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| jueves noviembre 21, 2024

ITRO 5782


B’H

Éxodo 18:1-20:23

El suegro de Moshe, Itró, oye sobre los grandes milagros que Di-s hizo por el pueblo de Israel, y viene desde Midián hasta el campamento Israelita, trayendo consigo la mujer de Moshe y sus dos hijos. Itró aconseja a Moshe nombrar una jerarquía de magistrados y jueces para ayudarlo en la tarea de gobernar y administrar justicia a la gente.

Los Hijos de Israel acampan frente al Monte Sinaí, donde son informados que Di-s los ha elegido como su “nación de sacerdotes” y “nación santa”. Las personas responden proclamando “Todo los que Di-s dijo, lo haremos”.

En el sexto día del tercer mes (Sivan), siete semanas luego del Éxodo, toda la nación de Israel se reúne al pie del Monte Sinaí. Di-s desciende sobre la montaña en medio de truenos, rayos, humo y los sonidos del shofar, y manda a Moshe ascender.

Di-s proclama los Diez Mandamientos, mandando al pueblo de Israel a creer en Di-s, no adorar ídolos o mencionar el nombre de Di-s en vano, observar el Shabat, honrar padre y madre, no matar, no cometer adulterio, no robar, no dar falso testimonio ni desear la propiedad del prójimo. La gente dice a Moshe que la revelación es demasiado fuerte para soportarla, rogándole que reciba la Torá de Di-s y luego la transmita a ellos.

 

ELLAS SON LA ESENCIA

 

«Habla a la casa de Jacob, y di a los hijos de Israel» (Éxodo 19:3). La «casa de Jacob», explican nuestros sabios, son las mujeres; «los hijos de Israel», los hombres.

Cuando Di-s dio la Torá hizo una distinción entre las mujeres y los hombres. A las mujeres simplemente había que transmitirles la Torá, sin agregados, en cambio a los hombres había que explicarles.

¡No! ¡No se trata de una expresión de machismo!

Aunque no lo crean, esto expresa la superioridad espiritual de la mujer con respecto al hombre. La mujer es la esencia, es el espíritu. No necesita que le expliquen la palabra de Di-s, la tiene incorporada en su ADN, es parte integral de ella. No por nada es la mujer la que transmite al hijo su condición espiritual de judío.

El hombre en cambio es mas material, el hombre cuestiona y exige que le expliquen, es por eso que es el hombre el que transmite la pertenencia tribal (Cohen, Levi o Israel), la parte material.

Y un buen ejemplo de esto es que en todas las rebeliones que hubo en el desierto, incluida la de los espías, fueron sólo los hombres los participantes, las mujeres siempre se negaron y por ello, mientras todos los hombres entre 20 y 60 años que salieron de Egipto murieron en el desierto, todas las mujeres salidas de Egipto entraron a la Tierra Prometida.

Para pensarlo.

 

Los Diez Mandamientos

Por Yossy Goldman

A menudo escucho que alguien dice: «bueno, en realidad no soy demasiado religioso, pero sí mantengo los Diez Mandamientos». En esos momentos me vienen ganas de decir: «Realmente, ¿tú sabes que los Diez Mandamientos no son de múltiple opción…?» A veces me pregunto si las personas que hacen esta afirmación saben realmente qué son los Diez Mandamientos. ¿Por qué no hacer un repaso de la lista para que todos tengamos una mejor idea del puntaje que podemos obtener?

1) Yo soy el Señor tu Di-s. En esencia, este es el mandamiento que nos ordena creer en un Di-s. Tengo total confianza que, en lo que respecta a este mandamiento, todos obtendremos buenas calificaciones.

2) No habrá para ti otros dioses delante de Mí. Muy bien, así que no tienes por costumbre hacer una reverencia ante ese busto de Buda que está colocado en el living de tu casa. La pregunta que surge es: en primer lugar, ¿debería estar ahí? Y, ¿no es interesante que en la actualidad estén teniendo lugar esos certámenes de ídolos a lo largo de todo el mundo? Además, por supuesto, están todos esos bien arraigados ídolos contemporáneos que tendemos a comernos con los ojos y venerar; celebridades como Brad Pitt, Madonna o Donald Trump.

3) No tomarás en falso el nombre del Señor. Acá no se trata solamente de dejar de beber o de prestar el juramento en el juzgado. ¿Qué pasa con las palabrotas que usamos en la calle? ¿Cuántas malas palabras de primera calidad hay en tu vocabulario? Y, ¿por qué hay que meter a Di-s en estas expresiones gráficas?

4) Recuerda el día sábado para santificarlo. Es interesante que los Diez Mandamientos figuren dos veces en la Torá. En Éxodo, el cuarto Mandamiento comienza con Zajor.

Guardarás el día sábado para santificarlo. En el libro de Deuteronomio dice: «Observa el Shabat». Y, el mandamiento de «Recordar» se logra a través de actos positivos como el Kidush, el encender las velas, etc. El de «Observar» para guardarlo (Shamor) de toda profanación, es la parte difícil que puede llegar a limitar nuestros estilos de vida. Es aquí que interviene el verdadero compromiso.

5) Honra a tu padre y a tu madre. Muchas personas cumplen, por cierto, de manera ejemplar con esta mitzvá. Admiro a los hijos, hijas, y a menudo parientes políticos, que se ocupan y atienden las necesidades de un anciano padre o pariente político. Ellos cocinan, les siguen la corriente y a menudo aguantan a viejitos irritables, malhumorados. A medida que pasa el tiempo este mandamiento parece ser más difícil de cumplir. A pesar de esto, la Torá no hace distinciones basadas en la edad. Es nuestra responsabilidad cuidar a nuestros padres cuando dependen de nosotros, igual que nos cuidaron cuando dependíamos de ellos.

6) No matarás. Correcto. Acá tenemos otro mandamiento fácil de cumplir. Estoy seguro que ninguno que esté leyendo este artículo mató a alguien. Pero alguna vez pensaste hacerlo, casi llegaste a hacerlo pero, al fin y al cabo, los judíos no somos del tipo asesino. Sin temor a equivocarnos podemos anotarle un punto a un mandamiento más.

7) No cometerás adulterio. Correcto. Por supuesto.

8) No robarás. En rigor, esto se refiere en particular a los secuestros. Sin embargo, se aplica a todo lo que tiene que ver con robar, incluso a los métodos «de guante blanco».

9) No darás falso testimonio contra tu prójimo. ¿Cuán honestos somos? Incluso, sin estar bajo juramento, nuestra palabra debería ser sagrada. Recuerdo una oportunidad en que un viejo rabino fue presentado ante un grupo de estudiantes universitarios simplemente como «un hombre que nunca dijo una mentira». ¿Cuántos de nosotros podría hacer esta afirmación?

10) No codiciarás los bienes de tu prójimo. Éste tampoco es sencillo. El comentario define a este mandato como la prohibición de acosar a alguien, o de manipular la situación, con el fin de adquirir -incluso legalmente- aquello que le pertenece a otra persona. Procúrate algo propio. ¿Por qué tiene que ser su cónyuge, casa o auto?

Bueno, ahora está dicho. ¿Obtuviste el puntaje más alto? ¿Pasaste, o estás en la categoría del cuarenta por ciento o menos? ¿Verdad que vale la pena seguir trabajando el tema de los Diez Mandamientos?

Ojala que todos podamos mejorar nuestro puntaje para algún día, justificadamente, poder afirmar que sí, que realmente observamos los Diez Mandamientos. (www.es.chabad.org)

 

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