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| jueves noviembre 21, 2024

El rey Carlos III y los judíos.

6 datos interesantes sobre el nuevo rey de Gran Bretaña.


Con el fallecimiento de la amada reina Isabel II de Inglaterra a los 96 años, la monarca que sirvió durante más tiempo en la historia del Reino Unido, su hijo mayor, el príncipe Carlos, se ha convertido en el nuevo monarca de Gran Bretaña. Aquí hay 6 datos interesantes respecto a la relación de Carlos III con los judíos y con Israel.

1. Fue circuncidado por un Rabino

El rey Carlos III tiene algo en común con miles de judíos británicos: fue circuncidado por Rav Jacob Snowman (1871-1959). Un médico brillante y uno de los principales mohalim (quienes efectúan la circuncisión judía) de Londres.

Esta tradición se remonta al siglo XVIII, cuando el rey Jorge I, que había nacido en Alemania, importó la costumbre de la nobleza alemana de hacer que un mohel circuncidara a sus hijos. No queda claro por qué esto se convirtió en una tradición, pero algunos especulan que su amplia experiencia calmaba a los padres ansiosos asegurándoles que sus hijos estarían a salvo durante el procedimiento. La madre de Carlos, la reina Isabel, quería sólo lo mejor para Carlos, por lo que recurrió a Rav Snowman, que era muy conocido en la comunidad judía de Londres.

2. Visitas a Israel

A diferencia de la reina Isabel II, quien nunca visitó Israel en todos sus años en el trono, su hijo Carlos hizo varios viajes al estado judío. Una visita muy emotiva tuvo lugar en el año 2016, cuando viajó para el funeral del ex primer ministro israelí, Shimon Peres. Al estar en Israel, Carlos visitó la tumba de su abuela, la princesa Alicia de Grecia, quien salvó judíos durante el Holocausto y fue designada por Yad Vashem como una de los ‘Justos de las naciones’. Ella está enterrada en el Monte Tzión, en Jerusalem.

La princesa Alicia nació en 1885 y era la bisnieta de la reina Victoria de inglaterra. Ella se casó con el príncipe Andrés de Grecia y se fue a vivir a Atenas con su nuevo marido. Pero no era feliz. Alicia era una cristiana religiosa, y veía a su esposo llevar una vida de impudicia y juerga. Con el surgimiento del nazismo en los años 30, sus tres hijas se volvieron ardientes fascistas y se casaron con funcionarios nazis. Sólo su hijo Felipe, el padre del rey Carlos, desafió al nazismo y se mudó a Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial, Felipe luchó con distinción en la Fuerza Aérea británica.

La princesa Alicia se quedó sola en su casa en Atenas. Su esposo la había abandonado tiempo antes, dedicándose por completo a la bebida y los juegos de azar. Durante el Holocausto, la princesa Alicia invitó a los Cohen, una familia judía que conocía, a mudarse a su departamento. El edificio estaba al lado del cuartel de la Gestapo de Atenas, y en un momento incluso la llevaron para interrogarla, pero ella se negó a revelar que estaba ayudando a judíos.

Después del Holocausto, Yad Vashem la designó como una de los ‘Justos de las naciones’. Alicia fundó una orden religiosa y falleció en 1969. Su deseo era ser enterrada en Israel. En un primer momento, su familia ignoró su pedido, pero en 1988 la familia real arregló que sus restos fueran vueltos a enterrar en Jerusalem. En su visita en el 2016, Carlos llevó a la tumba flores violetas que habían crecido en Escocia, que eran las flores favoritas de Alicia.

El rey Carlos volvió a visitar Israel en el 2020, cuando participó en un Foro Mundial sobre el Holocausto en Jerusalem, en conmemoración del 75° aniversario de la liberación de Auschwitz. Allí, Carlos conversó extensamente con sobrevivientes judíos del Holocausto, escuchando sus historias. «Estaba muy interesado en escuchar cómo era Auschwitz y cómo logramos sobrevivir», explicó Marta Weiss, quien conoció al monarca en esa visita. «Fue muy comprensivo. Se mostró genuinamente interesado, no preguntaba simplemente por preguntar».

3. Tiene su propia kipá personalizada

El rey Carlos III tiene su propia kipá personalizada: una kipá de terciopelo azul adornada con el escudo real del Príncipe de Gales, su título previo, bordado en hilo blanco y dorado.

