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| miércoles diciembre 25, 2024

Un cambio estratégico en Oriente Medio, en la visión de un testigo presencial

Segunda Parte El análisis del periodista Henrique Cymerman, poco después de volver de Arabia Saudita


Esta entrevista la realizamos recientemente durante la presentación en la OLEI de Jerusalem del más reciente libro de Henrique Cymerman, «Conversando con el enemigo».

 

P: Henrique, por tu trabajo periodístico te has adentrado profundamente en las relaciones entre Israel y algunos países del Golfo, y hoy eres el Presidente de la Cámara de Comercio Israel- Golfo. Afortunadamente, lo mucho que se hace en las relaciones con los países que firmaron los Acuerdos de Abraham ya nos parece absolutamente normal. Y la gran pregunta es cómo se sigue adelante. Cuando Biniamin Netanyahu asumió semanas atrás nuevamente como Prmer Ministro y planteó los dos  objetivos estratégicos centrales de su gobierno,  habló de frenar a Irán y de agregar más países a los acuerdos de Abraham, que fue él quien firmó hace más de dos años. Hace ya tiempo se dice que el próximo país clave en sumarse tendría que ser Arabia Saudita. Y tú acabas de volver precisamente de allí, de Ryad. ¿En qué marco viajaste y con qué conclusiones llegaste de este viaje a Arabia Saudita?

R: Yo estuve en Arabia Saudita hace tres años por primera vez, en Jeddah, que es la segunda ciudad, la Tel Aviv de Arabia Saudita, que es un país gigantesco de 35 millones de habitantes. Es, recordemos, el  productor número uno de petróleo en el mundo. Sin duda, es un país realmente interesante y clave, es el gigante del Golfo. . Cuando fui hace tres años empecé un contacto con un ministro. Todos los ministros, todos los que deciden en Arabia Saudita – es increíble – tienen 35 ó 36 años; este en ese momento tenía 33, ahora tiene 36, igual que el príncipe heredero, Mohammad bin Salmán. Yo conocía bien a su padre, tú sabes que yo estoy metido en esto del Golfo desde 2011.

 

P: Primero como periodista. Creo que fuiste el primer israelí que viajó allí, al menos de lo que sabemos.

R: Como periodista al principio. Obviamente no los visitaban muchos israelíes. Al final todos  descubrían que yo era israelí, aunque yo no entraba con el pasaporte israelí, hasta que en Qatar, donde estuve 14 veces, hace seis o siete años, recibo un correo electrónico antes de un viaje en el que iba a hablar una vez más en un congreso que se llama el Doha Forum, que es todos los años en noviembre, y me escriben: “Por favor, señor Zimmermann, entre con su pasaporte israelí”, aunque saben que yo tengo pasaporte extranjero. Yo iba con un general israelí, cuyo nombre no puedo decir porque no tengo permiso.

 

P: Un general en la reserva supongo….

R: Bueno, sí pero no (risas). Sin dar detalles. Pues te cuento que para  llegar allí había que sobrevolar Irán, que es lo que hicimos. Aterrizamos y de repente me encuentro que al sacar mi pasaporte israelí y entregárselo al guardia en la frontera,a  él se le abren los ojos, se pone rojo como un tomate y no sabe qué hacer con el pasaporte… Empieza a dar vueltas con el pasaporte, que tiene la Menorá, el candelabro, en el escudo de Israel…lo mira de distintos ángulos…Y yo espero, a ver qué es lo que va a ocurrir. Y me dice: “look to the camara”, para hacer una foto. Y cuando miro me dice: “No, no, abre más los ojos”, y yo como un búho, y él “No, no, abre más los ojos”, y yo ya no podía, haciendo un esfuerzo para abrir los ojos. Veo que el tipo no sabe qué hacer con mi pasaporte, y sigue dando vueltas… De repente el jefe de todos los guardias de la frontera se da cuenta de que ocurre algo raro, se aproxima vestido impecable y le pregunta qué pasa. Él le responde, en árabe por supuesto,  “yahud”, judío, y le dice el jefe, “jmar”, burro en árabe, “¿No entiendes que es una visita del emir?”, o sea del príncipe, el gobernante.  El otro mira, abre mi pasaporte en la página de la foto y casi me sella la foto, o sea, acababa el pasaporte; yo le digo: “No, no, allí no”, y él me sella el pasaporte, me lo entrega y lo único que quería es que yo le desapareciera de ahí.

