El retorcido análisis palestino de la tragedia de Ucrania

La Autoridad Palestina ha procurado no pronunciarse oficialmente sobre la guerra en Ucrania, por sus buenas relaciones con Rusia, y en ningún momento condenó la invasión ordenada por Putin. Tratando de ponernos en su lugar, podemos hasta entender que no quieran arruinar los lazos con ninguna de las partes, ya que reciben apoyo tanto de Rusia como de la Unión Europea que está del lado de Ucrania.

Sin embargo, al mismo tiempo, son varias las críticas que merecen pronunciamientos palestinos a raíz de la guerra en Ucrania, a distintos niveles. En primer término, la analogía que trataron de hacer entre la situación en Ucrania y la situación palestina. Sin condenar ni por un momento a Putin y sin ponerse del lado ucraniano ni siquiera desde un punto de vista humano, distintas figuras políticas y comentaristas palestinos “recordaron” que el mundo abraza ahora a Ucrania y “olvida” que ellos están “ocupados” y fueron “invadidos” hace ya “74 años”, exhortando al mundo a presionar a Israel tal cual presiona ahora a Rusia.

El primer problema, es que la comparación es una distorsión total de la situación. Israel entró a Cisjordania (Judea y Samaria) al tener que repeler la invasión de Jordania en junio de 1967. Y no entró a arrasar y matar, como lo está haciendo Rusia en Ucrania. Sin olvidar ni por un momento lo legítimo de la discusión sobre si Israel aún tiene que estar allí o no, el hecho es que todos los sistemas claves para la vida diaria de los palestinos en dicha zona mejoraron considerablemente desde que Israel tomó las riendas: infraestructuras y servicios médicos, fueron los ejemplos más notorios. Absolutamente opuesto a lo que está haciendo Rusia en Ucrania.

Y cuando se trata de operativos puntuales en los que Israel ataca blancos del lado palestino, como ha sucedido en repetidas ocasiones en la Franja de Gaza desde la retirada de Israel en el 2005, absolutamente todos fueron causados por el disparo de cohetes desde ese territorio a las localidades civiles en Israel.

Aparte, por si no se percataron, cuando los palestinos hablan de “ocupación”, suelen no referirse a los territorios conquistados por Israel en 1967 sino que hablan de 74 años. O sea, se remontan a 1948, a la creación misma de Israel. Con eso, también cuando no lo dicen explícitamente, lo sugieren implícitamente : el Estado de Israel es ilegítimo.

Y es por esto que no sorprende, aunque sí resulte más que chocante, la irritante comparación que hicieron días atrás en Al Hayat al-Jadida, órgano oficial de la Autoridad Palestina. Para ellos, el sufrimiento de 2 millones de refugiados ucranianos (que desde que se escribió la nota en cuestión ya se han convertido en 3) es “mucho menor que la tragedia que supone que ucranianos judíos emigren a Israel”.

Yo me pregunto…¿Qué les molesta, si los inmigrantes se instalarán en su enorme mayoría en el territorio del Israel soberano, no en los territorios en disputa? Es que en la práctica, como señala un informe de Palestinian Media Watch que reveló el tema, contrariamente a lo que le dicen al mundo en inglés, que se oponen solamente a la construcción de asentamientos en Cisjordania, en la práctica se oponen a todo lo que fortalezca al Estado de Israel. El PMW recuerda el trasfondo: el 16 de noviembre del 2021, lo escribió el Ministerio de Educación palestino en su página oficial en Facebook: “Palestina, la tierra en su totalidad es nuestra, desde el Mar (Mediterráneo) hasta el Río (Jordán)”. Para quien no tiene el mapa en la mente de memoria: eso incluye el territorio soberano de Israel. Y eso de “nuestra” no se basa en ningún hecho histórico, ya que jamás hubo un Estado palestino independiente y por ende esos territorios nunca fueron de los palestinos.

En el artículo publicado el 2 de marzo en Al-Hayat al-Jadida, citan un anuncio de la Organización Sionista Mundial en el sentido que se continuará un proceso de construcción de 1.000 unidades de viviendas “en asentamientos”, un término, como es sabido, conocido como referencia a las localidades construidas más allá de la llamada “línea verde”, o sea los territorios conquistados por Israel en la guerra de los Seis Días en 1967, Judea y Samaria, y exigidos por los palestinos como territorio de su futuro Estado independiente. Más abajo en la nota, detallan la planeada ubicación de las unidades de vivienda anunciadas: “cerca de las fronteras en el norte, en el Negev, la Arava, cerca de Beit Shean y el Valle del Jordán”. Salvo este último punto, todos los demás están dentro del Israel soberano. Pero los palestinos los llaman “asentamientos”.

O sea, que lleguen nuevos inmigrantes ucranianos, judíos, que en definitiva salieron de su país como refugiados de guerra, a vivir en Israel, aún no en las zonas en disputa con los palestinos, es para ellos una “tragedia” y más aún, una tragedia mucho mayor que millones de ucranianos convertidos en refugiados.

Los palestinos, siempre tan ubicados con su perspectiva.

Ineludiblemente, esto nos hizo pensar en las malas apuestas de los palestinos en distintas situaciones claves.

Subieron a los techos a festejar el disparo de misiles Scud desde Irak a Israel cuando Saddam Hussein invadió Kuwait, y tuvieron que pagar por ello al expulsar Kuwait y Arabia Saudita a numerosos palestinos que estaban trabajando en su territorio. Salieron a festejar por las calles y a repartir caramelos en Gaza cuando fueron derribadas las Torres Gemelas en Nueva York en un impresionante atentado terrorista que cobró más de 3.000 vidas inocentes.

Y no olvidemos su apoyo a Chávez y Maduro, desgracia de Venezuela y América Latina.

Con todo esto de fondo, no nos sorprendió días atrás ver un informe de MEMRI en el que se revela qué cantaron en una boda palestina muy festejada. Un video en el que aparecen los cantantes Mohammed Arani y  Suhaib Al-Jamma’ini circuló por las redes palestinas el 4 de marzo. La letra es chocante: “Endurece tu corazón, oh Putin. Intensifica tus ataques.Exílalos a Palestina y nosotros nos casaremos con mujeres ucranianas”.

Y eso no alcanza. “Les decimos a China: Invade Taiwan. Así, destrozaremos las narices de los americanos , que fabrican los aviones israelíes”.

Tengo claro: esta es una boda particular, no una declaración del Presidente palestino. Pero hay algo en el encare general, en la actitud, que en el mejor de los casos, resulta chocante. En el peor, repugnante.