Hace 25 años Tel Aviv y Barcelona se hermanaron. Y era lógico. Son ciudades grandes, con una vida intensa donde caben todos los matices, tendencias, creatividades.
Pero hace poco, la actual alcaldesa de Barcelona Ada Colau dijo que va a romper relaciones con Tel Aviv, y el vínculo que enriqueció de turistas y actividades a ambas ciudades por un cuarto de siglo fue decapitado el 8 de febrero (ayer) por una politiquería rapaz, vil y antisemita de Colau. En un mes y medio hay elecciones municipales en Barcelona. Nadie apostaría por Colau y sus extremistas de izquierda para que ganaran. Pero no le importó. Necesitaba dar un golpe de efecto ante los catalanes, y ni siquiera se atrevió a tratar su iniciativa en el Consejo Municipal por si perdía y por su cuenta emitió una vergonzosa nota dirigida al Primer Ministro de Israel (o sea que rompe con todo Israel, no sólo con Tel Aviv como si ella fuera el gobierno de España) no sólo anunciando su medida unilateral y viscosa sino además acumulando falsedades y acusaciones que no va a poder sostener frente a nadie medianamente racional, pero que son moneda corriente en el lenguaje antijudío de algunos lugares de Europa, en especial, como lo hace Colau, cuando dice que está acusando al sionismo y que los judíos de Barcelona no tienen nada que ver.
Ni siquiera leyó la definición del IHRA. No le interesa, porque en tiempos de carnaval, se disfrazó de anti sionista diciendo que quiere a los judíos. Pero, Sra. Alcaldesa , usted en su misiva rompe con 9 millones de israelíes, los acusa de practicar apartheid, sí, acusa a árabes e israelíes de practicar apartheid, barre con todos, porque es tanto su odio y su interés político, que decidió usar a los judíos como su arma electoral para disparar contra todos, acusarlos de una mentira que usted y quienes piensan políticamente como usted repiten goebbelianamente y pretende que alguien crea que usted está contra el sionismo pero no contra los judíos. ¡No Sra. Colau! Los judíos la escuchamos y vemos quien es usted y donde pretende llegar. A usted no le interesan los palestinos para nada. Usted sabe lo que es apartheid. Usted sabe lo que es tener a una parte de la población de un país segregada, apartada, sin derechos, y sabe que eso no sucede ni en broma en Israel. Que usted mencione en su triste comunicado que se respalda en lo que dijo el ex secretario general de la ONU Ban Ki Moon es una tontería. La ONU de Moon y esta ONU no mueven un dedo para lograr la paz en ningún lado y menos en Medio Oriente. Nadie se acuerda de Moon porque no dejó nada para el recuerdo, salvo la certeza de que sirvió a un sistema burocrático que da vergüenza.
Como no le alcanza con su vitriolo, tiene la deshonestidad de comparar la situación con la invasión rusa a Ucrania. Rusia es una super potencia que invadió hace un año un país para destruirlo y ha asesinado sistemáticamente a sus civiles y destruido sus ciudades. Y usted Sra. Colau no dice ni una palabra del terrorismo de Hamas, Yihad Islámica, Hezbollah, y menos de quien los apoya como instructor y proveedor, Irán. Obvio que usted estaría feliz repartiendo caramelos en Gaza cuando un terrorista asesinó a siete judíos que estaban en Shabat en una sinagoga. No, no se ofenda. Su decisión lleva a esto. Usted incita al antisemitismo, acusa a Israel de todos los males, no menciona al terrorismo, no menciona a Irán, usted provoca violencia y odio. ¿Quiénes han celebrado su exabrupto? Los movimientos terroristas palestinos. Esos ahora son los amigos que usted ha elegido tener.
Usted Sra. Colau expresa en su misiva al primer ministro de Israel que “como alcaldesa, condeno y condenaré cualquier tipo de violencia contra población civil de cualquier país”. Falso. Miente y miente sin pudor. La población civil israelí es sometida a actos de terrorismo un día sí y otro también. Casi 30 asesinatos en 2022. Disparos de misiles desde Gaza sólo a población civil. Centenares de ataques que no se cobraron más víctimas porque fueron repelidos. Y usted los ignora ahora, y los ha ignorado siempre. No tiene ninguna autoridad moral para intentar hacer lo que pretende perpetrar hasta que el voto la quite de su cargo. Barcelona seguirá siendo una ciudad extraordinaria y fascinante y Tel Aviv una ciudad multifacética e hiper creativa y ambas seguirán siendo hermanas a pesar de personas como usted, cuyos cinco minutos de pretendida fama se difuman velozmente como cualquier hoja de árbol caído en otoño.
Eso sí. No desespere. No está sola. El antisemitismo no es una exclusiva suya.
Tres meses después que Rusia invadiera Ucrania, el 1 de mayo de 2022, en una entrevista con una cadena de televisión italiana, se le preguntó al ministro de RREE ruso Serguei Lavrov, que lleva 18 años en el cargo que parece vitalicio, por qué Rusia afirmó que necesitaba “desnazificar” a Ucrania, considerando que el propio presidente ucraniano es judío. Lavrov respondió sugiriendo que Hitler como Zelenski, tenían herencia judía, y diciendo: “en cuanto al argumento de Zelenski de qué tipo de nazificación podemos tener si soy judío, si no recuerdo mal, y puede que me equivoque, Hitler también tenía sangre judía”. Lavrov no se quedó con eso y agregó: ”durante algún tiempo hemos escuchado del pueblo judío que los mayores antisemitas eran judíos”.
En la semana de la conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto en enero de este año, Lavrov dijo en una conferencia de prensa en Rusia que “Estados Unidos ha organizado una coalición con países occidentales para resolver la cuestión rusa de forma similar a la solución final de Adolf Hitler para exterminar a los judíos”. Pero es tal la desvergüenza de Lavrov, que no dudó en agregar: “Igual que Napoleón movilizó a casi toda Europa contra el Imperio Ruso y al igual que Hitler movilizó y capturó, alzando en armas a la mayoría de los países europeos contra la Unión Soviética. Estados Unidos ha organizado una coalición con casi todos los países europeos, no sólo miembros de la OTAN, para una guerra contra nuestro país a través de Ucrania. El objetivo es el mismo: la solución final de la cuestión rusa para lograr que Rusia sufra una derrota estratégica. Hoy en Kiev existe un Estado policial nazi con bendición de Occidente”.
Dos personas que enchastran la profesión política coinciden en poco tiempo: usan al pueblo judío a ver si consiguen algo. Lavrov banaliza el Holocausto, escupe contra la verdad histórica y Rusia sigue asesinando ucranianos. Colau pretende réditos atacando a Israel y canibalizando a la democracia española que sufre con extremistas que la condicionan todo el tiempo. Ejemplos nefastos en una Europa que no termina de mirarse al espejo completamente porque siempre hay alguien de extrema derecha y de extrema izquierda que intenta retroceder los relojes 80 años.
¿Cuánta fuerza real tienen las democracias para enfrentar a los extremos? Si miramos hoy a Ucrania, la respuesta es devastadora.
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