 

P: Momentos inolvidables …

R: Sin duda. Y esta vez, el ministro Abdulaziz bin Turki Al Faisal, que es uno de los que realmente está haciendo la nueva Arabia Saudita, me invitó para hablar en un foro cerrado y me dijo: “Entra con el pasaporte europeo, pero todos saben quién eres tú, está clarísimo, tu currículum está allí en la mesa”. Y así fue. Ese fue el pretexto oficial, pero obviamente hubo reuniones off the record muy interesantes en un palacio concreto y en una asociación, creo que puedo decir que es la Liga Mundial Musulmana, en la que me reuní con gente que me dejó boquiabierto, entre ellos el imán de La Meca, que se llama Muhammad Al-Issa, y que decidió por su propia iniciativa ir a Auschwitz hace algunos años.

Yo diría que hoy en día es uno de los dos musulmanes de más influencia en el mundo. Es mucho más projudío y pro israelí que el de Al Azhar en El Cairo, que es bastante hostil hacia nosotros. En cualquier caso, fueron reuniones verdaderamente fascinantes.

Con un ministro del gobierno saudí

 

P: ¿Te pellizcas?

R: La sensación es sin duda muy especial. Por un momento dije: “Me siento casi como Colón”, abriendo nuevos mundos. Y siento mucha responsabilidad, hay momentos en que te tiemblan las piernas, porque no hay nadie más, miras al lado y estás solo, y te preguntan un montón de cosas muy comprometedoras. Pero debo decir que salí de forma cauta, optimista, y que Arabia Saudita no es un país más. Arabia Saudita es crucial para Israel y para el futuro de nuestros hijos, porque si da un paso hacia la normalización eso nos abre 2.000 millones de personas en todo el mundo musulmán, es un cuarto de la humanidad. Imaginaros los mercados que se abren a Israel, a la tecnología israelí, si vemos que realmente Arabia Saudita da un paso así. Hay países como Indonesia, con cientos de millones de habitantes, o Malasia, que están esperando la luz verde de Riad.

P: Otra vez que hablamos de esto recuerdo que destacabas el papel de la población joven en estos países.

R : Así es. Ese es un factor muy importante que la gente desconoce, y es que en el Golfo 70% de la población tiene menos de 30 años. Yo me reuní con jóvenes que me decían: “tenéis que entender que para nosotros las guerras del siglo XX son como las guerras de los romanos, nosotros queremos ir adelante”.

P: Pero eso no quiere decir que lo único que determina aquí las cosas es la visión de futuro.

R: Claro que no. Hay problemas, me decían ellos también, que dicen que no podrán permitir que les toquen el Monte del Templo…

P: En nuestra terminología…lo que ellos llaman Haram al-Sharif, y allí la mezquita de Al Aksa.

R: Exacto.  No aceptarán una alteración del status quo allí. También me decían “no hagan grandes guerras en Gaza”, aunque también agregaban “entendemos que Hamás es un problema, para ustedes y para nosotros, todos los islamistas lo son”. Tenemos hoy en día una serie de elementos conjuntos con estos países que a mí me dan esperanza que si no cometemos graves errores en los próximos años, y hay quien los pueda cometer en nuestro gobierno, si no lo hacemos y Netanyahu logra frenar a los niños que gritan, yo creo que podemos ver en los próximos años un cambio geopolítico muy importante, empezando por Arabia Saudita.

 

¿Intercambio de mensajes?

 

P: Y ya que mencionas a Netanyahu –  y me atrevo a suponer que de antemano sabías que no  sería solo la charla en ese foro sino también los otros encuentros –  ¿consultas con autoridades israelíes? ¿Acaso te vas de Israel si no con un mensaje explícito que puedas transmitirles a ellos, sí con líneas rojas más allá de las cuales no decir, con algo general para compartir…?

