Israel quiere blindarse frente a los ataques aéreos y ha decidido hacerlo echando mano de la tecnología láser. A punto de cumplirse un año de la guerra de mayo de 2021 con Hamás, durante la que, asegura, recibió más de 4.000 cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, el Gobierno israelí acaba de anunciar que ha probado con éxito su nuevo sistema de defensa frente a misiles, el Iron Beam. Según su Ministerio de Defensa, ha logrado neutralizar con «un láser de alta potencia» diferentes objetivos. Incluso ha compartido un vídeo para mostrar los resultados.
«El sistema ha interceptado con éxito vehículos aéreos no tripulados, metralla, cohetes y misiles antitanques en varios escenarios. Es un avance de primer nivel en la integración de la tecnología láser en el sistema de defensa del Estado de Israel», recalca el equipo del primer ministro, Naftali Bennett. El objetivo de Iron Beam es complementar el despliegue del que ya dispone Israel, que cuenta entre su arsenal con Iron Dome, capaz también de responder a cohetes enemigos.
Iron Dome es un sistema con una tasa de eficacia considerable que logra alcanzar —aseguran las autoridades israelíes— el 90% de sus objetivos. Su gran problema es que resulta muy costoso, y es precisamente esa debilidad la que quiere resolver el Ministerio de Defensa con Iron Beam.
3,5 dólares por disparo
Bennett ha llegado a asegurar que si un atacante de Gaza quisiese disparar un cohete contra territorio israelí le costaría solo unos cientos de dólares, una cantidad muy reducida si se compara con las decenas de miles que invierte Iron Dome en neutralizarlo. Con Iron Beam esa factura bajará de forma considerable. «Puede parecer ciencia ficción, pero es real. Las intercepciones de Iron Beam son silenciosas, invisibles y solo cuestan alrededor de 3,50 dólares cada una«, recalcó.
Como recoge Associated Press, más allá de los mensajes del Gobiernos israleí, a día de hoy sabemos poco de la efectividad del sistema láser. Se espera que se despliegue por tierra, mar y aire y se distribuya por las fronteras de Israel a lo largo de la próxima década. En febrero Bennett explicó que los planes de su equipo pasan por empezar a usar el dispositivo en alrededor de un año.
“Si es posible interceptar un misil o cohete con solo un pulso eléctrico que cuesta unos pocos dólares, habremos anulado el anillo de fuego que Irán ha establecido en nuestras fronteras”, anotaba entonces el primer ministro: “La ecuación económica se invertirá; ellos invertirán mucho y nosotros invertiremos poco”. El sistema, asegura, «también puede servir a nuestros amigos en la región».
Las pruebas que ahora acaba de compartir el Ejecutivo de Israel y que, señala Bennett, sitúan al país como un pionero en el campo de la defensa se realizaron el mes pasado en el desierto de Negev.
Imagen de portada | Israel’s Ministry of Defense
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