El origen de los recientes disparos de cohetes desde territorio sirio sigue siendo incierto, y nadie ha reivindicado su autoría.
Aunque se ha sugerido como posibles culpables a organizaciones palestinas marginales e incluso al Estado Islámico, no se ha confirmado su implicación. Para evitar nuevos ataques, las FDI lanzaron una fuerte respuesta contra los presuntos lugares de lanzamiento utilizando artillería y vehículos aéreos no tripulados.
Además, las FDI llevaron a cabo otros ataques. Se enviaron aviones de combate para atacar una estación de radar situada al norte de Damasco y una importante base de la división militar siria 4, que está bajo el mando de Maher Assad, hermano del presidente sirio, y que podría considerarse un mensaje al régimen para que deje de cooperar con Irán y sus secuaces.
Estos ataques se produjeron en las inmediaciones de Damasco, pero no desde donde se cree que se dispararon los cohetes.
El motivo de la respuesta de las FDI, autorizados por el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, era transmitir un mensaje contundente de disuasión al gobierno sirio, que permite que distintas organizaciones y milicias, algunas de ellas respaldadas financieramente por Irán, disparen cohetes contra Israel.
De hecho, esta acción se deriva del mismo mecanismo operativo que el ministro de Defensa aplica cuando se trata de cohetes lanzados desde Gaza: perjudicar a las organizaciones que financian y operan los mismos, en lugar de centrarse únicamente en quienes los llevan a cabo físicamente sobre el terreno.
La División 4, es leal a Irán y Rusia la considera un obstáculo para la normalización, partidaria del tráfico de drogas y una molestia.
El régimen sirio se encuentra en un proceso de reconciliación con naciones árabes como Arabia Saudí y Jordania y ha sido invitado por Egipto a participar en la próxima sesión de la Liga Árabe, lo que indica una vuelta al abrazo del mundo árabe. Dicho esto, este proceso podría verse gravemente comprometido si los sirios siguen permitiendo que la influencia iraní impregne todo el país.
La presencia rusa en Siria disminuye, ya que gran parte de sus fuerzas se necesitan ahora para reforzar los esfuerzos del Kremlin en el frente ucraniano, lo que deja un vacío que la República Islámica está más que dispuesta a llenar.
El ejército israelí seguía sondeando la posibilidad de que el Estado Islámico fuera responsable del lanzamiento de los cohetes. Se cree que el grupo está presente en aldeas y ciudades sirias cercanas al triángulo fronterizo entre Siria, Jordania e Israel, donde se produjo el incidente, y su origen musulmán suní fundamentalista sugiere una motivación para defender Al Aqsa.
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