La actual Guerra Rusia-Ucrania ha sido una fascinante y brillante lección propagandística en tiempo real por parte de ucranianos, rusos y estadounidenses. Los ucranianos han sido ayudados en sus mensajes por una realidad poderosa e indiscutible, de que estos fueron atacados y se están defendiendo y en la cual Rusia es el agresor, invadiendo y atacando brutalmente a un país vecino.
Dejando de lado dichas verdades básicas y esenciales, los ucranianos han sido muy efectivos en realizar un arduo trabajo propagandístico, produciendo contenido, capturando el ciclo de noticias, llevando a cabo «comunicaciones estratégicas y operaciones psicológicas».[1] En una guerra, el mejor contenido es por supuesto la victoria, pero si esto no siempre está al alcance, cualquier cosa servirá: historias anecdóticas convincentes, los abusos y crímenes de guerra perpetrados por el otro bando, declaraciones dramáticas, contenido que inspira, contenido que demoniza. Todo ello tiene un papel que desempeñar.[2]
La propaganda ucraniana me recuerda en cierto sentido el contenido de la guerra civil siria (la primera «guerra verdadera en las redes sociales») iniciada por la revolución siria y luego copiada por el grupo terrorista el EIIS (yo no critico a los ucranianos – les estoy congratulando). Los desvalidos revolucionarios sirios tenían campañas y temas diarios e influyentes en la red y desarrollaron una comunidad grande y difusa de simpatizantes en la red que amplificarían y difundirían todos estos mensajes, tanto oficiales como aficionados (cuando el EIIS luego copió el estilo de los revolucionarios sirios, esta comunidad se convertiría en el así llamado «fanboys/chicos fanáticos del EIIS»). El hecho de que el gobierno ucraniano lidere esta carga es particularmente impresionante dado que los gobiernos a menudo son adversos al riesgo cuando se trata de mensajes y a menudo se sienten incómodos con la «creatividad oscura» en los medios de comunicación que se halla entre aquellos revolucionarios.
La gran verdad de los ucranianos – siendo estos víctimas que se defienden por sí mismos y lo hacen con obstinada determinación y sacrificio – está respaldada por una brutalidad rusa muy verdadera, tal como la masacre en Bucha y en otros lugares.[3] A esta realidad se le suma un constante repique de tambores a otro tipo de información, incluso contenido exagerado o falso – uno recuerda incidentes tempranos tales como el Fantasma de Kiev o los héroes de la Isla de las Serpientes – absorbido por comunidades en la red y por medios de comunicación estadounidenses sedientos de material y contenido que cubren Ucrania más extensamente que las propias guerras de los Estados Unidos en el Medio Oriente. Un destacado general checheno es asesinado, pero quizá no fue así. Las afirmaciones sobre «crematorios móviles» o armas químicas se presentan sin ningún tipo de críticas, aunque con mucho entusiasmo. A los ucranianos les ha ido muy bien, pero en cierto sentido, han deseado lograr fácilmente la victoria, dada la agresión rusa y los medios de comunicación estadounidenses que se han afianzado en las ya exageradas fantasías de interferencia rusa en la política estadounidense desde el año 2016.[4]
A los ucranianos también les ayuda la simple ignorancia de Occidente – si bien existe un mundo de diferencia entre los estadounidenses que combaten contra el grupo terrorista denominado el EIIS y los brutales rusos que atacan Ucrania, existe muy poca diferencia a simple vista entre la guerra urbana en Mariupol del año 2022 y la guerra urbana en Mosul del año 2017; las ruinas son inquietantemente similares.[5] Pero los occidentales no le han estado prestando atención ni a las acciones de los occidentales que combaten en guerras lejanas ni siquiera a las salvajes guerras y masacres que no involucran a los occidentales en tierras lejanas.