Una de las primeras veces que se vio la kipá real fue cuando Rav Efraim Mervis asumió como Gran Rabino de Gran Bretaña en el año 2013. Carlos fue el primer miembro de la familia real que asistió a la asunción de un Gran Rabino.

4. Amigo de un importante rabino ortodoxo

El rey Carlos y Rav Jonathan Sacks, de bendita memoria, ex Gran Rabino de Gran Bretaña, forjaron un vínculo estrecho, unidos por sus roles públicos como líderes comunitarios de Gran Bretaña y por su compromiso compartido de hacer de este mundo un lugar mejor. Cuando falleció Rav Sacks en el 2020, Carlos pronunció un emotivo discurso en honor a su amigo y maestro.

«Rav Jonathan Sacks y yo éramos contemporáneos, nacimos en el año de la fundación del estado de Israel y, a lo largo de muchos años, llegué a valorar inmensamente sus consejos. Fue un guía de confianza, un maestro inspirado, y un amigo fiel. Lo extrañaré más de lo que pueden decir las palabras… Él nos enseñó cómo escuchar a los demás y cómo aprender de ellos sin comprometer las convicciones de ninguna de las partes. Nos enseñó a valorar la participación en la vida común de la nación y, con todo esto, nos enseñó la necesidad de respetar la integridad y la armonía de la creación de Dios».

5. Agregó retratos de sobrevivientes del Holocausto a la colección real

El año pasado, el rey Carlos encargó siete importantes pinturas para agregarlas a la Colección Real de Arte exhibida en el Palacio de Buckingham: siete cuadros de sobrevivientes del Holocausto. El proyecto fue parte del objetivo de largo tiempo que tenía el príncipe de educar a las futuras generaciones y asegurar que nunca se olviden los horrores del Holocausto.

El propio rey Carlos escribió una introducción para el catálogo de la exhibición: «Detrás de cada retrato hay una historia única, una vida de amor y de pérdida. Sin embargo, estos retratos representan algo mucho más grande que siete personas notables., Son un monumento viviente a los seis millones de hombres, mujeres y niños inocentes cuyas historias nunca serán contadas, cuyos retratos nunca serán pintados. Estos retratos son un poderoso testimonio de la extraordinaria resiliencia y coraje de quienes sobrevivieron, quienes a pesar de sus años, siguen contándole al mundo las inimaginables atrocidades que presenciaron. Ellos son un recordatorio permanente para nuestra generación y para las generaciones futuras, de las profundidades de la depravación y el mal al que puede caer la humanidad cuando se abandonan la razón, la compasión y la verdad».

6. Emocionado por las plegarias judías por el bienestar de la familia real

Cada semana, en Shabat, los judíos de Gran Bretaña y del Commonwealth rezan por el bienestar del monarca y sus parientes cercanos. Durante décadas, esto significó rezar por el bienestar de la reina Isabel II y de su hijo «Carlos, príncipe de Gales, y de toda la familia real…».

En el 2019, en una fiesta real de Janucá en el palacio de Buckingham, el rey Carlos elogió a la comunidad judía de Gran Bretaña y les agradeció formalmente por sus plegarias. «Esto lo digo desde una perspectiva personal y particular, porque me siento muy conmovido por el hecho de que durante siglos las sinagogas británicas hayan recordado a mi familia en sus plegarias semanales. Tal como ustedes recuerdan a mi familia, también nosotros los recordamos y los celebramos».

El rey Carlos III consuela a su nación desde la profundidad de su propio duelo. Esto es un testamento de su compromiso con una vida de servicio y entrega a los demás.

Tras la muerte de la reina Isabel II, el Gran Rabino de Inglaterra, Efraim Mirvis, señaló que » a lo largo de su extraordinario reinado, ella se condujo con gracia, dignidad y humildad, y fue un ejemplo global de lo que debe ser un líder distinguido y dedicado a la sociedad… Cada semana, en la sinagoga, nosotros rezábamos por su bienestar y sabiduría, y ella nunca nos abandonó»,

Deseamos esas mismas cualidades a su hijo, el nuevo rey de Gran Bretaña, y extendemos nuestra profunda simpatía y nuestros deseos de que tenga un largo y exitoso reinado.

 
Comentarios

Veremos que «incidencia» tiene ahora todo esto, en la politica exterior llevada a cabo por el Reino Unido en lo tocante a Israel, una politica probablemente continuista, por mas que no se avista grandes convulsiones al respecto, desligada eso si por completo, de la que pueda acometer la U.E al no formar parte ya Reino Unido de ese Organismo supra-nacional desde la consumacion del «brexit» …

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