R: Es muy delicada esa pregunta, pero te voy a contestar. Nunca  te voy a mentir, pero quizás no pueda decir todo. Lo que sí te puedo decir es que quien tiene que saber, sabe, y el momento más importante no es a la ida sino a la vuelta. Y sí, obviamente, están ocurriendo cosas, y como ciudadano israelí me siento en la necesidad de hacerlo. En el fondo yo digo: lo más importante para mí es qué Israel vamos a dejar a la próxima generación, mucho más que cualquier trabajo periodístico o cualquier otra cosa, estamos jugando aquí con algo que es definitivo para lo que pueda ocurrir en este país en la próxima generación.

 

P: Tú decías que lo principal es a la vuelta, entonces te hago prácticamente la misma pregunta del lado inverso: ¿vienes con mensajes que allí te piden que transmitas, o saben que tomas las líneas generales de lo que te comentan, quizás no necesariamente como algo oficial pero que tú entiendes que refleja la posición de Riad?

R: Hay cosas que quisieron pasar a través de mí. Algunas son relativamente públicas y otras no, pero  en este momento te aseguro que Blinken está hablando de ellas con los israelíes, y con Netanyahu específicamente. (A.J; la entrevista a Henrique, días atrás, se realizó cuando el Secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken se hallaba de visita oficial en Israel). Todos saben que Arabia Saudita ve en Israel una puerta hacia Estados Unidos, y por lo tanto quiere que Israel le ayude a recuperar el estatuto de aliado estratégico de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que Arabia Saudita quiere armas de Estados Unidos. Todo el mundo no sabe que ellos eligieron construir el mayor proyecto de la humanidad en este momento, que se llama Neón, que es la nueva ciudad que está siendo construida en el Mar Rojo, yo creo que puede llegar a costar 3, 4, 5 trillones, es realmente una locura. Con el país gigantesco que tienen decidieron construir al lado de Israel porque es a 350 kilómetros de Eilat, no es casual. Hay una serie de mensajes allí, hay una voluntad.

 

Incidente con palestinos en Arabia Saudita

P: ¿Todo pasa sobre ruedas en estas visitas o también hay momentos duros?

R:  Debo decir que tuve un incidente muy desagradable. En un momento determinado estaba en un café que se llama Almasaa, el mayor café del mundo según el Guiness, 2.500 personas entran por fin de semana, 225 trabajadores. Estaba allí hablando con gente y ellos me dicen que son jordanos…

P: ¿Ellos se acercaron a ti?

R: Si, claro, porque corrió el rumor, y es verdad, que yo soy amigo de Ronaldo, y Ronaldo es Dios allí. Pues yo venía de verlo arriba en el hotel. Pero después de media hora de conversación, alguien descubre en Instagram, que soy israelí. Entonces vi que cambiaron las caras, ellos dijeron que eran jordanos pero eran palestinos, no eran jordanos los dueños del café, y me empezaron a mirar con otros ojos. No me echaron en ese momento, pero ocurrió ahí algo muy desagradable, noté que cambió todo el estilo. Y luego intenté volver por la noche, ese mismo día, y uno de ellos vino a mí y me dijo: “Señor, usted no es bienvenido aquí”. Yo le contesté lo que le contesté, muy duro, y cuando me reuní con las autoridades saudíes y les conté lo que me había ocurrido ellos enviaron allí un agente y me informaron absolutamente todo después. Les dijeron, según me contaron, lo siguiente: “Ustedes son visitas, nosotros somos sus anfitriones y no pueden ir en contra de nuestra política. Si nosotros aceptamos al señor Zimmermann y a otros, vengan de donde vengan, ustedes tienen que aceptarlo”. Ahí no hay bromas, fue un incidente bastante desagradable que debo decir que al final salí ganando porque me reuní con gente más importante del gobierno que quiso de alguna manera tener un gesto.

Distinos trasfondos de cara a la paz

P: Tu incidente con los palestinos me hace acordar un aspecto puntual que me parece muy relevante cuando se habla de reconciliación. En lo que a los Acuerdos de Abraham se refiere, lo que facilitó es que ni los Emiratos Árabes Unidos, ni Marruecos ni Bahréin vivieron realmente una guerra contra Israel. La sangre en el ojo, más allá de las razones que nosotros sentimos que nos acompañan siempre, la vivencia de la guerra, ellos no la tienen. Me pregunto si cuando estás en esas conversaciones sientes realmente la barrera psicológica… porque ahora para los saudíes está claro que mientras no avancemos en algo con los palestinos ellos tienen un problema en dar un paso significativo, pero la pregunta es si sientes, cuando estás en el Golfo, no en los países que ya firmaron con Israel, que puede todavía derribarse más la barrera psicológica, que quizás es la más dura.