Para aquellos que están pendientes de estos conflictos, una ciudad ucraniana destruida por los bombardeos se parece mucho a Raqqa o Kobani o a Taiz en Yemen (ninguna de los tres involucró a Rusia) o Grozny o Alepo (donde Rusia si participó). Si no han estado prestándole atención a lo que ha sucedido en otros lugares, Ucrania parece particularmente una nueva, cruda e impactante realidad.[6] Pero si, a diferencia de los demás, los ucranianos son «un pueblo como nosotros», entonces la conmoción si tiene sentido.[7] Ucrania, que se convierte en el próximo gran acontecimiento para Occidente, tal como lo fueron Black Lives Matter y el Covid en su día – es ambos sincera y artificial, orquestada y fortuita, nacida de la emoción y de la solidaridad humana más honesta, nacida de los mensajes intencionales ucranianos, nacida de la repulsión hacia el comportamiento de los rusos.
Si a los ucranianos les ha ido muy bien en sus incesantes mensajes (dirigidos especialmente hacia Occidente), a los rusos no le ha ido tan bien. Dejando de lado el hecho de que Rusia es el bando culpable en el conflicto, los rusos han fracasado en el trabajo básico de equiparar el alcance y el ritmo de la propaganda ucraniana y no han dominado la manipulación del ciclo de noticias occidentales (irónico dada la histeria pasada a la supuesta manipulación de los medios de comunicación rusos por parte de Occidente). Una cuenta pro-rusa en las redes sociales culpó la «notable» mentalidad de los funcionarios rusos, comparándola con la de los jóvenes ucranianos modernos, por este fracaso. La mejor cuenta Twitter pro-rusa en inglés, la impertinente «Russians With Attitude/Rusos con carácter», con más de 120.000 seguidores, fue suspendida brevemente el día 13 de abril.[8]
Una gran diferencia es que, si bien ambas partes le envían mensajes a audiencias globales y entre sí mismos, los ucranianos priorizan naturalmente los mensajes a Occidente, su fuente de armas y presión económica sobre Rusia. La audiencia mediática prioritaria de Rusia parece ser el propio pueblo ruso, con mensajes a Occidente desde un enfoque secundario.[9] No deja de sorprender que algunas de las otras cuentas más destacadas en inglés que apoyan a Rusia en esta guerra posean una conexión con la Guerra Civil Siria/del Medio Oriente (por ejemplo, cuentas Twitter tales como Moon of Alabama, Zoka y Suriyak). Rusia posee presencia propagandística en, de todos los lugares, la radio estadounidense.[10] Pero la avalancha de mensajes directos en las redes sociales rusas que tratan de descartar las atrocidades específicas después del hecho no parece haber tenido mucho éxito en lo absoluto.[11]
Cabe mencionar también el controvertido papel de la propaganda producida por el líder checheno y aliado de Putin, Ramzan Kadyrov.[12] Ampliamente vilipendiado en Occidente y también por los ucranianos (y no solo ellos, algunas cuentas pro-rusas se burlaron de los videos de Kadyrov en los primeros días de la guerra, mostrando a mucha gente de pie, conduciendo e incluso bailando, pero muy pocas imágenes de batalla), Kadyrov parece tener un sentido del espectáculo (los menos caritativos pudieran llamarlo fanfarronadas bufonescas) adaptadas muy bien a nuestra era digital.[13] Este posee dos millones de seguidores en su canal en la aplicación Telegram Kadyrov_95.[14] Existe algo extraño y sorprendente en ver un video de guerra de Kadyrovtsy, lleno de posturas machistas chechenas, gritos de «Allahu Akbar» y genialidad del ejército pro-ruso – extraño, sorprendente e increíble. Pero el miedo y odio que los kadyrovitas generan entre sus enemigos pareciera ser muy real.[15]
Si los dos beligerantes envían furiosamente sus mensajes, uno mejor que el otro, también lo están haciendo los Estados Unidos y sus aliados. La antigua tradición del Departamento de Defensa y de la comunidad de inteligencia de influir y utilizar los medios de comunicación estadounidenses para sacar a la luz sus puntos de vista sin ningún tipo de críticas sigue tan viva como siempre.[16] Si bien los mensajes para ayudar a Ucrania y perjudicar a Rusia son lógicos (Estados Unidos apoya abiertamente la valiente lucha de los ucranianos), algunos otros mensajes estadounidenses parecen verdaderamente incendiarios.[17] Otras tendencias son bastante despreciables.
