El martes por la mañana, poco después de que tres palestinos murieron durante una operación antiterrorista en la ciudad cisjordana de Nablus, Hazem Qassem, portavoz de Hamás en Gaza, afirmó: “Está claro que estamos en una nueva fase del conflicto con la ocupación cuyo objetivo principal es llevar la lucha a Cisjordania”.
La declaración no es particularmente sorprendente. No es ningún secreto que desde hace bastante tiempo Hamás intenta incitar a los palestinos de Cisjordania para que realicen atentados terroristas contra objetivos israelíes. Lo que más sorprende es que, pocas horas después del alto al fuego entre Israel y la Yihad Islámica negociado por Egipto, Qassem no mencionó la palabra “Gaza” en su larga promesa de lucha por “la resistencia”.
La idea general de Hamás es mantener la calma en el enclave palestino y generar tanta tensión y violencia como sea posible en Cisjordania. De esta manera consideran que debilitan a la Autoridad Palestina y se preparan para “el día después” del presidente palestino Mahmoud Abbas. La intención es erosionar el liderazgo del partido Fatah de Abbas y ganar popularidad en cada ciudad, aldea o campo de refugiados de Cisjordania. Israel no está en la cima de las prioridades.
Durante el último estallido entre Israel y la Yihad Islámica, en apariencia Hamás asumió un papel de observador. Sin embargo, fuentes palestinas en Gaza le dijeron a Ynet que “Hamás ejerció mucha presión para que la Yihad Islámica acepte el cese de fuego” acordado el domingo.
“De lo contrario, ¿por qué se habrían detenido?”, analizó la fuente, que señaló como desencadenante para ejercer esa presión los fallidos lanzamientos de cohetes de la Yihad Islámica que mataron a más de una docena de civiles palestinos durante los tres días de combate. El primer incidente de este tipo ocurrió el sábado por la noche, cuando un misil impactó en el campo de refugiados de Jabalia y mató a seis personas, incluidos cuatro niños. Al día siguiente, en la misma zona, otro cohete fallido mató a cinco niños y adolescentes. El tercer incidente fue la gota que rebalsó el vaso: un cohete alcanzó a un policía de Hamás y sus tres hijos en la zona del campo de refugiados de Bureij, en el centro del enclave. Desde ese momento el liderazgo de Hamás, dentro y fuera de Gaza, dejó en claro al segundo grupo terrorista más grande de Gaza que debían aceptar la tregua.
La idea de Hamás es mantener la calma en Gaza y generar tanta tensión y violencia como sea posible en Cisjordania. Así consideran que debilitan a la Autoridad Palestina y se preparan para “el día después” del presidente palestino Mahmoud Abbas.
¿Hamás puede convertirse en un socio para mantener la tranquilidad en la frontera con Gaza? Algunos funcionarios israelíes así lo creen, pero deben entender que Hamás no cambió su objetivo final: la destrucción de Israel. Solo hay un momentáneo cambio de prioridades. En Hamás sienten que existe una oportunidad extraordinaria de alcanzar acuerdos económicos con Israel sin necesidad de hacer ninguna concesión política, algo que la Autoridad Palestina nunca logró en Cisjordania.
El movimiento que gobierna en Gaza “huele sangre” en Cisjordania, en donde una debilitada Autoridad Palestina está envuelta en corrupción y batallas internas sobre la sucesión de Abbas, al mismo tiempo que pierde soberanía en zonas de Nablus y Jenín que se convirtieron en focos de terrorismo. Este panorama es visto por Hamás como una oportunidad de amplificar la anarquía que resulte de la caída del régimen de Abbas.
Hamás no es el único actor que contribuye al escenario actual. La política israelí de nutrir la relación con Hamás en Gaza (indirectamente, por supuesto), mientras ignora el deterioro de los lazos con la Autoridad Palestina, solamente empeora la situación. El “día después” de Abbas será parecido a los días recientes: enfrentamientos casi diarios entre fuerzas israelíes y palestinos armados en Jenín, Hebrón y Nablus.
Según datos del establecimiento de seguridad, en 2021 se registraron 104 ataques terroristas significativos en Cisjordania, mientras que en 2022 ya hubo 97. En 2015 la cantidad de ataques terroristas en esta zona fue 216, pero solamente 12 involucraron disparos con armas de fuego. En el primer semestre de este año, en cambio, ya se registraron 41 ataques con este tipo de armas.
Estos números muestran que militantes de organizaciones terroristas en Cisjordania, desaparecidos durante años, están de regreso y son más peligrosos que antes. Son los mismos palestinos armados que provocaron un caos en Israel y Cisjordania entre 2001 y 2007, con cientos de ataques terroristas mortales. Hoy, al parecer, esa anarquía está regresando.
Extender sus dominios y área de actuacion a Judea-Samaria (que no a «CisJordania») es la ambicion de hamas, ante el consentimiento explícito de una A.P, ausente ante tal estratégia, cuando no cómplice de la misma …
Corresponde a «Occidente» tomar buena nota de ello, en lugar como acostumbra, de «mirar para otro lado»
Básta ya de tibieza ante toda forma de terrorismo, incluido aquel que azota a Israel, señores de la Union Europea y de la ONU …un poco de decóro y de decencia, no estariá de mas por su parte …