Una memoria activa y la educación son también los pilares de los Acuerdos de Abraham alcanzados en septiembre de 2020 entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, representando estos últimos al mundo árabe en África. Desde la visión de los árabes musulmanes, estos son acuerdos de pacificación en donde uno de los mayores desafíos para sus propias autoridades será desandar 75 años de una mentalidad corrosiva contra el estado de Israel y el Pueblo Judío.
Como parte del proceso de normalización y pacificación, el anuncio de las autoridades emiratíes confirmadas por un vocero oficial, Ali Al Nuaimi, sobre la inclusión del holocausto como parte de los programas académicos es un buen augurio, aunque deba tomárselo con la calma y tranquilidad que todo proceso de normalización requiere.
En mayo de 2021 tuvo lugar en Dubai una exposición sobre las víctimas del Holocausto titulada “Recordamos” en el Museo del Encuentro de las Civilizaciones cuyo director, Ahmed Obaid Al Mansouri, enfatizó en la educación como remedio contra la ignorancia.
La ignorancia a la que Al Mansouri hace referencia no es por falta de omisión sino por una decisión deliberada de educar a los propios bajo las ataduras de la violencia, el dogmatismo y la guerra. A mediados de la década de 1960, un gran número de la Hermandad Musulmana, organización nacida en Egipto en 1928, dejó Egipto, Jordania y Siria para pasar a los estados del Golfo, especialmente Emiratos Árabes Unidos. Esto permitió que un grupo radical del islamismo político más rechazado por los propios árabes en la actualidad se hiciera con el control de los centros educativos universitarios y el propio ministerio de educación emiratí.
Hasta finales de la década de 1980, en el Golfo los programas educativos se basaron en una despiadada crítica hacia la educación básica que fue acusada de occidentalizada, a quienes los árabes tomaban y toman como sinónimo del mal, y se omitió hablar de Israel como un estado independiente, legítimo y legalmente conformado para pasar a hablar de la ocupación sionista o Palestina, quitando el derecho a los israelíes de su existencia como sujeto autodeterminado.
Por más de tres décadas, en el Golfo se profanó la historia y se la reemplazó por la educación del pueblo bajo el control de los Hermanos Musulmanes con el único fin de formatear la mente de la comunidad árabe musulmana que para ese entonces estaba siguiendo con júbilo las guerras, las intifadas y los procesos de paz que fallaban.
¿Cuál fue el sentido de ocultar la historia universal durante más de tres décadas? ¿Profanar la historia y corromper la educación formaban entonces parte de la defensa a la causa palestina?
Que en el Golfo se conmemore a las víctimas del hecho más espeluznante de la historia reciente puede significar que los gobernantes del Golfo hayan decidido, de una buena vez, liberar a la historia de los amarres del verdugo que han sido los propios árabes que no quisieron por mucho tiempo educar para la paz, sino educar para la guerra.
Los Acuerdos firmados en septiembre de 2020 permitieron también que Bahréin, otro de los estados del Golfo, comenzara su proceso de normalización y la acogida del primer homenaje sobre el holocausto. Este 27 de enero, distintas actividades se van a llevar a cabo en el país, un hito que unirá la visita de los ministros de economía, turismo, asuntos exteriores y otros.
Por primera vez se celebrará en Bahréin y en el Golfo una conmemoración institucional sobre el Holocausto para recordar a los 6 millones de víctimas. Para que esto fuera posible, el embajador israelí se debió reunir previamente con el príncipe heredero, Salman Bin Hamad, junto a sus principales ministros y demostrar así que la firma de la normalización el 15 de septiembre de 2020 se encuentra dando firmes pasos hacia una relación formal y una paz cálida.
El Holocausto será enseñado en las escuelas de Emiratos Árabes Unidos
La educación, además del antídoto a la ignorancia, es un valioso y necesario instrumento para que estos acuerdos que inicialmente se dan entre gobiernos puedan pasar a ser también entre los ciudadanos de a pie, esos mismos ciudadanos árabes que por décadas estuvieron bajo el verdugo ideológico de los Hermanos Musulmanes.
Este 27 de enero, además de conmemorar el episodio más trágico de la humanidad en los años recientes, Oriente Medio y Oriente Próximo darán un nuevo cauteloso paso hacia la normalidad entre sus actores representando el mayor equilibrio de poder y la necesidad de comenzar a escribir una historia distinta a la de los últimos 75 años.
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