Una administración Biden, siendo está profundamente impopular y que lucha por su vida política interna ha tratado de culpar a Putin por el incremento de la inflación estadounidense durante el último año.[18] El ridículo tema reciente de culpar los impactantes aumentos por la inflación al denominado «incremento de precios Putin» parece ser algo particularmente ridículo, cuando se considera que la administración dijo el verano pasado que la inflación era algo «temporal». Los expertos liberales a finales del año 2021 escribieron incluso que la inflación era «buena», particularmente porque impedía que los estadounidenses compraran cosas que no necesitaban. Entonces, en menos de un año, la inflación fue temporal, luego buena y ahora es culpa de Putin.
Lo lindo en culpar a Putin, tras un año 2021 repleto de enormes proyectos de ley de gastos internos por los Estados Unidos, es que coloque responsabilidades sobre un dictador extranjero en lugar de sus propias políticas recientes. Aceptar precios ruinosos se vuelve algo patriótico. La esperanza es que el odio de los contribuyentes estadounidenses por el ogro ruso sea mayor que su recuerdo a los eventos políticos dentro de los Estados Unidos ocurridos durante el año pasado.[19] Esta es quizás una apuesta bastante arriesgada por parte de la administración.
A diferencia de los políticos estadounidenses, para los ucranianos, ciertamente, e incluso para los rusos, esta guerra es un evento existencial de vida o muerte. La guerra propagandística será un tema digno de estudio, en especial el papel efectivo de Ucrania, una vez que finalice el conflicto y se revele toda la verdad y esta pueda examinarse desapasionada y seriamente.
*Alberto M. Fernández es vicepresidente de MEMRI
[1] Washingtonpost.com/national-security/2022/03/16/ukraine-zelensky-information-war, 16 de marzo, 2022.
[2] Fastcompany.com/90727022/ukrainian-ad-agencies-joining-propaganda-war, 2 de marzo, 2022.
[3] Nymag.com/intelligencer/2022/04/osint-sleuths-hunt-for-russian-war-criminals-in-bucha.html, 8 de abril, 2022.
[4] Rrealclearpolitics.com/articles/2021/12/08/why_the_russiagate_scandal_outranks_the_rest_146853.html, 8 de diciembre, 2021.
[5] Theatlantic.com/international/archive/2017/07/mosul-iraq-abadi-isis-corruption/533067, 10 de julio, 2017.
[6] Nnpr.org/sections/goatsandsoda/2022/03/04/1084230259/not-every-war-gets-the-same-coverage-as-russias-invasion-and-that-has-consequenc, 4 de marzo, 2022.
[7] Telegraph.co.uk/news/2022/02/26/vladimir-putins-monstrous-invasion-attack-civilisation, 26 de febrero, 2022.
[8] Twitter.com/RWApodcast.
[9] Theconversation.com/as-horrific-evidence-of-massacres-is-uncovered-in-ukraine-russian-propaganda-gathers-pace-180657, 6 de abril, 2022.
[10] Msn.com/en-us/news/world/as-the-war-rages-in-ukraine-radio-sputnik-occupies-the-airwaves-in-american-heartland/ar-AAW71RQ?ocid=uxbndlbing , 11 de abril, 2022.
[11] Reuters.com/technology/how-meta-fumbled-propaganda-moderation-durante-russias-invasion-ukraine-2022-04-11, 11 de abril, 2022.
[12] Aljazeera.com/news/2022/3/24/what-role-is-chechnyas-ramzan-kadyrov-playing-in-ukraine, 24 de marzo, 2022.
[13] News.yahoo.com/chechen-chief-kadyrov-says-over-055223759.html, 13 de abril, 2022.
[14] T.me/RKadyrov_95.
[15] Aljazeera.com/news/2022/2/28/ukrainian-fighters-grease-bullets-against-chechens-with-pig-fat, 28 de febrero, 2022.
[16] Nbcnews.com/politics/national-security/us-using-declassified-intel-fight-info-war-russia-even-intel-isnt-rock-rcna23014, 6 de abril, 2022.
[17] Compactmag.com/article/away-from-the-abyss, 2 de abril, 2022.
[18] Youtube.com/watch?v=R13Rf-lTlKs.
[19] Washingtonexaminer.com/news/white-house/putins-price-hike-began-long-before-russian-invasion-of-ukraine-data-show, 13 de abril, 2022.
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