrás se dio un bombardeo contra el
aeropuerto en Saná, lo cual ha generado problemas para los vuelos humanitarios que
han sido suspendidos tras los ataques.
Durante los últimos meses, según exponen organizaciones ligadas a los derechos
humanos, los combates entre rebeldes y las fuerzas del gobierno se han ido
intensificando alrededor de la ciudad central de Saná y otras zonas que están
controladas por los hutíes. Eso ha profundizado el tema humanitario que no llega a un
final conveniente para los civiles.
Finalmente, para este análisis sobre el Medio Oriente se menciona el caso de
Siria. Hace algunos días se realizó otra cumbre de negociaciones en Astana, Kazajistán.
La idea de esta reunión es impulsar el retorno a una condición anterior en Siria y que
vuelva a estar controlado en su totalidad por el presidente Bashar Al Assad. Situación
que es respaldada por Rusia e Irán que tienen sus propios intereses sobre el territorio.
Desde el año 2011 el país está sumergido en una crisis interminable que lo ha
llevado a no poder mejorar su situación y que tenerlo en condición casi de Estado
fallido, técnicamente fraccionado tanto territorialmente como políticamente. En algún
momento estuvo controlado por fuerzas internas del país, hoy por diferentes actores
internacionales que dominan a estos grupos tanto sunitas, como chiitas, alauitas y a las
poblaciones kurdas en el Norte del territorio.
El Medio Oriente es una región de la que siempre hay algo que agregar, donde
algunos cambios se transforman en una especie de “efecto mariposa” donde el mínimo
cambio provoca desenlaces que modifican el comportamiento de algunos de sus actores.
En una segunda parte se analizarán otros aspectos que son importantes de mencionar
con respecto a la dinámica de la región.
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