R: Absolutamente, y sin derribar esa barrera psicológica no podemos llegar a un acuerdo con países importantes como Arabia Saudita. Debo decir que lo mismo ocurrió en Emiratos, mucha gente me pregunta por qué con Emiratos y Bahrein hemos sido adelante, y con Jordania y con Egipto tenemos acuerdos que tienen décadas, pero que es una paz fría…

P: Justamente por eso  decía lo de la experiencia de la guerra.

R: Y creo que la explicación está en que los Emiratos, y estoy sintiendo lo mismo ahora en Arabia Saudita -aunque es distinto, aún van en una etapa posterior, pero están haciendo lo mismo-, están trabajando diez años como mínimo en las redes sociales para preparar a los jóvenes sobre todo. Prepararlos para la paz con Israel.

 

La realidad de la paz supera la ficción

P: Hablabas de la preparación de los jóvenes para la paz con Israel. Yo lo llamaría la concientización de lo bueno del acercamiento. Realmente ocurren cosas antes impensables.

R: Sin duda ninguna. Están preparando a la población para la paz con Israel, “vendiendo” a Israel.Te doy un ejemplo. Presenté mi  libro en Abu Dabi, en la universidad, y había 60 estudiantes. ¿Cuáles eran sus preguntas cuando terminé? Cómo es Tel Aviv, cómo son los bares, cómo son las chicas, qué grado de libertad hay, y luego alguna pregunta sobre Israel desde el punto de vista político. Ellos llevan años viendo cosas de Israel que infelizmente en Jordania y en Egipto no existen, y mucho menos en la Autoridad Palestina, donde hay una demonización continua de lo que es el israelí, el judío, etcétera, sobre todo en la Autoridad Palestina en Cisjordania y mucho más en Gaza. Ese es un problema serio. Tu ves que en Emiratos ahora han puesto en el programa escolar el estudio de la Shoá.  Hubo un acto en el Día internacional de recuerdo, el 27 de enero, en Abu Dabi y un cantante emiratí cantó el himno de Israel.

P: Vi el video, impresionante.

R: Hay muchas cosas impresionantes que están ocurriendo . Para Iom Haatzmaut prevista la llegada de aviones de los Emiratos para participar en el vuelo sobre Tel Aviv conjuntamente con los aviones de la Fuerza Aérea de Israel. Debido a la tensión en Gaza se canceló, pero ellos querían.

 

P: Ciencia ficción realmente, ¿no?

R: Totalmente. Yo vi un ejercicio de pilotos de F15 a F16, de Israel, de Emiratos, de Marruecos, de Bahréin y de algunos países más, todos los pilotos juntos comiendo, haciendo vuelos conjuntos. Y yo decía: “¿Yo habré bebido algo? ¿Esto qué es? ¿Cómo es posible?”. Tú hablabas de esto hace tres o cuatro años y te encerraban, no era posible algo así. Están ocurriendo por debajo de la mesa, de forma más o menos discreta, una serie de cosas…

 

P: Seguro que tienes algún otro ejemplo interesante para compartir

R:  En el 2024, hay un astronauta de Emiratos que va a aterrizar en la Luna, se están entrenando en la NASA. ¿Sabes qué bandera van a llevar en la nave espacial? La israelí, por la ayuda de la Agencia Espacial Israelí y la colaboración que hay. O sea que yo diría que hay aquí una serie de cosas que están ocurriendo que somos capaces de estropearlas, sí, pero espero que no lo hagamos.

 

P: Muchas gracias.

 

Primera Parte

https://porisrael.org/2023/02/21/un-libro-sobre-actualidad-y-futuro-entrelazado-en-la-vida-del-autor-el-periodista-henrique-cymerman/

 

R: A ti.

 
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